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¿Socios y rivales?: Alemania, vista con ojos chinos

6 de diciembre de 2024

Un informe reciente de la universidad Tongji de Shanghái analiza minuciosamente a la mayor economía de la UE.

Bandera de Alemania junto a la bandera de China, ambas en posición vertical.
Imagen: Michael Kappeler/dpa/picture alliance

¿De verdad es Alice Weidel la política alemana más popular en China? Weidel, líder del partido populista de derechas (y en algunos casos de extrema derecha) AfD es, probablemente, la única diputada del Bundestag que habla chino.

Cuando era estudiante, investigó y escribió su tesis doctoral sobre el sistema de pensiones del gigante asiático. La candidata a canciller del partido AfD en las elecciones que se celebrarán en febrero de 2025 es popular porque se opone a Estados Unidos como superpotencia y a la integración europea.

La élite social china es muy consciente de que la cooperación entre China, la segunda economía mundial, y Alemania, la tercera, sólo puede ser sostenible si la opinión pública tiene una imagen objetiva y diferenciada de Alemania. A mediados de noviembre, se presentó el "Informe Anual sobre el Desarrollo de Alemania (2024)", publicado por el Centro de Investigación sobre Alemania de la Universidad Tongji de Shanghái.

El estudio, que cuenta con 386 páginas, aún no tiene en cuenta los últimos cambios en la política del país, como las anunciadas elecciones al Bundestag. La mayoría de los datos utilizados son de 2023, pero sigue siendo impresionante leer con qué intensidad y minuciosidad analizan Alemania los investigadores chinos.

Tema principal: el giro a la derecha en Alemania

Uno de los temas dominantes del informe es el ascenso de la AfD. Según los autores, parte de la población alemana está preocupada por la situación política y económica general. La AfD aprovecha este estado de ánimo para dividir y polarizar a la sociedad.

"El fuerte viento a favor del populismo de derecha y su partido plantea enormes desafíos a los demás partidos políticos establecidos", afirma Xuan Li, profesor de la Universidad de Tongji. La posibilidad de contrarrestar el giro a la derecha depende de "si los demás partidos consiguen responder adecuadamente al estado de ánimo del electorado", prosigue.

Alianza transatlántica

Durante su viaje a EE.UU. en febrero de 2024, el canciller alemán, Olaf Scholz, describió las relaciones entre EE.UU. y Alemania como "intensas, estrechas y amistosas, como probablemente no ha sido el caso desde hace muchos años y décadas".

Como si los politólogos del Lejano Oriente hubieran previsto el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, hicieron una predicción sobre el futuro desarrollo de la alianza transatlántica: "Si Donald Trump fuera reelegido, el riesgo de que surgieran nuevas disputas e incluso conflictos entre Alemania y EE.UU. en materia de defensa y comercio sería extremadamente alto".

Annalena Baerbock, ministra alemana de Exteriores, subrayó durante un reciente viaje a China que la guerra de Ucrania también supone un desafío conjunto para Alemania y el gigante asiático.

"¿Cómo podemos encontrar un equilibrio entre una mayor cooperación con EE.UU. y el mantenimiento de una asociación igualitaria con China? El motor económico de las próximas décadas estará sin duda en Asia. Europa seguirá siendo un socio importante para China en el futuro. Es esencial una estrategia clara y coherente que tenga en cuenta a ambas partes", dice al respecto Wulf Linzenich, presidente de la Asociación Empresarial Sino-Alemana.

Competencia o rivalidad

Pekín no ha hecho buenas migas con Baerbock, la ministra de Exteriores del partido alemán Los Verdes, ya que la "Estrategia China 2023" del Gobierno alemán salió de su departamento. En ella se define a China como "socio, competidor y rival". Según Pekín, el enfoque político se centra más en este último término. El texto alemán alude asimismo a la dependencia crítica de China, que debe "evitarse mediante la diversificación".

La competencia es sana, creen los expertos chinos sobre Alemania. "La reforma y la apertura, y la cooperación objetiva sin disputas ideológicas, han aportado beneficios tangibles a ambos socios. A medida que la economía se fortalece, las empresas chinas compiten con las alemanas en algunos ámbitos. Pero una competencia sana no tiene por qué repercutir negativamente en la cooperación económica, reza el informe chino.

China está irreversiblemente integrada en la economía mundial y seguirá teniendo un "impacto significativo en los mercados y en el espacio digital en el futuro", opina Andreas Schmitz, presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Düsseldorf.

"La República Popular China sigue siendo un mercado importante para las empresas alemanas y europeas. Pero China también desempeña un papel importante para la economía europea y alemana en términos de materias primas y productos primarios ahora, y aún más en el futuro con respecto a la fuerza innovadora del país y sus empresas", prosigue el presidente de la Cámara de Industria y Comercio. En el pasado, 'Made in China' no siempre se entendía de forma positiva. Hoy decimos 'Made by China'. Y eso se entiende positivamente", concluye Schmitz. 

(ms/ers)

 

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