Un exceso de gente, unido a errores de seguridad y falta de control pudieron estar tras la tragedia del jueves en una multitudinaria fiesta de Halloween en Madrid, en la que tres jóvenes murieron aplastadas en una avalancha y otras dos resultaron gravemente heridas. Una persona de la organización de la fiesta, celebrada en el Madrid Arena, un pabellón multiuso propiedad del Ayuntamiento de la capital española, aseguró hoy a la televisión Antena 3 que se vendieron y repartieron en total cerca de 20.000 entradas para el evento, casi el doble del aforo permitido, de 10.600 personas. El vicealcalde de Madrid, Miguel Angel Villanueva, dijo el jueves que la empresa organizadora de la fiesta, Diviertt, a la que el Ayuntamiento le había alquilado el pabellón, le había informado de que se habían vendido 9.650 entradas. Además, en el momento álgido de la fiesta, la actuación del DJ estadounidense Steve Aoki, cientos de personas sin entrada accedieron al recinto de forma descontrolada, sin que los miembros del equipo de seguridad privada pudieran evitarlo, según fuentes de la investigación policial citadas por medios españoles. dpa