Sismo de magnitud 7,5 deja daños en zona norte de Perú
29 de noviembre de 2021
La Defensa Civil reportó 12 personas heridas, 1.223 damnificadas y 76 viviendas destruidas en la región de Amazonas.
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Un fuerte sismo de 7,5 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, que remeció el domingo (28.11.2021) la selva norte y una vasta zona aledaña de la costa central de Perú, dejó |12 heridos y 76 viviendas destruidas, según un recuento oficial.
El temblor se registró a las 05:52 locales (10:52 GMT) con epicentro a 98 kilómetros al este de Santa María de Nieva, en Condorcanqui, Amazonas, en la selva norte de Perú y a una profundidad de 131 kilómetros, reportó el Instituto Geofísico local.
La gran profundidad del sismo en la Amazonía peruana provocó que la onda expansiva fuera mayor y afectara a casi la mitad del país, en la zona norte y central, incluyendo a regiones costeñas y andinas como Cajamarca, Piura, Tumbes, Lambayeque, Ancash y Lima.
La Defensa Civil indicó que se han reportado doce personas heridas, 1.223 damnificadas y 76 viviendas destruidas en la región de Amazonas.
"Hemos orientado para que nuestro gabinete y los ministerios atiendan no solo a Jalca Grande sino a los lugares donde este terremoto ha cobrado muchos daños", dijo el presidente Pedro Castillo en el distrito de Jalca Grande de Amazonas, donde varias casas, de adobe y barro, colapsaron por el sismo.
En el distrito de La Jalca, también en Amazonas, colapsó una torre de 14 metros de una iglesia colonial. "Nos hizo recordar el sismo que ocurrió en Ica" (sur de Perú), dijo una pobladora de la región de Amazonas al canal de televisión Latina.
Pobladores asustados por el movimiento de tierra también se comunicaron con los medios de prensa desde otras regiones del país.
El distrito de Santa María de Nieva es una zona poco poblada donde habitan indígenas amazónicos y se ubica a las orillas del río Nieva, en la frontera con Ecuador.
"El movimiento ha sido inmenso", dijo a la radio RPP Héctor Requejo, alcalde del distrito Santa María de Nieva, con una población de 2.500 habitantes. En la zona afectada también se registraron cortes de energía eléctrica y carreteras bloqueadas por derrumbes de piedras.
El 30 de julio, dos días después de la juramentación de Castillo, un sismo de 6,1 grados sacudió la costa norte, dejando 40 heridos y daños en 200 casas y cuatro templos.
El sismo también provocó daños de infraestructura en al menos dos provincias de Ecuador, según informó el presidente de ese país, Guillermo Lasso.
gs (afp, efe, ap)
Perú: 50 aniversario del terremoto de Áncash
El terremoto de Áncash, Perú, el 31 de mayo de 1970, causó una destrucción masiva, sepultando poblaciones enteras y cambiando la vida de los que sobrevivieron. Un recorrido en imágenes.
Imagen: picture-alliance/F. Neukirchen
Desde el Huascarán
El Huascarán es la montaña granítica culminante de los Andes peruanos, con una altura de 6.757 metros. El 31 de mayo de 1970, tras un potente terremoto de magnitud 7,9 en la escala de Richter, este majestuoso nevado de la denominada Cordillera Blanca perdió parte de su corona nevada, un millón de metros cúbicos de hielo con consecuencias nefastas para los pobladores a los pies de su cara norte.
Imagen: picture-alliance/F. Neukirchen
Un alud-aluvión
El epicentro del sismo fue ubicado en el mar, a 50 km de profundidad, 30 km al oeste de Chimbote, en el departamento de Áncash, 375 km al norte de Lima. El movimiento telúrico desencadenó un alud que, convertido en aluvión de grandes proporciones, sepultó la población de Yungay y arrasó comunidades vecinas en la quebrada Ranrahirca y el valle del río Santa.
Refugio en el cementerio
Cuando la tierra comenzó a temblar, a las 3:23 de la tarde, los pobladores de Yungay corrieron a la Plaza de Armas. Pero, cuando se desató el alud, los pocos que lo consiguieron, en lugar de sepultura, encontraron vida esa tarde en el particular cementerio de cinco pisos de terrazas circulares, en una colina de la ciudad.
Imagen: picture-alliance/dpa/V. Shustov
Sepultura en la ciudad
Yungay, como su vecina Ranrahirca (en la foto) quedaron sepultadas bajo la masa de hielo y lodo, con todas sus edificaciones y, lamentablemente, una gran parte de su gente. En Yungay, por ejemplo, apenas 300 de sus 20.000 pobladores sobrevivieron.
Imagen: Archivo Indeci
Sin "Casa de la Suerte”
Sin sufrir el alud, en Huaraz, capital del departamento de Áncash, la destrucción fue masiva. La mayoría de las construcciones eran añejas y de adobe, como esta antigua "Casa de la suerte”, pura ironía amarga en esta imagen.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Bourdier
Campamento al aire libre
A los sobrevivientes les tocó instalarse temporalmente en los pocos espacios libres entre las ruinas. La Plaza de Armas de Huaraz sirvió a este fin. Más tarde, con ayuda del Ejército y cooperación extranjera, les tocaría vivir también en campamentos al margen de lo que habían sido sus comunidades.
Imagen: Getty Images/AFP
En el Callejón de Huayla
Los daños fueron severos en el Callejón de Huaylas (o valle del río Santa), sobre todo en Recuay, Huaraz, Carhuaz y Caraz.
Imagen: Imago Images
Y en la costa
En la zona costera quedaron destruidas Casma (foto) y Chimbote. Y, en menor medida, Trujillo y Huarmey. Y fuera de estas áreas principales, el sismo se sintió fuertemente en Tumbes, Jaen, Moyobamba, Iquitos, Huánuco, Lima, Pisco e Ica. También se sintió en Guayaquil, Ecuador. No así en Abancay, Arequipa y Cuzco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Visita obligada al viejo Yungay
El principal atractivo del antiguo Yungay es hoy el cementerio, visitado por unos 15.000 turistas al mes, según autoridades locales. La ciudad, localizada en la zona central del Callejón de Huaylas, fue reubicada 1 km al norte de su ubicación original.
Imagen: picture-alliance/AP/R. Abd
Lagunas: belleza y riesgo
Al pie de la cara norte del Huascarán y sobre la nueva Yungay, se halla la Laguna de Llanganuco (foto). El alud de 1970 arrasó al sur de este nevado. Pero la actual desglaciación formó cientos de nuevas lagunas, sobre otras principales ciudades del Callejón de Huaylas. Hermosas y controladas por las autoridades, no dejan de recordar un riesgo latente adicional para los pobladores de la zona.