Tras deslindarse de la mayor alianza de partidos antichavistas, dos líderes opositores venezolanos han montado tienda aparte: Soy Venezuela atrae a los descontentos de la Mesa de la Unidad Democrática. Un análisis.
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Durante muchos años, los términos polarización y oposición –a secas, sin necesidad de colgarles adjetivos– facilitaron la explicación de la crisis política venezolana y la descripción de los sectores adversos a la “Revolución Bolivariana”, respectivamente. Pero, con el tiempo, el uso de esas palabras se ha vuelto problemático; por sí solas, ellas ya no bastan para interpretar lo que ocurre en el país caribeño.
Tanto el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y la coalición oficialista Gran Polo Patriótico como la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ubicada en las antípodas del poder, han sufrido deserciones que debilitan su cohesión interna. El surgimiento de grupos como Marea Socialista y el Movimiento Democracia e Inclusión obligó a diferenciar una oposición chavista de una antichavista.
Y la reciente fundación de la plataforma Soy Venezuela –integrada por exmiembros descontentos de la MUD– hace difícil continuar hablando de polarización en Venezuela como se ha hecho hasta ahora. Hoy día, el “hombre fuerte” de Caracas, Nicolás Maduro, y la élite que apuntala a su régimen deben hacerle frente a una oposición cada vez más heterogénea, que incluye tambén a quienes no desean afiliarse a partido alguno.
Una meta, ¿demasiados caminos?
La pregunta de rigor es si esa heterogeneidad entorpece o facilita la reinstauración del vapuleado Estado de derecho en Venezuela: a juzgar por sus declaraciones, ese es el objetivo común de todos los adversarios de Maduro; pero, de momento, no hay acuerdo entre ellos sobre cómo alcanzar esa meta juntos. El Encuentro en defensa de la Constitución, que reunió a chavistas y antichavistas el 6 de agosto de 2017, no parece haber dado frutos.
Y la creación de Soy Venezuela se ha dado en términos tan agrios que algunos la perciben más como un peligro para la MUD que para el propio Maduro: Soy Venezuela acusa a la MUD de “colaborar” con el oficialismo al participar en los venideros comicios regionales pese a la falta de independencia de la autoridad electoral, y de contribuir a legitimar una Asamblea Nacional Constituyente cuya elección ha sido tachada de fraudulenta.
María Corina Machado, de la formación Vente Venezuela, y Antonio Ledezma, de Alianza Bravo Pueblo –el preso político más prominente del país, después de Leopoldo López–, acapararon la atención en las redes sociales el 17 de septiembre cuando anunciaron el lanzamiento de Soy Venezuela, prometiendo “rescatar la República” y cumplir “el mandato del pueblo”, articulado a través del plebiscito del 16 de julio de 2017.
Decisiones de alto costo
El antichavismo asegura que en la consulta informal celebrada ese día, más de siete millones de personas votaron a favor de desconocer a la Asamblea Nacional Constituyente –que estaba por ser elegida (30.7.2017)–, renovar los poderes públicos, realizar comicios transparentes, formar un “Gobierno de unidad nacional” y exigir que las Fuerzas Armadas le juraran lealtad a la Constitución de 1999 y no a la “Revolución Bolivariana”.
Por eso causó tanto escozor la rapidez con que la MUD desestimó el resultado del referendo y, siguiendo la decisión unilateral de Acción Democrática –uno de sus socios más fuertes–, accedió a participar en la contienda electoral regional; hasta Voluntad Popular –el partido de Leopoldo López, el más radical de la MUD– dio su brazo a torcer. Estos fueron los sucesos que dieron pie a la fundación de Soy Venezuela.
Consciente de las eternas fricciones entre el ala moderada y la extremista de la MUD, Maduro se ha esmerado en alimentar las discordias alegando que la cúpula de la alianza lleva meses negociando una tregua con el oficialismo a espaldas de sus seguidores y que Leopoldo López –pese a estar sometido a un régimen de casa por cárcel que le prohíbe hablar con los medios de comunicación– ha asistido a las reuniones para dialogar.
Las elecciones de la discordia
Aunque López ha desmentido a Maduro, su táctica ha tenido un éxito parcial; la imagen de López y de su partido está empañada: el pasado 10 de septiembre, cuando los opositores de a pie fueron llamados a votar por sus candidatos para los comicios regionales, sólo un representante de Voluntad Popular fue designado para aspirar a una gobernación. Este lunes (18.9.2017), López recibió una fría acogida en la red social Twitter.
Cuando López publicó un mensaje que decía “Yo también #SoyVenezuela”, no faltó quien lo criticara, argumentando que su tuit perjudicaba al incipiente movimiento, liderado por Machado y Ledezma. Así de tóxica se ha tornado, a los ojos de muchos, cualquier vinculación con la MUD. Pero, ¿qué probabilidades existen de que Soy Venezuela suplante a la MUD y se transforme en la nueva punta de lanza del antichavismo?
Stefan Peters, especialista en Latinoamérica de la Universidad de Kassel, opina que el de Machado y Ledezma está lejos de ser un proyecto con poder de convocatoria considerable. Ivo Hernández, del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Münster, tampoco cree que Soy Venezuela llegue a sacar provecho de la actual crisis de la MUD. “Venezuela es un país conservador, muy resistente al cambio”, dice Hernández.
¿En qué tipo de unión está la fuerza?
“Como muestra, un botón: demasiados venezolanos ven todavía en Henry Ramos Allup, un hombre de probada capacidad destructiva en su propio partido, a un posible presidente. Eso dice mucho sobre el electorado venezolano”, sostiene el investigador de Münster, refiriéndose al jefe de Acción Democrática. Lo que favorece a Soy Venezuela es el grado de reconocimiento internacional de sus dirigentes.
En 2014, Machado fue nominada al Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia, otorgado desde 1988 por el Parlamento Europeo con miras a reconocer la labor de personas y organizaciones en defensa de los derechos humanos, sobre todo los derechos políticos. En 2017, por segunda vez, Antonio Ledezma aspira al Premio Sájarov junto al resto de los presos políticos registrados por la asociación civil Foro Penal Venezolano.
Sin embargo, para Günther Maihold, es irrelevante que Soy Venezuela goce o no de popularidad en este instante. “Lo realmente preocupante –y que ya salta a la vista– es que la MUD, como amplia coalición, ya no sea viable”, señala el subdirector de la Fundación Ciencia y Política (SWP), de Berlín, subrayando que la dispersión del liderazgo opositor le roba a la población el foco puntual de esperanza que necesita.
Evan Romero-Castillo
Venezuela: ¿quién es quién en la oposición?
La oposición venezolana trasciende la alianza denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta galería presenta a los adversarios más prominentes –chavistas y no chavistas– de Maduro y el partido de Gobierno, PSUV.
Imagen: UCAB
Leopoldo López
Internacionalmente conocido por su gestión como alcalde del municipio caraqueño de Chacao (2000-2008). Es considerado el principal dirigente de la oposición; se le atribuye una lucha por el liderazgo con Henrique Capriles Radonski. Desde 2014 es el preso político más célebre. López fundó Primero Justicia en 1992, junto a Capriles Radonski y Julio Borges. En 2009, López fundó Voluntad Popular.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Hernandez
Henrique Capriles Radonski
Líder de Primero Justicia, gobernador del estado Miranda (centro) y candidato de la MUD en las elecciones presidenciales de 2012 y 2013. Argumentando fraude de cara a los últimos comicios –que lo enfrentaron con Maduro–, le pidió a instancias nacionales e internacionales que no reconocieran sus resultados. En abril de 2017 fue inhabilitado políticamente por el régimen por un lapso de quince años.
Imagen: AP
Julio Borges
Presidente del Parlamento (2017-2018) y jefe de bancada de la MUD. Coordinador político de Primero Justicia, uno de los partidos opositores con más presencia en el país. Lo fundó en 1992 y ya para en 2000 participó en sus primeras elecciones. En agosto de 2017 se reunió con chavistas disidentes del PSUV y llamó a crear un frente amplio con miras a rescatar el Estado de derecho en Venezuela.
Imagen: Getty Images/AFP/F. Parra
Freddy Guevara
El primer vicepresidente del Parlamento (2017-2018) es periodista. Adquirió relevancia política en el seno del movimiento estudiantil que en 2007 hizo campaña contra la reforma constitucional promovida por el difunto Hugo Chávez. Tras el encarcelamiento de Leopoldo López y la huida de Carlos Vecchio, actualmente en el exilio, Guevara se convirtió en el timonel del partido Voluntad Popular.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Cubillos
Luisa Ortega Díaz
Como fiscal general, la chavista apoyó al régimen, incluso tras los excesos cometidos durante la represión de las protestas antigubernamentales de 2014, pero denunció la ruptura del hilo constitucional cuando Maduro le ordenó al Tribunal Supremo de Justicia despojar al Parlamento de sus facultades en marzo de 2017. Ella fue destituida por la Asamblea Nacional Constituyente el 5 de agosto de 2017.
Imagen: Getty Images/AFP/F. Parra
Henry Ramos Allup
Los simpatizantes del expresidente del Parlamento (2016) valoran su experiencia, adquirida durante décadas en las filas del partido socialdemócrata Acción Democrática (AD). Ramos Allup es secretario general de AD, que compartió el poder alternativamente con el socialcristiano COPEI entre 1959 y 1994. Sus detractores desconfían de él precisamente por pertenecer a la vieja guardia.
Imagen: Imago/Agencia EFE
Antonio Ledezma
El Alcalde Metropolitano de Caracas es uno de los presos políticos más prominentes del país. Según Maduro, Ledezma participó en un frustrado plan de magnicidio junto a Leopoldo López y María Corina Machado. Oficialmente se alega que la prueba del crimen es un documento en el que los tres opositores –tachados de antichavistas radicales– claman por la formación de un Gobierno de transición.
Imagen: Imago/Zumapress/El Nacional/E. Morgado
María Corina Machado
María Corina Machado, líder de la asociación Vente Venezuela, fue incluida en mayo de 2015 en la lista de candidatos de la MUD para las elecciones parlamentarias de diciembre (Machado era la diputada que más votos había obtenido a escala nacional en los comicios legislativos de 2010). El contralor general, Manuel Galindo, la inhabilitó políticamente, impidiendo su participación en los comicios.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gutierrez
Henri Falcón
El gobernador del estado Lara (centro-occidente) es abogado y sub oficial retirado del Ejército. Ingresó a la política con el Movimiento Quinta República del difunto Hugo Chávez y fue miembro del PSUV hasta 2008, cuando se separó de sus filas. Aunque se ha mostrado crítico de cara al régimen de Maduro y tachó de fraude su Asamblea Nacional Constituyente, un sector del antichavismo desconfía de él.
Imagen: picture-alliance/Demotix/S. Alvarez
Manuel Rosales
El fundador del partido Un Nuevo Tiempo, Manuel Rosales, fue alcalde de Maracaibo, gobernador del estado occidental de Zulia y candidato presidencial –el principal opositor de Hugo Chávez en 2006– antes de solicitar asilo político en Perú. En mayo de 2015 fue postulado por la MUD para los comicios legislativos de ese año. Un mes más tarde se le inhabilitó políticamente por siete años y medio.
Imagen: picture-alliance/dpa/S.Suarez
Eustoquio Contreras
El abogado chavista fue designado vicecanciller de la República (2004) y elegido miembro del Parlamento (2005-2010; 2016-2021). En enero de 2017 dio por imposible el diálogo oposición-Gobierno; pero en agosto, en representación del Bloque Parlamentario Socialista del Parlamento, se reunió con líderes de la MUD (foto) y llamó a crear un frente amplio con miras a rescatar el Estado de derecho.
Imagen: UCAB
Nicmer Evans
El politólogo chavista se dio a conocer como vocero de Marea Socialista, un grupo político que surgió dentro del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), pero asumiendo una posición crítica de cara a la gestión de Maduro. El CNE se negó a aprobar su inscripción como partido cuando Marea Socialista se separó del PSUV. Hoy, Evans es portavoz del Movimiento Democracia e Inclusión.
Imagen: Martha Cambero
Germán Ferrer
Obtuvo un escaño en el Parlamento en las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2015, en las que participó en representación del Gran Polo Patriótico, la alianza de formaciones que apoyan al régimen de Maduro. El abogado es esposo de Luisa Ortega, quien desconoció la decisión de la Asamblea Nacional Constituyente de destituirla como Fiscal General de la República el 5 de agosto de 2017.
Imagen: Getty Images/AFP/F. Parra
Gabriela Ramírez
La chavista fue diputada uninominal por los municipios Baruta y El Hatillo (2005-2010) y llegó a estar al frente de la Defensoría del Pueblo antes de convertirse en acérrima crítica de Maduro. Tras las protestas antigubernamentales de 2014, su nombre figuró en la lista de funcionarios venezolanos a los que el senador estadounidense Marco Rubio recomendó sancionar por violar derechos humanos.
Imagen: Imago/Agencia EFE/M. Gutierrez
Miguel Rodríguez Torres
El militar participó en la intentona golpista del 4 de febrero de 1992 y dirigió la reestructuración de la Dirección Nacional de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), transformándola en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN). Fue ministro del Interior hasta 2014. Se distanció de Maduro en 2016. Propuso elecciones generales para solucionar la severa crisis nacional.