Colombia abre la puerta a los venezolanos e inspira al mundo
Enrique Anarte
9 de febrero de 2021
El proyecto de Iván Duque para regularizar a los inmigrantes y refugiados venezolanos podría convertirse en un referente humanitario internacional.
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Una sorpresa capaz de inspirar al mundo entero. En cuestión de semanas, el presidente colombiano, Iván Duque, ha pasado de excluir al éxodo venezolano en Colombia de la vacunación contra el nuevo coronavirus a anunciar el lunes (08.02.2021) un proyecto de regularización masiva de inmigrantes y refugiados del país vecino en territorio colombiano mediante un estatuto temporal de protección (ETPV).
"Es un gesto humanitario emblemático para la región, incluso para el mundo entero”, declaró en el momento del anuncio Filippo Grandi, el alto comisionado de la ONU para los refugiados. Del alrededor de 1,73 millones de venezolanos que residen en Colombia, según datos gubernamentales, unos 966.000 están en situación irregular.
"Se trata de una medida histórica”, dice a DW Ligia Bolívar, investigadora asociada del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, en Venezuela. El decreto, que todavía está sujeto a modificación, desplegaría un proceso de regularización mucho más amplio que los que se han llevado a cabo en Argentina o Perú.
Bolívar, ella misma refugiada venezolana en Colombia, explica además que esta regularización no solo beneficiaría a quienes se encuentran en condición de irregularidad, sino también a quienes han solicitado asilo en Colombia o a quienes han acudido a la "maraña” de permisos de residencia con la que el Estado colombiano ha intentado en los últimos años dar respuesta al flujo migratorio desde el país vecino. "Es una manera de unificarlo”, aclara la socióloga.
El presidente Duque, de ideología conservadora, llegó al poder desafiando abiertamente al régimen de Nicolás Maduro y sugiriendo que los venezolanos volverían a su país cuando cayese el chavismo. Esta medida rompe radicalmente con ese discurso, a la vez que ofrece esperanza a quienes huyen de la sempiterna crisis venezolana.
"Es, en parte, una cuestión de pragmatismo político, pues Duque ha asumido que la situación de casi un millón de venezolanos en situación de irregularidad no se solucionará a corto plazo”, cree la investigadora Bolívar, quien se muestra convencida además de que, pese a los registros oficiales, el número total de venezolanos en Colombia supera ya los dos millones.
En el mismo sentido, Rolan Rodríguez, politólogo de la colombiana Universidad del Rosario, subraya a DW que "es muchísimo más peligroso para el Estado colombiano tener una población sin identificación, sin caracterización, sin ubicación geográfica, engordando las dinámicas de la economía informal e incluso siendo capturada o captada por las dinámicas de la economía ilegal”.
Pero Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela de dicho centro universitario, también cree que la propia figura del presidente Duque explica una medida que en otro contexto se habría asociado con una postura más a la izquierda del espectro ideológico: "Duque podría ser catalogado como un presidente intrascendente que con esta propuesta puede llegar a tener una trascendencia internacional”, sostiene el politólogo.
Encuestas como la de Invamer registran una opinión mayoritariamente negativa entre la población colombiana respecto a los migrantes venezolanos en su país, un rechazo que se disparó al llegar la pandemia para luego volver a estabilizarse. No obstante, el politólogo Rodríguez cree que, en el caso de Duque, "el no tener un futuro político en el país le permite poder jugarse cartas que otros no tomarían tratando de hacer cálculos en la política colombiana a largo plazo”. Ello asumiendo, claro está, que sus aliados conservadores le permitan llevar a cabo un proyecto con el que no está claro aún que todos comulguen.
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¿Un ejemplo mundial?
En cualquier caso, el proyecto de regularización abriría la puerta a la vacunación contra el coronavirus de todas las personas de origen venezolano en territorio colombiano, según aseguró el gerente para la frontera con Venezuela, Lucas Gómez. El funcionario puntualizó que los recursos saldrían de la cooperación internacional. De ser así, teóricamente la población local no tendría razones para considerar a los migrantes un lastre para la campaña de vacunación en Colombia.
Para Rodríguez, la medida es de hecho una oportunidad para que Colombia se convierta en un ejemplo más allá de sus fronteras. "Colombia puede asumir un papel de liderazgo no solo en la región, sino a nivel global”, cree el politólogo. "Esto abriría una senda en la cual muchos sectores de la cooperación internacional estarían dispuestos a apoyar al Estado colombiano para asegurarse de que sea un proyecto exitoso”.
(ers)
Venezuela: un país desangrado
El 6 de diciembre se llevaron a cabo elecciones parlamentarias en Venezuela en medio de la peor crisis en años. Hambre y escasez caracterizan la vida cotidiana en el país. La necesidad se manifiesta de muchas formas.
Imagen: Jimmy Villalta/UIG/imago images
Neveras vacías
En 2018, la nación caribeña registró la inflación más alta en su historia: 65.374%, según el portal alemán Statista. En el mismo año, el Fondo Monetario Internacional incluso calculó la inflación en 1.370.000%. Debido a la falta de divisas, apenas se pueden importar bienes. Comprar en los supermercados es imposible para la mayoría de los venezolanos debido a los altos precios.
Imagen: Alvaro Fuente/ZUMA Press/imago images
Alimentando a los pobres en la ciudad de Valencia, estado Carabobo
Solo aquellos que traigan su propio plato o envase pueden comer algo. Incluso las organizaciones de ayuda humanitaria carecen de cubiertos desechables. El otrora rico país ha estado sufriendo una grave crisis de abastecimiento durante años. Hay escasez de todo: comida, medicinas y las cosas más básicas, como jabón y pañales.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
Los niños se mueren de hambre
En Caracas, los niños extienden desesperadamente los brazos cuando Caritas u otras organizaciones distribuyen alimentos. Muchos no han comido en días. El 96 por ciento de los hogares vive en la pobreza, 64 por ciento en pobreza extrema, según un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello. La carne, el pescado, los huevos, las frutas y las vegetales solo se sirven en muy pocas familias.
Imagen: Roman Camacho/ZUMA Press/imago images
Sistema de salud al borde del colapso
El que lamentablemente tenga que ir a un centro de salud, como aquí en el Hospital San Juan de Dios de Caracas, tiene que pagar sus propios medicamentos y suministros como catéteres y jeringas. Más de un tercio de los 66.000 médicos con licencia ya abandonaron el país. El número de otros profesionales de la salud también se ha reducido, lo que ha llevado al sistema sanitario al borde del colapso.
Imagen: Dora Maier/Le Pictorium/imago images
Barro y madera como materiales gratuitos de construcción
Un niño juega en su casa de bahareque, un tipo de vivienda hecha de madera y barro cuya construcción se remonta a la época precolombina. Debido a la creciente pobreza extrema en las zonas rurales, estas estructuras se están volviendo más comunes nuevamente. Bajo estos techos no hay agua corriente ni electricidad.
Imagen: Jimmy Villalta/UIG/imago images
No hay electricidad en Venezuela
Los apagones permanentes paralizan regularmente el país. La oposición señala las inversiones demoradas, la corrupción y el mantenimiento inadecuado de los sistemas eléctricos como las razones. Por ello, el gobierno tomó medidas drásticas para ahorrar electricidad. Por un tiempo, los funcionarios públicos incluso redujeron su semana laboral a dos días hábiles para ahorrar energía. Sin éxito.
Imagen: Humberto Matheus/ZUMA Press/imago images
Viviendo en la calle
Cuando se va la luz, hace un calor insoportable en las casas si no se tiene un aire acondicionado que funcione. Entonces la gente traslada la vida a las calles, como aquí en Maracaibo. Por años ha habido cortes de energía no solo regionales en Venezuela, sino también nacionales. El presidente Nicolás Maduro asegura que sus oponentes hacen actos selectivos de sabotaje contra la infraestructura.
Imagen: Humberto Matheus/ZUMA Press/imago images
Escasez aguda de agua
En la parroquia Santa Rosa, en la ciudad de Valencia, el suministro de agua ha colapsado de forma tal que hasta la gente se baña y lava su ropa y otras cosas en charcos al costado de la carretera. Ya no hay agua potable.
Imagen: Elena Fernandez/ZUMA Wire/imago images
Luz y agua
En el río Guaire fluyen solo aguas residuales y productos químicos tóxicos. En Venezuela, el agua y la electricidad son delicadamente interdependientes: la falta de electricidad y mantenimiento agrietaron las paredes de los embalses del país y el nivel del agua bajó. Como resultado, se generó menos electricidad en las centrales hidroeléctricas y se produjeron apagones. Un círculo vicioso.
Imagen: Adrien Vautier/Le Pictorium/imago images
En busca de agua potable
En Guacara, en el estado Carabobo, una residente camina por las calles con recipientes de plástico en busca de agua potable. En algunos lugares de Venezuela solo hay unas pocas horas de agua corriente tres días a la semana. Por esta razón, muchas familias llenan rápidamente todas las botellas y frascos que encuentren para tener un poco de agua cuando la sequía vuelva.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
Aguas contaminadas
Los venezolanos nadan en petróleo, pero no de buena manera: en el lago de Maracaibo, los pescadores arrojan sus redes desde neumáticos viejos, a pesar de que el agua está contaminada con petróleo. Las costas también están afectadas. Debido a fugas en oleoductos y una avería en una refinería cerca de Puerto Cabello, en el noroeste del país, unos 20.000 barriles de crudo se derramaron al mar.
Imagen: Miguel Gutierrez/Agencia EFE/imago images
"El pueblo necesita gasolina"
En Guacara, en el estado Carabobo, la gente espera con sus automóviles enfrente de las estaciones de servicio por más de dos semanas para cargar gasolina. Venezuela tiene que importar petróleo de Irán porque sus propias plantas petroleras en ruinas apenas pueden producirlo. Hace 10 años, la tasa de producción era de unos 2,3 millones de barriles al día. Ahora es menos de la mitad.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
El suministro de energía colapsó
En Caracas, la gente espera en la calle con sus bombonas de gas vacías con la esperanza de que por fin puedan volver a llenarlas. Dado que las fuentes de energía y gasolina fallan repetidamente en Venezuela, la gente ha cambiado al gas. Pero este recurso también se ha vuelto escaso.
Imagen: Miguel Gutierrez/Agencia EFE/imago images
Las aureolas se desvanecieron
Los rostros de Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales y Rafael Correa miran desde la pared de una casa en Caracas hacia un basurero desbordado. Muchos venezolanos veneraron como santos a los líderes socialistas de Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador. En Venezuela, el "socialismo del siglo XXI" no ha cumplido su promesa de prosperidad para todos.