Sofocado el incendio que destruyó el Museo Nacional de Río
3 de septiembre de 2018
Los bomberos consiguieron sofocar hoy el incendio de grandes proporciones que destruyó el Museo Nacional de Río de Janeiro, el más antiguo de Brasil, el cual alberga unos 20 millones de piezas.
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Las llamas, que comenzaron la tarde del domingo (2.03.2018), consumieron una parte de la historia de Brasil y uno de los acervos más importantes de Latinoamérica, que contaba con el esqueleto de "la primera americana", animales disecados, momias y decenas de huesos de dinosaurios.
Después de seis horas de intenso trabajo, los bomberos consiguieron controlar el fuego la madrugada de este lunes y trabajan para refrigerar el inmueble, ya que aún persisten algunos pequeños focos de incendio en el interior del histórico edificio creado por el rey Juan VI de Portugal el 6 de junio de 1818.
Los técnicos de la Defensa Civil podrían entrar este lunes al edificio para comprobar si el incendio comprometió la estructura del Museo, que este año llegó a su bicentenario con goteras, infiltraciones, salas vacías y problemas en las instalaciones eléctricas.
El ministro de Cultura de Brasil, Sérgio Sá Leitao, llegó a afirmar la víspera que el incendio es consecuencia de "años de negligencia" en un estado golpeado por la crisis económica y diversos escándalos de corrupción que ha corroído las cuentas públicas de Río de Janeiro.
Según denunciaron funcionarios del Museo, la institución había sufrido cortes en el presupuesto destinado a mantenimiento y la dirección llegó a crear una microfinanciación colectiva para recaudar dinero del público y abrir una de las salas más importantes, donde se encuentra la instalación del dinosaurio Dino Prata.
Valiosos tesoros históricos
El museo albergaba el meteorito Bendegó, el mayor encontrado en el país, una colección de momias egipcias y el cráneo de Luzia, "la mujer más antigua de América", entre otras importantes piezas históricas.
Se da la circunstancia de que hace 40 años, el 8 de julio de 1978, otro pavoroso incendio, esta vez en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, supuso la desaparición de importantes pinturas de artistas como Pablo Picasso, Salvador Dalí o Joaquín Torres-García, expuestas allí en una muestra temporal.
Además, en los últimos años varios museos de Brasil han sufrido incendios, entre ellos el de la Lengua Portuguesa, en 2015, y el Memorial de América Latina, en 2013, ambos situados en Sao Paulo.
CP (efe, rtr)
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La biblioteca Anna Amalia renace de las cenizas
La biblioteca de la condesa Anna Amalia, en Weimar, es uno de los centros más importantes de la vida cultural de Alemania. Hace diez años se incendió, y los expertos tratan aún de rescatar decenas de miles de libros.
Imagen: imago/Karina Hessland
Un gigante de la investigación
La Biblioteca Condesa Anna Amalia, en Weimar, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Le debe su nombre a Anna Amalia von Braunschweig-Wolfenbüttel, quien fue su máxima patrocinadora. Su elaborada sala rococó de tres niveles es famosa y una de las más lujosas del mundo. El 24 de octubre de 2007, el día del cumpleaños de su patrona, se reabrió nuevamente tras haber sido restaurada.
Imagen: AP
Goethe, administrador de la biblioteca
Así se veía el salón rococó antes del incendio. El hijo de Anna Amalia, Carl August, gran duque de Sajonia, amplió la biblioteca en 1775. Dos años más tarde, encargó a Johann Wolfgang von Goethe administrarla. Goethe la dirigió hasta su muerte, en 1832, y la convirtió en una de las bibliotecas más importantes de Alemania.
Imagen: picture alliance/dpa
Presa de las llamas
El 2 de septiembre de 2004, poco antes del planeado saneamiento de la “Cuna del clasicismo alemán”, las llamas irrumpen en la biblioteca y un incendio destruye áreas históricas. Un infortunado suceso, lamentado no solo por los habitantes de Weimar, sino también en el mundo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Se salvaron 28.000 volúmenes
El incendio destruyó o dañó en forma permanente cerca de un quinto de los volúmenes y un décimo del total de un millón de libros que alberga la biblioteca. Unos 28.000 libros pudieron ser rescatados por el equipo liderado por el director de la biblioteca, Michael Knoche, entre ellos, una valiosa biblia luterana.
Imagen: picture-alliance/dpa
Esfuerzo conjunto
En total, se reunieron 38,8 millones de euros en donaciones privadas y públicas para restaurar la biblioteca. Ya se gastaron unos 20 millones de euros, y los restantes 18 millones serán invertidos todavía al menos durante 15 años.
Imagen: picture-alliance/dpa
Luchar por cada libro
En total se restauraron 36.000 volúmenes, en parte con los más modernos métodos de la recuperación de escritura. Pero la restauración de los libros más perjudicados por el fuego aún demorará varios años. Un quinto de los 50.000 libros perdidos pudieron ser remplazados, pero muchas otras obras eran piezas únicas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Obra de Copérnico
El éxito más reciente en la recuperación de los volúmenes es la reaparición de una edición original de Nicolás Copérnico, “De Revolutionibus Orbium coelestium, Libri VI”, del año 1543. En ella, Copérnico demuestra que la Tierra gira sobre su propio eje y que es parte de un sistema de planetas que giran alrededor del sol, un descubrimiento que cambió el mundo.
Imagen: Candy Welz/Klassik Stiftung Weimar
Cicatrices visibles
La segunda galería del salón rococó, que se quemó por completo, no fue reconstruida en su antigua forma, sino transformada en un salón especial de lectura. Allí se pueden hallar manuscritos, incunables, notas, mapas y parte de colecciones especiales.
Imagen: Klassik Stiftung Weimar
Un templo del saber
La biblioteca Anna Amalia es apreciada por investigadores de Alemania y del extranjero. Se especializa en literatura alemana anterior a la Ilustración, hasta el Romanticismo tardío. A la inmensa cantidad de libros que guarda se suman 2.600 manuscritos, 8.600 mapas y 29 globos terráqueos, así como grabaciones, microfilmes y registros electrónicos.