Insurgentes sirios tomaron instalaciones militares en Alepo en un intento de romper el asedio estatal al bastión rebelde. Y en Manbiy, el autoproclamado Estado Islámico sufrió una significativa derrota.
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Este sábado (6.8.2016), en el noreste de Siria, una alianza de combatientes árabes y kurdos apoyada por Estados Unidos se anotó una gran victoria en su lucha contra el autoproclamado Estado Islámico (EI).
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos informó que las Fuerzas Democráticas Sirias habían “tomado control de Manbiy y peinado la ciudad en búsqueda de terroristas” que no hubieran podido huir.
Manbiy ha servido como punto de tránsito clave en la ruta de abastecimiento de EI, que va desde la frontera de Siria con Turquía hasta Al Raqa, la localidad que esa milicia declaró unilateralmente como capital de su califato.
Por otro lado, rebeldes sirios y los yihadistas que los apoyan tomaron el control del Batallón de Artillería y buena parte de una base en Alepo en un intento de romper el asedio a la parte del este de la ciudad, que está en manos de los insurgentes. Así lo informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Además, los opositores del líder sirio Bashar al Assad controlan partes de la Escuela Técnica de Aviación siria. Cazas rusos y sirios intentaron detener la ofensiva con bombardeos. Según la televisión estatal siria, la contraofensiva le quitó la vida a decenas de “terroristas”, el término oficial para referirse a los insurgentes.
Desde hace una semana, los grupos de insurgentes intentan romper el asedio a los barrios en el este de Alepo. Las tropas del Gobierno y sus aliados han cortado las rutas de suministro en la parte este de la ciudad hace casi tres semanas. Según estimaciones de Naciones Unidas, unas 300.000 personas han quedado atrapadas.
ERC ( dpa / EFE / AFP )
¿Qué queda de Palmira?
En 2015, el Estado Islámico impactó al mundo al destruir monumentos de la antigua ciudadela de Palmira. Una exposición en Colonia muestra dibujos que documentan el esplendor de esas maravillas de la humanidad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Daniel Lohmann
Artista, arquitecto, arqueólogo
Como muchos de quienes viajaron hacia Oriente en el siglo XVIII, el artista francés Louis-François Cassas provenía de una familia de clase acomodada. Su padre era marqués y agrimensor real. En 1785, Louis-Francois estuvo dos meses en Palmira, haciendo croquis de prácticamente todas las ruinas de ese legendario centro cultural de la Antigüedad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Lo que quedó
Cassas encontró solo ruinas en Palmira. Sin embargo, en lugar de dibujar lo que veía, intentó reconstruir la ciudad y poner sobre el papel su antiguo esplendor. El museo Wallraf-Richartz de Colonia tiene 123 de esos dibujos en su colección. Algunos de ellos fueron restaurados para la exhibición "Palmira: ¿qué queda?", que también muestra la destrucción provocada por los terroristas en la región.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Oasis para comerciantes
Palmira está ubicada a medio camino entre Damasco y la frontera con Irak. Erigida entre los siglos I y III d. C., los monumentales edificios se mantenían bien preservados, como mudos testigos de la magnificencia de la ciudad greco-romana. Caravanas de comerciantes trasladaban especias, gemas preciosas y ropas a la ciudad.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Daniel Lohmann
Diferentes estilos e influencias
Con el tiempo, Palmira fue mezclando su arquitectura greco-romana con estilos locales. El teatro romano semicircular tiene una fachada diseñada al estilo de un palacio oriental. En ese escenario se presentaban obras en arameo.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Marczok
Fascinación con la historia
Artistas y arquitectos han intentado desde fechas tan tempranas como el siglo XV revivir el espíritu de la antigua ciudad. Pero la perspectiva de Cassas era única: usando colores diferentes, distinguió la arquitectura existente de la imaginaria en sus dibujos. El negro representa a la realidad, el rojo señala sus reconstrucciones.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
El centro de la vida religiosa
El templo de Bel fue construido hacia fines del siglo II d. C. bajo dominio romano. Bel era el equivalente local para el dios griego Zeus. La arquitectura combina tradiciones arquitectónicas romanas y griegas, con la adición de ornamentaciones orientales.
Imagen: Wallraf-Richartz-Museum/Fondation Corboud
Perdido para siempre
El templo de Baalshamin, de aproximadamente dos mil años de antigüedad y una de las estructuras más completas halladas en Palmira, fue una de las maravillas destruidas por el Estado Islámico. Baalshamin, el "Señor del Cielo", era una de las deidades supremas de Palmira.
Imagen: Reuters/Stringer
Cuánto se perdió y cuánto queda
La Gran Columnata fue la principal avenida de la ciudad. Allí había tiendas a ambos lados de la calle, además del mercado del Ágora, un teatro y un complejo de baños romanos. Cuánto destruyeron los fanáticos del Estado Islámico y cuánto quedará para la posteridad es hoy un misterio. Habrá que esperar que las fuerzas del gobierno sirio terminen de expulsar a los insurgentes de la región.