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¿Soldados alemanes en el extranjero?

13 de abril de 2018

Siria, Irak, Afganistán: cuando se trata de la participación militar de Alemania en zonas de conflicto de crisis, la moderación prevalece en Berlín. La negativa de Merkel a involucrarse en Siria continúa esta tradición.

Afghanistan Bundeswehr Feldlager in Kundus
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Nietfeld

Alemania es uno de los países más industrializados del mundo, firmemente anclado en la OTAN y en la comunidad de valores de los países occidentales. En términos militares, sin embargo, el país económicamente más fuerte de la Unión Europea se mantiene en un segundo plano. Alrededor de 4.000 soldados alemanes están actualmente activos en las 19 misiones exteriores, desde Afganistán a Mali.

Sin embargo, rara vez en primera línea. Los soldados alemanes llevan aviones de reconocimiento (como en la lucha contra el llamado Estado Islámico en Siria e Irak) y dan formación a grupos militares aliados (como los kurdos en el norte de Irak). Los políticos alemanes siempre enfatizan que saben que se espera más de Alemania. Pero Berlín es reticente a abandonar el papel adoptado tras la Segunda Guerra Mundial.

La más dura y más conocida misión en el extranjero: soldados alemanes en Afganistán.Imagen: imago/EST&OST

Deuda histórica

Esto tiene razones históricas, por supuesto. Después del final del nacionalsocialismo, el nuevo Ejército alemán, la Bundeswehr, se fundó, junto con la República Federal, en 1955. Al mismo tiempo, esta se unió a la OTAN. Los soldados alemanes, en un occidente dominado por los aliados, se centraron durante décadas únicamente en la defensa del propio territorio nacional.

Políticamente, la Alemania dividida estaba en el centro de la Guerra Fría y tomó la iniciativa, con el canciller Willy Brandt en la década de 1970, de cambiar esto: con su política de distensión con la ex Unión Soviética, con la apertura de conversaciones y con acuerdos en lugar de armas.

De entonces viene la relación especial con Rusia, el país que más pérdidas sufrió de todas las partes contendientes en la guerra contra la Alemania nazi, con 6,2 millones de muertos. Todavía desempeña un papel especial en la mente de muchos políticos alemanes. Por lo tanto, después de la anexión de Crimea por parte de Rusia, siempre hubo defensores de un acercamiento con el presidente Putin, aunque Alemania apoye las sanciones contra Moscú. El anterior ministro de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel (SPD), había apostado poco antes de su reemplazo por un relajamiento de aquellas.

Tanques para Lituania: tras la anexión rusa de Crimea fueron estacionados 500 soldados alemanes en la frontera este de la OTAN.Imagen: picture alliance/dpa/F. Kästle

Controvertidas contribuciones

Cuando una reunificada Alemania empezó a contribuir a las misiones exteriores a partir de 1990, se abrió un debate nacional. Sobre todo caldeó los ánimos la controvertida, desde el punto de vista de la legislación internacional, intervención en Kosovo. Tras los ataques de Nueva York del 11 de septiembre de 2001, el despliegue de soldados alemanes en Afganistán fue fundamental para el compromiso de Alemania.

Al igual que las otras misiones de la Bundeswehr en el extranjero, esta misión también se enfrenta a un claro rechazo de la población. Y el gobierno siempre debe tener cada pequeña misión militar aprobada por el Parlamento, porque la Bundeswehr es un ejército parlamentario.

Cuáles son los requisitos para una contribución alemana a una misión militar en el exterior lo explicaba reciente a DW el experto en Relaciones Exteriores del SPD Rolf Mützenich: "Alemania sólo puede participar habiendo un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU y con la aprobación del Bundestag". Ambos inexistentes aquí.

No a la guerra de Irak

Especialmente cuando Estados Unidos se activa, Alemania se pone en guardia. En 2002, el entonces canciller federal Gerhard Schröder (SPD), ganó sorpresivamente las elecciones generales, aunque su gobierno rojo-verde se había quedado rezagado en las encuestas sin esperanza. La razón: Schröder se había posicionado en contra de la participación de Alemania en la campaña de Irak del entonces presidente estadounidense George W. Bush. Así tocó la fibra de los alemanes.

El canciller Schröder descartó en 2003 a través de un discurso televisado cualquier participación alemana en la guerra de Irak.Imagen: AP

Por cierto, el líder del partido opositor CDU era Angela Merkel… y habló a favor de la participación alemana en la campaña de Irak. Eso no funcionó bien en las encuestas. Aparentemente, la canciller consciente de ello, no quiere repetir el error.

En casi todas partes hay, hoy en día, expertos en política exterior y de seguridad que exigen un compromiso militar más fuerte de Alemania. Esta es la única forma en que Berlín puede realmente jugar un papel en la resolución de problemas globales, argumentan. Pero en la mayoría de los casos son minoría. Una encuesta reciente encontró que alrededor del 60 por ciento de los alemanes piensan que las operaciones de la Bundeswehr en el extranjero no deberían ampliarse.

Autor: Jens Thurau (LGC/CP)

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