Pueden alcanzar precios millonarios y solo las estrellas pueden tocarlos. Los instrumentos de cuerda más valiosos del mundo fueron fabricados por los lutieres italianos Antonio Stradivari y Guarnieri del Gesù.
Publicidad
Poseen un sonido radiante, ultraterrenal, único e inimitable. El legendario lutier italiano Antonio Stradivari construyó en en el siglo XVIII los violines más preciados del mundo, que acompañan a las grandes estrellas de este instrumento de cuerda, como la alemana Anne-Sophie Mutter.
Se conservan unos mil violines fabricados por Antonio Stradivari. Mutter posee dos de ellos, el "Emiliani" de 1703, y el "Lord Dunn-Raven" de 1710. Deben su apodo al nombre de sus anteriores propietarios o al de los famosos virtuosos que los tocaron. Su precio oscila entre 3 y 16 millones de euros como mínimo. No hay precio máximo establecido.
Los Guarneri, los violines más caros del mundo
Durante mucho tiempo, el Stradivarius "Lady Blunt" fue el violín más caro del mundo, con un precio que ascendió a más de 15 millones de euros. Pero, después de 2010, fueron subastados por más de 16 y 18 millones de euros respectivamente dos violines fabricados por otro constructor italiano, Giuseppe Guarneri.
Actualmente, se manejan cifras mucho más altas y los compradores permanecen a menudo en el anonimato. De los instrumentos fabricados por el lutier Giuseppe Guarneri, que vivió entre 1698 y 1744, solo quedan alrededor de 200 en todo el mundo. Esa escasez contribuye a elevar los precios.
El violinista germano-estadounidense Augustin Hadelich toca un Guarneri que recibió en préstamo en 2020. "Me fascinó su sonido y supe de inmediato que quería tocarlo", relata Hadelich a DW. "Suena más redondo y cálido que otros instrumentos. Especialmente en el registro grave, la sonoridad es más ancha, más llena y robusta, y eso es algo que no tienen todos los violines".
Publicidad
Instrumentos caros cedidos durante tiempo limitado
Muchos virtuosos conocidos, pero también jóvenes talentosos que están al inicio de sus carreras, tienen la oportunidad de tocar estos valiosos instrumentos, a los que acceden a través de préstamos. Por ejemplo, la violonchelista rusa Anastasia Kobekina toca un violonchelo de Antonio Stradivari de 1698, cedido por una fundación suiza.
La joven violinista española María Dueñas, que acaba de firmar un contrato exclusivo con Deutsche Grammophon, es elogiada por su virtuosismo y su madurez artística. Estas cualidades son las que atraen a potenciales prestamistas, como la fundación Deutsche Stiftung Musikleben, que le ha cedido un violín construido por Nicolò Gagliano. No es el único instrumento de gran valor que toca esta talentosa joven de 20 años: también tiene un Guarneri del Gesù de 1736 cedido por la Nippon Music Foundation, que pertenece al Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología de Japón, organismo que posee la mayor colección de Stradivarius del mundo.
El violín de Mozart
El famoso violinista francés Renaud Capuçon suele tocar un Guarneri del Gesù que una vez fue propiedad del famoso violinista Isaac Stern. En 2021, durante el centenario del Festival Mozart de la ciudad alemana de Würzburg, tuvo la oportunidad de tocar un violín que una vez perteneció a Wolfgang Amadeus Mozart.
Se trata de una pieza procedente del taller de Pietro Antonio Dalla Costa, construida en 1764. El instrumento es propiedad de la Fundación Mozarteum de Salzburgo. Para Capuçon, aquella ocasión no solo supuso una gran emoción, sino también un desafío: "Cada vez que queríamos ensayar, teníamos que pedir el instrumento. Así que no pude tocarlo mucho, pero fue una experiencia maravillosa".
(ms/dzc)
Bonn, 1944: bombardeo a la ciudad de Beethoven
Bonn, en el oeste de Alemania, fue atacada por bombarderos ingleses el 18 de octubre de 1944, hace 75 años. Así quedó la ciudad natal de Ludwig van Beethoven tras el fin de la guerra.
Imagen: picture-alliance/AP
Una ciudad en ruinas
El 18 de octubre de 1944, la ciudad alemana de Bonn fue atacada desde el aire por 127 bombarderos y más de 200 cazas británicos. Eran las 11 de la mañana y la Segunda Guerra Mundial vivía sus últimos meses. Trescientas personas perdieron la vida esa jornada. En la fotografía, soldados estadounidenses recorren la ciudad el 12 de marzo de 1945. La ciudad estaba en ruinas tras meses de ataques.
Imagen: picture alliance/AP
Beethoven, un sobreviviente
La fotografía data de 1945. En ella se ve la estatua del compositor Ludwig van Beethoven, que salió indemne del bombardeo de octubre y también de otro en diciembre, que en cambio destruyó los edificios que la rodeaban. Si bien Bonn no resultó tan destruida como otras ciudades alemanas, el daño que sufrió durante la guerra fue cuantioso.
Imagen: picture-alliance/dpa
Testigo permanente
La estatua de Beethoven fue inaugurada en 1845 en pleno centro de Bonn. Más de 170 años después, sigue siendo uno de los símbolos más conocidos de la ciudad. Pero, para desgracia de los fanáticos de la música clásica, el hecho de que su figura se salvara de los ataques aliados no significó que toda la herencia del compositor tuviera la misma suerte.
Imagen: DW/A. Magazova
La casa natal de Beethoven, dañada
Los primeros ataques aéreos que sufrió la ciudad renana tuvieron lugar en junio de 1940, pero recién en el otoño de 1942 los bombardeos se empezaron a sentir con fuerza. Los seis años de guerra provocaron mucha destrucción. Se perdieron volúmenes, archivos y documentos únicos. En la imagen, un busto de Beethoven yace en el piso de la casa natal del compositor, también afectada por las explosiones.
Imagen: picture-alliance/Usis-Dite/Leemage
Tanques frente al hogar del músico
Un tanque Panther, uno de los blindados más poderosos del Ejército alemán, es observado por soldados estadounidenses. La imagen, del 12 de marzo de 1945, demuestra que la guerra llegó incluso hasta las mismas puertas de la casa natal de Beethoven. El recinto, hoy un museo muy visitado por turistas y amantes de la música, se salvó con daños parciales. A su alrededor, numerosos edificios ardieron.
Imagen: picture-alliance/AP
El frontis reconstruido
Dice la historia que la casa de Beethoven sobrevivió a la guerra sin ser totalmente destruida porque su vigilante arriesgó su vida para salvaguardar el patrimonio histórico que quedaba en el lugar. Este señor tomaba las bombas que no habían explotado y las lanzaba a los patios vecinos. La casa de Beethoven fue restaurada recientemente y es un imán para visitantes de todo el mundo.
Imagen: DW/M. M. Rahman
Una ciudad dañada, pero viva
El casco antiguo de la ciudad resultó severamente dañado por los ataques aliados. Pero Bonn tenía una virtud: al ser una ciudad pequeña, no recibió los golpes que sí padecieron las grandes urbes alemanas, como Hamburgo, Dresde o Berlín. Eso, y el hecho de que muchos edificios de gran tamaño se conservaron, permitió que fuera elegida como capital de Alemania Federal en 1949.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Un puente destruido
Sin embargo, sufrió la destrucción de importantes vías, como el Puente del Rin, que unía Bonn con la otra orilla del ancho río. En diciembre de 1944, en el marco de la ofensiva alemana de las Ardenas, Bonn sufrió duros castigos aéreos de parte de los aliados. La tarea de reconstruir la ciudad tomó varios años. Donde estaba el Puente del Rin se encuentra actualmente el puente Kennedy.
Imagen: picture-alliance/AP
Una ciudad viva
Bonn tiene en la actualidad poco más de 300 mil habitantes. Durante 40 años fue la capital de Alemania Federal, y por ello alojó ministerior y también el Parlamento. Cuando Berlín volvió a ser la capital de Alemania, Bonn conservó algunos ministerios, entre ellos el de Medio Ambiente, que entre 1994 y 1998 fue encabezado por Angela Merkel.