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Steinmeier: Alemania no pretende ser "mediador"

Emilia Rojas Sasse8 de diciembre de 2006

El ministro germano de RR.EE., Frank-Walter Steinmeier, intentó en Estados Unidos rebajar las expectativas de la contribución que podría hacer Alemania en caso de aplicarse las recomendaciones del informe Baker.

Condoleezza Rice y Frank-Walter Steinmeier.
Frecuentes se han vuelto los encuentros entre los jefes de la diplomacia de Washington y Berlín.Imagen: AP

El de este viernes es el tercer encuentro que sostiene el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, tras la cumbre de la OTAN y una conferencia internacional celebrada en Jordania. Previsto estaba conversar sobre los proyectos de la presidencia alemana de la Unión Europea durante el primer semestre de 2007. Pero la presentación del informe Baker ha trastocado la agenda, catapultando el tema de Irak al primer plano en Estados Unidos. La discusión que se desató al respecto, que el jefe de la diplomacia alemana calificó de "muy acalorada", se roba sin duda la película. No obstante, Steinmeier no pierde la perspectiva: "no deberíamos cometer el error de pensar que el debate nos involucra a nosotros", indicó, subrayando que éste es asunto de los estadounidenses.

Llamado al realismo

En lo sustancial, el ministro alemán ha dado a entender en Estados Unidos que Alemania apoya el emprendimiento de nuevos esfuerzos diplomáticos en el Medio Oriente, pero también ha intentado reducir las expectativas: "No estamos en el papel de mediadores, nuestras posibilidades no son tan amplias como para eso", advirtió. El jefe de la diplomacia germana apela pues al realismo, ante las especulaciones sobre el rol que podría asumir Berlín para facilitar eventualmente contactos entre la Casa Blanca y Damasco. Y hace bien, porque de momento no hay indicios claros de que el gobierno de Washington esté dispuesto a seguir las recomendaciones del informe elaborado por la comisión que dirigieron James Baker y Lee Hamilton.

Steinmeier, durante su reciente visita a Damasco.Imagen: AP

De hecho, fue el propio Hamilton el que puso los puntos sobre las íes en Washington, al señalar: "Es un hecho que el presidente Bush estará todavía dos años en el cargo" y "es un hecho que el informe, en su mayor parte, sólo puede ser llevado a la práctica por el ejecutivo". Dicho en otras palabras, no es el Congreso el que lleva la batuta, ni otros sectores que han visto con buenos ojos los consejos perentorios de cambiar la estrategia con Irak. Y hay otros hechos más que se podrían añadir a la lista: por ejemplo, que la sugerencia de entablar contactos con Siria e Irán implicaría un giro decisivo, ante el cual hay gran resistencia no sólo en Washington.

Críticas de Israel

Bush tiene la palabra.Imagen: AP

En el gobierno de Israel, por lo pronto, tal posibilidad provoca escalofríos. Tanto es así que incluso la reciente visita de Steinmeier a Damasco mereció duras recriminaciones de parte del primer ministro Ehud Olmert. Junto con recalcar que Siria mantiene estrechas relaciones con Irán y respalda a las milicias de Hezbolá en el Líbano, al igual que a la organización palestina Hamás, el gobernante israelí puntualizó que también apoya a rebeldes en Irak. "¿Es esa una buena plataforma para la visita de un ministro de Relaciones Exteriores alemán?, inquirió Olmert, para sentenciar: "Yo creo que ha cometido un error".

Steinmeier defendió sus gestiones, indicando que constituyeron un intento de sondear en qué medida Damasco podría ser inducido a adoptar una actitud constructiva en el proceso de paz para el Medio Oriente. A su juicio, contando con pocas alternativas disponibles, también hay que probar vías que pueden resultar controvertidas. Eso es, justamente, lo que propone también el informe Baker. Pero, por lo visto, la puesta en práctica de sus recomendaciones no será cosa fácil.

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