Para erradicar el feminicidio en América Latina, con 14 de los 25 países más violentos, ONU y UE lanzaron la iniciativa Spotlight. Urge erradicar las causas, “no apagar fuegos”, dicen especialistas consultadas por DW.
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"Diez mujeres son asesinadas por día en México. Hasta el año pasado el promedio fue nueve diarias”, cuenta a DW Yéssica Sánchez, de Consorcio Oaxaca, una organización de la sociedad civil que vela por los derechos de las mujeres y los derechos humanos en general. "La iniciativa Spotlight de la ONU y de la UE es una oportunidad que hay que agarrar y asumir”, añade.
A solo un año de haberse lanzado en Nueva York la iniciaitiva Spotlight es muy pronto para sacar balance. No obstante, los primeros pasos de estos proyectos internacionales –con un presupuesto de 500 millones de euros para África, Asia, América Latina y el Pacífico- son vistos con ojos esperanzados.
Para la iniciativa Spotlight, pionera en el campo, hubo que priorizar países y problemáticas: en América Latina se definieron programas concretos para erradicar el feminicidio en Argentina, El Salvador, Guatemala, Honduras y México. Un programa especial para el Pacífico y otro para el Caribe fueron lanzados medio año después. Las cifras de 2016 fueron el criterio para elegir los países: 255 en Argentina, 349 en El Salvador, 211 en Guatemala, 466 en Honduras y 2813 en México.
"Sin lugar a dudas, aunque en México comenzó a mediados de 2019, ha arrancado bien porque se enfoca concretamente en política pública, legislación, cultura de la no violencia y protección a defensoras. Pero estamos hablando de proyectos en un municipio del Estado de México y de uno en Chihuahua. La experiencia piloto se compartirá en una segunda fase con Puebla y Veracruz”, explica Sánchez.
"Nos atañe a todos”
Si bien la conciencia del problema ha crecido, "al mismo tiempo la violencia contra la mujer ha aumentado. Es una tendencia global que no excluye a ningún continente. Este es el punto de donde partió Spotlight. Nos atañe a todos. No hay un solo lugar donde nuestra acción no se requiera con urgencia”, decía Federica Mogherini, Alta Representante para la Política Exterior de la UE.
"No hay causa cultural ni ley ancestral que justifique la violencia. Tenemos que ir a lo profundo de nuestras sociedades sabiendo que el cambio es posible”, afirmó la diplomática italiana en el encuentro de la iniciativa al margen de la Asamblea General de la ONU.
¿Por dónde empezar?
¿Pero dónde empezar el cambio? "En cuanto a la gestión pública, hay que empezar por despedir funcionarios viciados de un sistema que invisibilizó el feminicio, negó la desaparición y la tortura sistemática, los ataques a defensores, así como el despojo de tierra y territorio”, sigue Sánchez, directora de esta organización que tiene diez años de experiencia.
"Así como es importante fijar reglas para la inversión en infraestructura, no hay que subestimar la importancia de las prestaciones salariales y las condiciones laborales del personal. Las malas condiciones se decantan en mala atención, maltrato y revictimización”, acota.
Basta de apagar fuegos
"América Latina y el Caribe aglutinan la mitad de feminicidios de todo el mundo. Recibimos de manera muy positiva la iniciativa Spotlight. Es crucial garantizar el acceso a una justicia efectiva, pues el 98% de los casos quedan impunes. Es necesario atacar la raíz de los factores estructurales que permean las sociedades latinoamericanas y que permiten la violencia contra las mujeres”, dice por su parte a DW Garance Tardieu, secretaria ejecutiva de la Red EULAT. Esta red se compone de muchas organizaciones europeas que vienen abogando desde hace años por que se incluya el tema del feminicidio en la agenda de América Latina con la UE.
A nivel continental la magnitud del problema es alarmante: de los 25 países con los más altos índices de feminicidio, 14 están en América Latina.
Para Sánchez, la política pública de inversión en infraestructura de protección como albergues ha sido sólo un paliativo. "No se emite órdenes de protección, se saca a las mujeres del contexto violento en vez de sacar al agresor, meterlo a la cárcel o a programas de rehabilitación. No se trata de apagar fuegos”, subraya. "Los refugios son necesarios, pero lo que se requiere es que las mujeres sepan que tienen derechos y que los hombres sepan que no las pueden agredir y que si lo hacen habrá sanciones”, añade.
"Estamos hablando de 3650 víctimas de feminicidio al año. Necesitamos acciones concretas. No podemos permitir más discursos. Esperemos que con la cooperación internacional se pueda ampliar la iniciativa Spotlight al resto de Estados de la República y que los resultados se puedan hacer tangibles”, concluye Sánchez.
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America Latina: la violencia machista en cifras
El machismo y la violencia contra las mujeres están más presentes de lo que se cree entre los jóvenes. Un estudio de la organización Oxfam revela creencias y comportamientos que explican las altas cifras de violencia.
Imagen: picture-alliance/epa/Guadalupe Perez
Víctima por el hecho de ser mujer
El 56% de las mujeres y el 48% de los hombres de 20 a 25 años en América Latina tienen alguna conocida cercana que ha sufrido violencia física o sexual en el último año, según un estudio de la ONG Oxfam. En la región muere una mujer cada cinco horas y sólo en 2016 se registraron 1831 feminicidios. En México, donde no está tipificado este delito, la población ha salido a la calle a decir basta.
Imagen: picture-alliance/epa/Guadalupe Perez
Normas heredadas
En la base de esta violencia están una serie de imaginarios y normas sociales que han dictado tradicionalmente cómo deben comportarse las mujeres y qué derechos tienen los hombres sobre ellas. El 60% de los amigos cercanos a los encuestados le grita a su pareja y el 40% las humilla y desvaloriza, según el estudio realizado entre jóvenes de 15 a 25 años de ocho países latinoamericanos.
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Sexualidad, mitos y creencias
El 87% de los jóvenes encuestados opina que el deseo sexual de los hombres es mayor que el de las mujeres. Asimismo, está muy presente la idea de que si una mujer está ebria se presta para que tengan relaciones sexuales con ella aunque no esté consciente, que el hombre se enoja si la mujer no tiene relaciones cuando él quiere o que si él está ebrio se justifica que la golpee
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Acoso callejero
Existe una normalización del acoso callejero, con comentarios de tipo sexual, piropos o silbidos por parte de desconocidos en espacios públicos y del transporte. El 75% de las y los jóvenes cree que esto es algo normal. El informe “Rompiendo moldes: transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres” pretende alertar sobre estos comportamientos.
Las redes sociales, internet y celulares se han convertido en instrumentos para ejercer control sobre las mujeres. El 33% de las mujeres y el 44% de los hombres (15 a 19 años) consideran que no es violencia revisar el celular de sus parejas. Asimismo, el 84% de las mujeres y el 77% de los hombres (15 a 25 años) creen que sus amigos lo hacen.
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¡No te pongas eso!
Otra forma de ejercer control y violencia sobre las mujeres tiene que ver con el vestuario. Pero la mayoría de los encuestados de 20 a 25 años cree que no es violencia que el hombre le diga a su pareja qué ropa usar. El 56% de las mujeres y el 59% de los hombres creen que sus amigos hombres lo hacen.
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Celos como expresión de amor
Otra creencia extendida es que los celos son una expresión del amor y quien cela está demostrando cuánto quiere a su pareja. Así lo piensa el 43% de las mujeres y el 63% de los hombres de 15 a 19 años. “En nombre del amor romántico, se cometen toda clase de abusos que atentan contra la libertad y el derecho a la intimidad”, acusa el estudio.
Imagen: picture alliance/dpa/C. Klose
¿No es sí?
Un lamentable concepto, en la base del machismo, es que las mujeres “se hacen las difíciles”: dicen no, pero en realidad quieren decir sí, opina el 45% de las jóvenes y el 65% de los chicos encuestados. En la misma línea, “un hombre puede tener relaciones sexuales cuando y con quien quiera; pero las mujeres, no”. El 81% de las y los jóvenes de 20 a 25 años cree que eso piensan sus amistades.
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¿Por qué las mujeres aguantan una relación violenta?
También presente está la idea de que el hombre tiene derecho a disciplinar el comportamiento de la mujer con cualquier tipo de violencia. Los y las jóvenes de 20 a 25 años dan diferentes razones por las cuales las mujeres no escapan de relaciones violentas: 80% opina que lo hacen por sus hijos, 63% porque amenazan con matarla, 59% porque dependen económicamente y 47% cree que es normal.
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Distintas caras del machismo
El machismo está presente por igual en toda América Latina, con algunas diferencias en la forma de manifestarse. El Salvador, Colombia, Honduras y Guatemala sobresalen en la normalización de la violencia y Cuba por los silbidos y piropos en la calle. En Bolivia, el 61% de los hombres de 20 a 25 años cree que cuando una mujer sale a trabajar, los hijos e hijas sufren abandono.
Imagen: picture-alliance/Zumapress/L. Vargas
Creencias positivas entre los jóvenes
Pero también hay conciencia de que la violencia contra las mujeres es un problema grave y las autoridades deberían hacer algo al respecto. Así opina el 72% de las mujeres y el 63% de los hombres. Asimismo, el 88% de las jóvenes y el 77% de los chicos estima que la violencia hacia las mujeres es producto de las desigualdades entre ambos.
Imagen: AFP/Getty Images/E. Santelices
Moldes sexistas
Aunque persiste el concepto de hombres proveedores y mujeres cuidadoras, así como la idea mayoritaria (78%) de que todas las mujeres deberían ser madres, el estudio destaca casos de jóvenes que rompen con el molde sexista, y el valor de campañas e iniciativas para visibilizar los derechos de lesbianas y personas transgénero, quienes sufren todavía mayor discriminación y violencia.
Imagen: Getty Images/AFP/C. de la Torre
Transformar los imaginarios y normas sociales
Esa es la meta. Los jóvenes tienen un papel clave, como lo han demostrado con marchas y protestas. Pero el proceso, reconoce el estudio de Oxfam, es lento y complejo. La mayoría cree que el Estado debe actuar ante la violencia, pero admite que haría poco o nada frente a una situación de maltrato. Este informe permite reconocer estos moldes y alienta a no ser testigos silenciosos del maltrato.