Todo apunta a una clara victoria del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, en las elecciones celebradas el viernes (12.6) en ese país. El ministerio del Interior de Irán proclamó este sábado, de manera oficial, el triunfo del mandatario con más de 62 por ciento de los votos y una participación del 85 por ciento de los electores registrados.

La oposición no reconoce los resultados

Pero la situación en Teherán no es tan clara como estos números. El principal candidato de la oposición, Mir-Hussein Mousavi, no reconoce los resultados de lo que calificó como “una peligrosa escenificación” a manos del Gobierno de Ahmadineyad. Consideró que “es una obligación nacional y religiosa desvelar los secretos de este proceso, así como sus desastrosas consecuencias para el destino de Irán”.

En la capital iraní, grupos de manifestantes protestan contra los resultados de la primera –y al parecer, única- ronda electoral. A lo largo de la noche se produjeron enfrentamientos con la policía.

Sorpresa en Europa

En Europa, la clara victoria de Ahmadineyad fue recibida con sorpresa. El presidente de la comisión germano-iraní del Bundestag, Rolf Mützenich, dijo a la agencia dpa que pese a la reelección del presidente iraní pueden esperarse cambios en ese país.

La movilización política parece haber atraído a la juventud iraní, dijo el especialista alemán. Sin embargo, “debemos observar con atención lo que suceda en las próximas horas y días”, agregó.

En Viena, Walter Posch, estudioso de la sociedad y la política en Irán, afirmó que la victoria de Ahmadineyad obedeció a la aplicación de la misma estrategia electoral que en 2005. “El presidente sacó provecho de una imagen de víctima frente a las elites iraníes”, aseguró el experto.

“Por ejemplo, Ahmadineyad distribuyó entre la población sacos de patatas y elevó los pagos por jubilaciones. Son cosas sencillas que le permitieron la reelección”, dijo el autor de varios libros sobre la sociedad iraní.

A su vez, Jamsheed Faroughi, especialista de la redacción iraní de Deutsche Welle, opinó que “la victoria de Ahmadineyad resulta sorpresiva. Se esperara un resultado muy parejo, de modo que se robustece la sospecha de posible manipulación electoral. La reelección es una realidad amarga, una victoria sobre la esperanza”, consideró.

El domingo, respuesta de Israel

Sin duda, el resultado repercutirá fuertemente en Israel, país que considera a Irán y al programa nuclear impulsado por Ahmadineyad como una amenaza. Precisamente para este domingo está programado el discurso en el cual el primer ministro Benjamin Netanyahu delineará los principales aspectos de su política exterior. Tras el resultado electoral en Irán, será difícil que el tema no aparezca en el pronunciamiento que dará a conocer el nuevo Gobierno de Israel.

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Editor: Enrique López