En Alepo mueren sus habitantes y el mundo lo ve en vivo y en directo. La sensación de impotencia es grande. Muchos creen que no pueden hacer nada para parar la carnicería, pero una donación a una ONG puede ser útil.
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En Twitter o Facebook bastan tres clicks para demostrar con el color rojo que usted está en contra de los bombardeos de Alepo. "El color rojo representa el baño de sangre en Alepo”, dice el periodista Constantin Schreiber, antiguo corresponsal de DW en Siria y Cercano Oriente. Schreiber y el director de cine sirio Firas Alshater han lanzado las campañas #maketwitterred y #makefacebookred.
Bajo el lema "Siente con Alepo" (Fühle mit Aleppo) Schreiber y Alshater convocan a una protesta silenciosa en los medios sociales. "Sólo las terribles imágenes de niños heridos y muertos son insoportables", dice Schreiber y agrega que "demostrar solidaridad es lo menos que podemos hacer”.
Los promotores saben que esta acción no va ayudar a nadie en Siria, pero "le muestra a las víctimas y a los responsables políticos lo que pensamos de esa guerra”.
Presión por petición
También en plataformas como change.org puede mostrar que le importa la vida de los habitantes de Alepo. Durante los últimos cuatro meses, cerca de 500.000 usuarios de Internet firmaron la petición "Líderes del mundo: actúen ahora y salvan nuestras vidas en Alepo", que ha llegado a manos de Angela Merkel, entre otros. La petición fue iniciada por Hamza Al Khatib, médico en el este de Alepo – de quien no sabe si ha huido o ha sido asesinado.
"Hemos perdido todo. Nuestra ciudad, nuestra dignidad, el derecho a vivir en nuestra ciudad", dijo Kathib el martes pasado a la emisora CNN. Con peticiones, comentarios o mensajes directos en las redes sociales también se logra que diplomáticos se comprometan más con la suerte de los habitantes de Alepo. Algo que ha obligado al ministro alemán de Exteriores a explicar con más detalles su trabajo en la búsqueda de soluciones.
Presencia en las calles
"Salgan a las calles, manifiesten de alguna manera y convenzan a la comunidad internacional de que nosotros queremos salir vivos de aquí”, dice Elias Perabo, desde de Alepo. Para Perabo es importante lanzar una señal de que, por lo menos, el mundo civil intenta hacer algo por parar la matanza. "Estamos indefensos, pero podemos hacer algo por Alepo", dice Perabo a DW y concluye: "La gente muere en vivo y en directo, así que todos debemos hacer algo en contra en vivo y en directo”. Esto es lo que diferencia a Alepo de los genocidios de Srebrenica y Ruanda, cuya gravedad solo fue entendida después.
Perabo está comprometido, desde 2011, con una Siria pacífica y democrática y dirige la ONG humanitaria "Adopta una revolución”, cuyo funcionamiento depende de donaciones.
Por lo menos respalde a quienes ayudan
Así como la Cruz Roja Internacional, que ayuda en el mismo Alepo. "Nosotros suministramos 6500 comidas calientes cada día, reparamos tanques de agua y operamos tres clínicas móviles", dice a DW Dieter Schütz, portavoz de la Cruz Roja Alemana (DRK).
Aun así, la generosidad de los alemanes con las víctimas de la guerra en Siria ha disminuido. "Mientras en 2015 recolectamos 1,1 millón de euros para atender a los refugiados en Siria y los países vecinos, en 2016 solo hemos recibido la mitad”, se queja Schulz, quien no se resigna, tras seis años de violencia.
Además de la Cruz Roja Alemana, hay otras ONG que desarrollan proyectos de ayuda como la "Acción Alemania Ayuda”, UNHCR y Médicos sin Fronteras (MSF), por ejemplo. Si ustedes no se acostumbran a ver morir en la televisión a sus congéneres en Siria, pueden respaldar con una donación el trabajo de estas organizaciones.
La cruenta batalla de Alepo
La ciudad, antaño eje comercial sirio, se ha convertido en un descampado donde aún habitan miles de personas sometidas a los avatares de una guerra sanguinaria.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Ourfalian
Al comienzo fueron protestas pacíficas
Como en muchas otras ciudades de Siria, en Alepo el malestar ciudadano por la conducción del país estalló a comienzos de 2011. Numerosas protestas contra el régimen de Bashar al Assad y las violaciones a los derechos humanos, además del desgaste de un liderazgo cuestionado, propiciaron el escenario perfecto para un alzamiento popular.
Imagen: dapd
Primeros ataques armados
Esta imagen de la localidad de Homs muestra los efectos de los primeros ataques contra las fuerzas del Gobierno en el país. En Alepo, a comienzos de febrero de 2012, 28 personas perdieron la vida en escaramuzas con artillería entre fuerzas rebeldes, aún mal organizadas, y las tropas del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
La metamorfosis
En esta imagen, civiles y uniformados protestan contra Al Assad. Los uniformados son miembros del Ejército Libre de Siria, agrupación rebelde conformada por soldados desertores del Ejército sirio. Las banderas que flamean no son las del país, sino las de la oposición. Lentamente se monta el escenario para la dura guerra civil que marcará al país por los próximos años.
Imagen: Reuters
Surgen las armas
Soldados del Ejército Libre de Siria patrullan en el barrio de Salahadin, uno de los primeros de Alepo en caer en manos de las fuerzas rebeldes. La imagen es de agosto de 2012. Lentamente el Gobierno de Al Assad comenzaba a perder el control sobre el territorio de la mayor ciudad de Siria. Al mismo tiempo, los insurgentes lanzaban ofensivas contra Damasco.
Imagen: Reuters
Ayuda internacional
Apremiado por la situación interna, el presidente Bashar al Assad comenzó a buscar ayuda en el exterior. Los primeros en acudir a su lado fueron los iraníes. En la imagen, el entonces ministro de Exteriores persa, Ali Akbar Salehi, saluda al mandatario sirio en Damasco. Irán ha aportado tropas y asesores militares, vitales para la recuperación del Ejército de Siria.
Imagen: Reuters
Momento de tranquilidad
Desde el comienzo oficial de la llamada "Batalla de Alepo", el 19 de julio de 2012 tras una ofensiva rebelde, ha habido sucesivos remansos de paz. Como éste, declarado por un día de celebración musulmán a fines de octubre de 2012, aprovechado por la gente para comprar comida en el norte de la ciudad.
Imagen: AFP/Getty Images
Cascos blancos recuerdan a sus colegas
Ante la falta de organizaciones "oficiales", Alepo ha debido reconstruir sus instituciones. Una de las más conocidas es la de los "cascos blancos", voluntarios que rescatan a las víctimas de los bombardeos y cuyo nombre llegó a sonar como candidato al Premio Nobel de la Paz. En la imagen, recuerdan a sus miembros caídos en cumplimiento del deber.
Imagen: Reuters
Caos, terreno fértil
El caos en el que se ha visto sumido el país, especialmente Alepo, ha sido caldo de cultivo para que tomen fuerza distintos grupos armados. El más conocido es Estado Islámico, que lucha contra el Ejército de Siria y contra los rebeldes. Otros grupos son el Ejército Libre de Siria, el Frente al Nusra y las fuerzas kurdas.
Imagen: picture alliance/ZUMA Press/M. Dairieh
Víctimas inocentes
Como siempre en la guerra, los niños son los más afectados. Los bombardeos incesantes, primero de la aviación siria y luego de la rusa, han reducido la ciudad a escombros, muchas veces con sus habitantes dentro. Esta imagen, icónica por lo cruda, es la del niño Omran Daqneesh, de cinco años, herido tras un ataque ruso.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Rslan
Con una ayuda de mis amigos
Rusia apoya desde septiembre de 2015 a las tropas de Al Assad, marcando un giro en la guerra. Desde entonces, el Ejército avanza sobre las zonas rebeldes. Esos triunfos han sido a costa de la ciudad y sus vecinos, que ahora viven en un cementerio de edificios. Pero, pese a la adversidad, siempre habrá un minuto de inocencia, para tomarse un respiro y jugar. Aunque sea en medio de la destrucción.