Un fuerte sismo de 6,0 grados de magnitud sacudió Lima y otras zonas de la costa central de Perú, causando temor entre la población y algunos daños, pero sin víctimas.
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El terremoto se registró el martes (22.6.2021) a las 21:54, hora local de Perú. Tuvo el mar como epicentro, a 33 kilómetros al suroeste de Mala, localidad costera situada a unos 100 kilómetros al sur de Lima, y a 32 kilómetros de profundidad.
"Es uno de los sismos más fuertes que se hayan sentido en los últimos años en Lima. Aún no sabemos si hay daños materiales y personales, [pero] poco a poco vamos a tener información", dijo el presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú, Hernando Tavera. Muchos limeños salieron a las calles por el fuerte temblor.
Casi tres horas después del sismo, el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) dijo que no había víctimas ni daños en la infraestructura, mientras el IGP indicó que se habían registrado dos réplicas de 3,7 grados. Por su parte, el servicio de Hidrografía de la Marina de Guerra descartó el riesgo de tsunami.
Aeropuerto operativo
La alcaldesa de Mala, Sonia Ramos, dijo que varias viviendas habían resultado dañadas en esa localidad y que las líneas telefónicas y energía eléctrica estuvieron interrumpidas temporalmente. "Vamos a necesitar todo el apoyo para brindarle tranquilidad a la población de Mala", declaró Ramos al canal ATV.
Sobre la Costa Verde, la costanera de Lima, cayeron algunas rocas desde los acantilados de 80 metros de altura y también hubo deslizamientos menores en algunos de los desérticos cerros de la capital peruana. La municipalidad de Miraflores suspendió el tránsito por esa vía tras la caída de rocas. En algunos supermercados se rompieron botellas por la fuerte sacudida.
En el aeropuerto internacional Jorge Chávez se desprendieron porciones del cielo raso que cayeron sobre las bancas en salas de espera, pero la terminal aérea, que tiene poco tráfico por la pandemia, continuaba operando.
MS (afp/efe)
Perú: 50 aniversario del terremoto de Áncash
El terremoto de Áncash, Perú, el 31 de mayo de 1970, causó una destrucción masiva, sepultando poblaciones enteras y cambiando la vida de los que sobrevivieron. Un recorrido en imágenes.
Imagen: picture-alliance/F. Neukirchen
Desde el Huascarán
El Huascarán es la montaña granítica culminante de los Andes peruanos, con una altura de 6.757 metros. El 31 de mayo de 1970, tras un potente terremoto de magnitud 7,9 en la escala de Richter, este majestuoso nevado de la denominada Cordillera Blanca perdió parte de su corona nevada, un millón de metros cúbicos de hielo con consecuencias nefastas para los pobladores a los pies de su cara norte.
Imagen: picture-alliance/F. Neukirchen
Un alud-aluvión
El epicentro del sismo fue ubicado en el mar, a 50 km de profundidad, 30 km al oeste de Chimbote, en el departamento de Áncash, 375 km al norte de Lima. El movimiento telúrico desencadenó un alud que, convertido en aluvión de grandes proporciones, sepultó la población de Yungay y arrasó comunidades vecinas en la quebrada Ranrahirca y el valle del río Santa.
Refugio en el cementerio
Cuando la tierra comenzó a temblar, a las 3:23 de la tarde, los pobladores de Yungay corrieron a la Plaza de Armas. Pero, cuando se desató el alud, los pocos que lo consiguieron, en lugar de sepultura, encontraron vida esa tarde en el particular cementerio de cinco pisos de terrazas circulares, en una colina de la ciudad.
Imagen: picture-alliance/dpa/V. Shustov
Sepultura en la ciudad
Yungay, como su vecina Ranrahirca (en la foto) quedaron sepultadas bajo la masa de hielo y lodo, con todas sus edificaciones y, lamentablemente, una gran parte de su gente. En Yungay, por ejemplo, apenas 300 de sus 20.000 pobladores sobrevivieron.
Imagen: Archivo Indeci
Sin "Casa de la Suerte”
Sin sufrir el alud, en Huaraz, capital del departamento de Áncash, la destrucción fue masiva. La mayoría de las construcciones eran añejas y de adobe, como esta antigua "Casa de la suerte”, pura ironía amarga en esta imagen.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Bourdier
Campamento al aire libre
A los sobrevivientes les tocó instalarse temporalmente en los pocos espacios libres entre las ruinas. La Plaza de Armas de Huaraz sirvió a este fin. Más tarde, con ayuda del Ejército y cooperación extranjera, les tocaría vivir también en campamentos al margen de lo que habían sido sus comunidades.
Imagen: Getty Images/AFP
En el Callejón de Huayla
Los daños fueron severos en el Callejón de Huaylas (o valle del río Santa), sobre todo en Recuay, Huaraz, Carhuaz y Caraz.
Imagen: Imago Images
Y en la costa
En la zona costera quedaron destruidas Casma (foto) y Chimbote. Y, en menor medida, Trujillo y Huarmey. Y fuera de estas áreas principales, el sismo se sintió fuertemente en Tumbes, Jaen, Moyobamba, Iquitos, Huánuco, Lima, Pisco e Ica. También se sintió en Guayaquil, Ecuador. No así en Abancay, Arequipa y Cuzco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Visita obligada al viejo Yungay
El principal atractivo del antiguo Yungay es hoy el cementerio, visitado por unos 15.000 turistas al mes, según autoridades locales. La ciudad, localizada en la zona central del Callejón de Huaylas, fue reubicada 1 km al norte de su ubicación original.
Imagen: picture-alliance/AP/R. Abd
Lagunas: belleza y riesgo
Al pie de la cara norte del Huascarán y sobre la nueva Yungay, se halla la Laguna de Llanganuco (foto). El alud de 1970 arrasó al sur de este nevado. Pero la actual desglaciación formó cientos de nuevas lagunas, sobre otras principales ciudades del Callejón de Huaylas. Hermosas y controladas por las autoridades, no dejan de recordar un riesgo latente adicional para los pobladores de la zona.