Natalia Romik practica la cultura de la memoria de forma activa. Esta científica busca escondites en Polonia; escondites de personas judías de la época del Holocausto. El documental muestra cómo descubre en un cementerio de Varsovia la entrada a un búnker en el que, supuestamente, se refugiaron hasta 30 personas. En los Cárpatos inspecciona el roble conocido como "Jósef”, de 650 años de antigüedad, que aparece en el reverso de los billetes de 100 zlotys. Se dice que dos hermanos sobrevivieron a la espantosa época del Holocausto escondiéndose en una cavidad de su tronco. Durante sus investigaciones, Natalia Romik se percató de otro aspecto de la persecución: estos escondites constituyen prácticamente monumentos invisibles del trauma, pero también son símbolo de la voluntad de supervivencia y de un ingenio marcado por la necesidad.