Las experiencias de Finlandia, hoy miembro de la UE, con Rusia son largas y en parte amargas. Alexander Stubb, ministro de Asuntos Europeos finlandés, habló con DW al margen de la cumbre de la UE sobre el conflicto de Crimea.

DW: Sr. Stubb, usted como finlandés, ¿cómo ve la situación?, ¿cuán peligrosa es? Y ¿qué puede hacerse?

Stubb: Cuando nos amenaza una política basada en la fuerza, naturalmente es para preocuparse. Lo vivimos ya en Georgia en 2008 y ahora lo experimentamos nuevamente en Ucrania. También estamos alarmados porque Rusia es, junto con Alemania y Suecia, uno de nuestros mayores socios comerciales. Las posibles sanciones económicas contra Rusia, sin embargo, no nos preocupan tanto como el estado general de la economía rusa. El crecimiento económico ruso para 2014 es pronosticado en menos de un 1%. Incluso es posible que la economía se contraiga. Eso tendría consecuencias para el producto interno bruto de Finlandia, porque el volumen de nuestro comercio con Rusia asciende a 16.000 millones de euros, lo que representa un gran porcentaje de nuestro PIB, de 200.000 millones de euros.

¿Aboga usted por más diálogo o por sanciones más duras?

En todo caso por el diálogo. En ese sentido somos quizás muy parecidos a los alemanes. Creemos que este conflicto no debería agudizarse más y que los ucranianos y los rusos deberían dialogar más. También creemos que la UE debería enviar una misión a Ucrania. Nos satisface que la Unión Europea y Ucrania planeen firmar un Acuerdo de Asociación, pero solo avanzaremos si dialogamos con Rusia. Esa es nuestra única opción.

¿Debemos aceptar que Crimea esté definitivamente perdida para Ucrania?

No podemos aceptarlo, pues fueron violadas tanto la integridad territorial como la soberanía de Ucrania. Tampoco reconoceremos a Crimea como parte de la Federación Rusa. No obstante: ¿qué podemos hacer? En realidad, nada. Sin un conflicto armado, que nadie quiere, nada podemos hacer.