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"Stop Climate Change": producto ecológico certificado

Luna Bolívar Manaut27 de septiembre de 2007

Cada año, Alemania importa de países como Ecuador o la República Dominicana miles de plátanos. A partir de ahora, algunos de ellos viajarán con carné de bananas ecológicas, que no es lo mismo que biológicas.

Plátanos ecuatorianos y dominicanos: los primeros en Europa con sello de ecológicos.Imagen: dpa

“Lo ideal sería, y nosotros no descartamos que se pueda implantar algún día, que existiese un solo certificado con el que distinguir productos a una vez biológicos, ecológicos y garantes de un comercio justo”, comenta a DW-WORLD Marco Lange.

Lange trabaja para Agra-Teg, una empresa alemana que ha desarrollado un concepto bautizado como “Stop Climate Change”, “Detengamos el Cambio Climático”. El nombre es poco original, pero efectivo. Impreso en forma de sello sobre el etiquetado, debe permitir a los consumidores diferenciar entre las mercancías en cuya producción se tuvo en cuenta el medio ambiente y aquellas en las que no, facilitando así la tan instigada aportación de cada uno en contra el calentamiento global. Los primeros en ser certificados: los plátanos latinoamericanos.

Neutralizando las emisiones

Producción, embalaje, transporte, almacenamiento: todas las emisiones cuentan.Imagen: dpa

No pasa un día en que los consumidores alemanes no se vean confrontados con el problema climático y la necesidad urgente de reducir las emisiones contaminantes. Desde las bombillas de bajo consumo hasta los detergentes cuya potencia ahorra energía al hacer innecesaria el agua caliente, pasando por decidirse por un coche limpio. El mensaje es: con muchos granitos de arena se puede contribuir a frenar el cambio climático.

Agra-Teg, sin embargo, les pone a los alemanes las cosas más fáciles. Basta con mirar la etiqueta para saber que el CO2 generado en la fabricación del producto ha sido “neutralizado”. “Neutralizar significa que las emisiones que se producen por un lado se ahorran por otro”, explica Lange.

“Nosotros, a la hora de determinar cuánto contamina la producción de una mercancía, tenemos en cuenta el proceso en su conjunto: no sólo las emisiones que son consecuencia del transporte, si no también las que se liberan en la fabricación en sí, en el almacenamiento, en el embalaje…”, comenta Lange, que es consejero y experto en hacer balance de las emisiones.

Reducir las emisiones. Compensar las emisiones. Dos pasos de un proceso ecológico.Imagen: picture-alliance / dpa

“En primer lugar, nuestra labor es llamar la atención de las empresas que acuden a nosotros sobre los puntos en los que generan emisiones excesivas o innecesarias. Después, entra en juego la neutralización. Una fabricación sin emisiones no es posible, pero las compañías pueden compensar lo que han contaminado invirtiendo en proyectos medioambientales que, a su vez, contribuyan a ahorrar a la atmósfera gases nocivos”, indica Lange, “Reducir y neutralizar son así las dos fases de nuestro sistema.”

Si en el proceso de producción se contamina exclusivamente lo necesario, y lo contaminado se invierte en ecología en una cantidad equivalente, se puede decir que el producto es “climáticamente neutral”, y recibe el sello de Agra-Teg.

Los plátanos ecológicos

Biotropic se dedica al comercio de fruta biológica, sustentable y ecológica.Imagen: ZB - Fotoreport

Biotropic es una compañía europea dedicada a la agricultura biológica, sustentable y ahora también con garantías de ecologismo. Muchas de las frutas que Biotropic importa al Viejo Continente proceden de América Latina: como los plátanos de Ecuador y la República Dominicana que han tenido el honor de ser los primeros productos con sello “Stop Climate Change”.

“Ya hay otras empresas, que no puedo desvelar, interesadas en el certificado. Todas ellas se dedican al sector agrícola, pero, aunque también nosotros nos orientamos en primer lugar a ese campo, cualquier firma que demuestre que en su producción se compensan al 100% las emisiones y se esfuerce por contaminar menos puede recibir nuestro sello. No le vamos a decir que no a nadie si cumple los requisitos”, dice Lange.

“Stop Climate Change”: pensado para el sector agrícola, aplicable a todos los ámbitos.Imagen: AP

El carácter de ecológicos encarece los bananos de Biotropic de tres a cinco céntimos de Euro por kilogramo, un precio que merece la pena pagar de más si se tiene en cuenta que la producción de 3,5 kilos de plátanos se libera la misma calidad de CO2 que un coche al consumir un litro de gasolina.

El primer país que Agra-Teg tiene en mente para desarrollar su sistema es Alemania, donde los productos etiquetados como biológicos viven un boom y el consumidor se fija en que los huevos que compra no los haya puesto una gallina enjaulada. El siguiente ámbito en el que Agra-Teg ve buenas posibilidades para su sello es el europeo.

“Pero no nos cerramos al mercado internacional. Cualquiera puede pedirnos un certificado y si vemos que hay interés intentaremos expandir nuestra idea. Al fin y al cabo, el problema de las emisiones es global y el cambio climático nos afecta a todos.”

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