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Soldados en Bajmut: "Esta es una guerra terrible"

Alexandra Indyukhova
24 de enero de 2023

Miembros de una brigada de tanques de las fuerzas armadas ucranianas que participan en los combates cerca de Bajmut cuentan la situación en el frente. Y explican por qué ahora se necesitan equipos occidentales modernos.

Soldados ucranianos no lejos de Bajmut.
Soldados ucranianos no lejos de Bajmut.Imagen: O. Indyukhova/DW

En la estepa cercana a Donetsk hace 17 grados bajo cero y sopla un viento fuerte. El frente está a solo unos kilómetros de distancia: se combate en torno a las ciudades de Bajmut y Soledar. En medio del campo, se entrenan soldados de infantería y tanques de una brigada de las fuerzas armadas ucranianas. Hace unos días se retiraron de los combates cerca de Bajmut para un breve descanso y reabastecimiento. Para llegar hasta los soldados, hay que caminar varios kilómetros por terreno abierto por motivos de seguridad.

"¿Es difícil caminar con un chaleco antibalas? ¿Se te congelan los brazos y las piernas?", pregunta Ihor, oficial de la brigada acorazada, de camino al lugar de despliegue del batallón, y añade: "Imagínate cómo están los chicos en las trincheras heladas, donde no te dejan encender estufas para que no se delaten las posiciones. Allí también tienen que cargar cartuchos continuamente".

No todos los soldados dan su nombre, no todos quieren ser fotografiados. Algunos tienen parientes en los territorios ocupados y las familias de otros soldados ni siquiera saben que están en el frente.

"¿Nadie en Rusia se fija en las pérdidas?"

Según las observaciones de los oficiales de la brigada blindada, el equilibrio de fuerzas en la zona es actualmente de unos diez soldados rusos contra uno ucraniano. En esta sección del frente, las fuerzas armadas de Ucrania se enfrentan al ejército privado ruso "Wagner", que recluta prisioneros de las cárceles rusas.

En Bajmut y Soledar, las tropas están muy cerca unas de otras, dice Oleh, uno de los comandantes de brigada. "Hay lucha cuerpo a cuerpo. Incluso oímos las órdenes de sus comandantes", dice Oleh.

El soldado de infantería Ihor, de unos 40 años, está visiblemente cansado, al igual que otros soldados. Afirma que "los militares ucranianos luchan al límite de sus fuerzas", porque "sencillamente no hay forma de dormir". Día y noche hay bombardeos y también ataques de la infantería.

Recambio de un motor en un tanque soviético T-72.Imagen: O. Indyukhova/DW

Un oficial, también de nombre Ihor, dice que pequeños grupos de diez a quince hombres se dirigían hacia las posiciones ucranianas "en oleadas", directamente hacia el fuego de barrera desde las trincheras ucranianas. "Disparamos, mueren: hay montones de cadáveres en el campo. Luego viene el siguiente grupo. Ni siquiera ayudan a sus heridos, simplemente siguen avanzando hacia nosotros", dijo Ihor.

"También perdemos gente. Pero no lo entiendo, al final tienen enormes pérdidas. ¿Nadie se fija en eso?", pregunta Ihor, soldado de infantería. Su compañero Dmitro dice que "es difícil soportar todo esto". Pero, en su opinión, "no hay otra opción". "Fuimos al frente deliberadamente. Quiero y tengo que defender a mi país, a mi familia, para que tengamos un futuro", añade.

Faltan tanques

Para continuar la contraofensiva y liberar más territorios ocupados, las fuerzas ucranianas necesitan más equipos y armas, preferiblemente de diseño no soviético, dicen los comandantes de las brigadas de tanques.

Los ingenieros de la brigada muestran los tanques soviéticos T-72, que tienen que reparar al aire libre, bajo los árboles, en medio del campo, tras los combates. Todas las piezas de repuesto del T-72 se fabrican en Rusia y Ucrania no las compra desde hace mucho tiempo. "Todavía tenemos piezas de repuesto. Pero algunas cosas faltan. Después desmantelamos nuestros tanques rusos dañados o capturados", explica Andrij.

"El Leopard es lo que necesitamos ahora. Las miras de alta precisión y la visión nocturna funcionan con cualquier tiempo. Sobre todo, los rusos tienen miedo del Leopard", dice el oficial Konstantin.

Los combates en Bajmut y Soledar son cada vez más intensos. Incluso los ingenieros del batallón de tanques apenas duermen. Dicen que tienen que "mantenerse firmes". "Esta guerra es terrible. Tenemos que ganar para poder seguir viviendo en libertad", afirma el oficial Ihor.

(gg/ms)

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