El Gobierno de Estados Unidos decidió proporcionar "ayuda militar" directa a los rebeldes sirios tras constatar que el régimen de Bashar al Assad usó armas químicas contra sus opositores, cruzando así lo que el presidente Barack Obama viene describiendo desde hace meses como “la línea roja”. El consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, dijo que los servicios de inteligencia habían confirmado la utilización recurrente de varios compuestos, incluido el agente nervioso sarín.

Rhodes agregó que entre 100 y 150 personas han muerto en Siria tras ser expuestas a armas químicas y que la comprobación de estas prácticas habían convencido a Obama de la necesidad de intervenir en el conflicto interno sirio. En la conferencia de prensa ofrecida este 14 de junio en Washington, Rhodes declaró que está contemplado respaldar desde el Consejo Militar Supremo estadounidense a quienes combaten contra las fuerzas fieles a Assad, pero evitó hablar sobre la entrega de armas a los rebeldes.

Hasta ahora, el Gobierno de Estados Unidos se había mostrado más cauteloso que el de Francia y el Reino Unido, que presionaron a la Unión Europea a levantar el embargo de impedía enviar armas a los rebeldes sirios. El nuevo giro de la política siria de Washington será bien recibido cuando funcionarios europeos y estadounidenses se reúnan con Salim Idriss, comandante del Ejército Libre de Siria, uno de los grupos opositores más fuertes. La cita tiene lugar este viernes (14.6.2013) en Turquía.

Obama también consultará la materia con sus aliados del Atlántico Norte y del Cercano Oriente mientras participe en la cumbre del Grupo de los Ocho (G8), que se celebrará la semana próxima en el Reino Unido. Lo que quedó descartado rotundamente fue la posibilidad de que Estados Unidos intervenga sobre el terreno. De momento, tampoco está claro si Estados Unidos cooperará para establecer una zona de exclusión aérea sobre Siria como lo hizo en Libia hasta que se logró la caída de Muammar al Gaddaffi.

ERC ( dpa / Reuters )