Liberation, de París, opina: "La independencia del Líbano, el término de la ocupación siria, el desarme de las milicias de Hizbollah y la celebración de elecciones libres son demandas que se pueden cumplir. Pero esos objetivos sólo podrán alcanzarse a través de ineludibles acuerdos entre las diversas fuerzas que componen el frágil mosaico que es el Líbano. El país siempre tendrá que convivir con su gran vecino: Siria. Damasco debe admitir que los tiempos han cambiado y que instigar la inestabilidad en la región ya no corresponde a sus intereses."

Paralelos con Ucrania

El rotativo Kommersant, de Moscú, apunta: "La exportación de la revolución ucraniana al Líbano quizá sea algo inesperado para muchos observadores, pero resulta reveladora. Hay tantos paralelos con las elecciones ucranianas que ya es algo más que una mera coincidencia. También en el Líbano, el significado profundo de los acontecimientos radica en que el país quiere liberarse del yugo de un hermano mayor, en este caso encarnado por Siria. Si (el ex primer ministro) Rafik Hariri no hubiera sido asesinado sino sólo se hubiera deformado su rostro, como ocurrió con Víctor Yuschenko, habría seguido ofreciendo resistencia a quienes detentan el poder. Pero, de todos modos, el asunto desembocó en una masiva protesta en la capital libanesa".

Tiro de gracia para Damasco

El Kurier, de Viena, plantea: "Los notables intentos de Assad de volver a tomar contacto con Israel para negociar fracasaron debido a la política de Ariel Sharon de ocuparse primero de los palestinos. Luego vino el fin de Saddam Hussein y el régimen del Baath. Las fronteras no íntegramente controladas, a través de las cuales se puede filtrar a Irak gente dispuesta a llevar a cabo atentados suicidas, molestan desde hace tiempo a Estados Unidos. El atentado contra el ex primer ministro libanés, Hariri, ha asestado el tiro de gracia a Damasco. (...) Assad debe saber que no tiene nada con qué contrarrestar la presión internacional, aparte quizá de ganar algo de tiempo jugando a la carta del temido vacío de seguridad que podría aprovechar Hizbollah. Pero la situación tampoco se ha vuelto más fácil para los países occidentales exportadores de democracia. Aparte del desolado Irak, el díscolo Irán, la tambaleante situación entre israelíes y palestinos, se ha abierto un nuevo frente, sin cerrarse otros."

Ofensiva diplomática israelí

El periódico Ostsee Zeitung, de Rostock, destaca: "Israel ha puesto ahora la mira en Siria. El ministro de Relaciones Exteriores, Silvan Shalom, presentó a diplomáticos de la Unión Europea y la ONU evidencias de la implicación del régimen de Assad en el reciente atentado cometido frente a una discoteca de Tel Aviv. Damasco siembra intranquilidad en esta región en crisis... Pese a que el régimen reprime desde hace más de 40 años cualquier oposición islámica o de otro tipo, Siria alberga sedes de grupos palestinos radicales como la Yihad Islámica. Y respalda a la Hizbollah pro iraní, que opera contra Israel desde el Líbano. La ONU debería apoyar la ofensiva diplomática israelí contra Siria. De otra forma, el diálogo palestino-israelí podría volver a silenciarse."