Este miércoles (30.10.2013), el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe a Siria, Lakhdar Brahimi, mantuvo un tenso encuentro con el hombre fuerte de Damasco, Bashar al Assad. La reunión duró menos de una hora y culminó de manera abrupta cuando Assad se levantó y abandonó la sala sin despedirse de Brahimi. La oposición expresó su descontento con la falta de resultados concretos y exigió la dimisión del mediador.

Según los medios estatales sirios, Assad le dijo a Brahimi que las conversaciones para poner fin a la guerra civil en su país sólo tendrán éxito si las potencias extranjeras dejan de brindar apoyo a los rebeldes que luchan para derrocarlo. En reiteradas ocasiones, Assad ha acusado a países árabes y occidentales por igual de ofrecer dinero y armas a sus opositores.

La reacción de los opositores de cara a Brahimi puede extrañar porque Brahimi había dicho que sólo se reuniría con el mandatario si las conversaciones con el ministro de Exteriores terminaban con avances. Y este martes (29.10.2013), Brahimi se citó con el encargado de las relaciones exteriores de Siria, Walid al Moallem. Pero la oposición en el exilio ya venía pidiendo la renuncia de Brahimi por haber pedido que Irán participara en Ginebra II.

Con la vista puesta en Ginebra

Ginebra II es el nombre otorgado a la Conferencia de Paz para Siria, pautada para el 23 de noviembre en esa ciudad suiza. El Gobierno de Teherán apoya a Assad, de ahí que la oposición no quiera ver a sus representantes involucrados en las conversaciones. Turquía y los Estados del Golfo apoyan a los rebeldes opositores. "Brahimi está adelantando cosas que deben ser parte de las negociaciones", dijo Siad Abu Hamdan, miembro de la Coalición Nacional Siria.

La actitud de Assad era más bien previsible. Damasco ha acusado a Brahimi de estar parcializado a favor de los opositores tras pedir un "cambio real" en Siria y echarle en cara a Assad el hecho de "resistirse a las aspiraciones de su pueblo". Una de las pocas buenas noticias de este 30 de octubre es que la oposición en el exilio se distanció por primera vez de forma inequívoca de los islamistas radicales.

"Además del terrorismo de Estado practicado por el régimen de Assad, ahora el grupo Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) aterroriza a la población", se afirma en una declaración emitida por la Coalición Nacional Siria. Diplomáticos occidentales habían pedido a la oposición siria en los últimos meses que se distanciara claramente de los elementos islamistas relacionados con Al Qaeda.

ERC ( dpa / Reuters)