El cuadro de Frida Kahlo "Diego y yo" es símbolo de una relación apasionada y dolorosa. Fue subastada por 34,9 millones de dólares en Sotheby's, precio récord para una obra de un artista latinoamericano en subasta.
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Sus autorretratos son legendarios. Frida Kahlo (1907-1954) mira directamente a los ojos del espectador, con el cabello trenzado y decorado con flores, con trajes mexicanos bordados a mano, de colores brillantest, y accesorios llamativos. Su icónica uniceja y el bozo contradicen los ideales convencionales de belleza. Pero a la pintora nunca le importaron las convenciones.
Frida, personaje de culto
Frida Kahlo, hija de un inmigrante alemán y una mestiza, enfermó de poliomielitis a los seis años y, a los 18, resultó tan gravemente herida en un accidente de autobús que toda su vida usó un corsé de acero. Durante el periodo de convalecencia y desde la cama, Frida Kahlo comenzó a pintar como pasatiempo. Esto supuso el comienzo de una carrera sin precedentes. Más tarde se erigió como la artista más famosa de México. Su carisma y su accidentada vida también la convirtieron en un personaje de culto. Su compromiso con la igualdad de género y el aprecio hacia la cultura indígena son incomparables.
Amor apasionado
Ahora se subasta uno de los últimos autorretratos de Frida Kahlo. Su compañero de vida, Diego Rivera, aparece como el tercer ojo de la artista. "Diego y yo" es el nombre de esta obra, reflejo de su apasionada relación, que también estuvo marcada por el sufrimiento.
"He tenido dos accidentes graves en mi vida. El primero fue cuando un tranvía me atropelló; el otro fue Diego". Esta famosa frase de Kahlo refleja la inusual historia de amor con el famoso pintor, 20 años mayor que ella.
Para Frida Kahlo fue amor a primera vista, y aunque ambos fueron infieles, nunca se separaron. El romance de Diego con Cristina, hermana de Frida, fue quizá el más duro para la artista.
Tras la muerte de Kahlo en 1954, a la edad de 47 años, Diego Rivera confesó: "Me di cuenta de que lo mejor de mi vida fue mi amor por Frida". Él dio a conocer la obra de la pintora hasta su muerte.
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Críticas a Kahlo
Sin embargo, no todos alaban el arte de Kahlo. La autora indígena Joanna García Cherán, del pueblo purépecha, criticó en un artículo que las vanguardias artísticas en México, entre ellas Frida Kahlo, "reflejaban el Zeitgeist de esa época, una cultura indígena mitologizada en una estética fácilmente digerible, formulada por los blancos y la élite rica, pero sin el aporte de los pueblos indígenas”.
A Kahlo le gustaba usar túnicas coloridas de las mujeres tehuanas sin haber estado nunca con ellas. García Cherán dijo al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung: "Necesitamos más voces indígenas para incorporar una perspectiva crítica a una cultura que históricamente ha excluido las perspectivas indígenas".
Gran subasta de obras valiosas
La obra de la subasta pertenece al magnate inmobiliario de Nueva York Harry Macklowe y a su esposa Linda, una experta en arte que trabaja en el consejo de administración de la Fundación Guggenheim. Se separaron en 2016, después de 57 años de matrimonio. Un juez dictaminó que las propiedades de la pareja, con un valor aproximado de 2 mil millones de dólares, deberían dividirse por la mitad. De ahí la decision de vender el cuadro de Kahlo. Este martes (16.11.2021) por la noche, la pintura "Diego y yo" (29,8 x 22,4 cm) se subastó en Sotheby´s por 34,9 millones de dólares (unos 30,7 millones de euros). De ese modo, marcó un precio récord para una obra de un(a) artista latinoamericano(a) en subasta.
Se trata de uno de los últimos autorretratos de la artista de la década de los 40 del siglo XX. Parte del pelo está enroscado alrededor del cuello como si fuesen cadenas, y las lágrimas ruedan sobre sus mejillas. Kahlo creó esta obra durante el romance entre Diego Rivera y una íntima amiga de la artista, la actriz María Felix.
(rmr/ers)
El museo de Frida Kahlo en Alemania
El museo de Frida Kahlo en Alemania no solo reúne la mayor colección de obras de la artista mexicana, sino que las muestra en el contexto de su singular vida, que, a 60 años de su muerte, sigue fascinando al público.
Imagen: Kunstmuseum Gehrke-Remund
El primero de muchos autorretratos
La mayoría de las pinturas de Frida Kahlo están en manos de coleccionistas privados. El Museo de Arte Gehrke-Remund, en Alemania, posee 123 réplicas licenciadas de las obras de la artista mexicana. En este recinto, los visitantes tienen la oportunidad única de ver todos sus autorretratos juntos, como este, de 1926: “Autorretrato con un vestido de terciopelo”.
Hans-Jürgen Gehrke y Mariella Remund, los fundadores del museo, han viajado reiteradas veces a México para estudiar y documentar la obra de Frida. Las réplicas que exhiben en Baden-Baden son idénticas al original. Únicamente de cuatro cuadros no han podido hacer una réplica, puesto que de estos solo se conservan fotos en blanco y negro.
Con la ayuda de antiguas fotos de la casa de nacimiento de Frida Kahlo en Coyoacán, México, el Museo de Arte Gehrke-Remund reconstruyó en detalle su patio, que destaca por el intenso color azul añil de su fachada. Entre los cactus y las figuras aztecas y mayas, los visitantes encontrarán un pedazo de México en Alemania.
El Museo de Arte Gehrke-Remund no es un museo cualquiera. Inspirado en la “Casa Azul”, el espacio no solo exhibe las obras de Frida Kahlo, sino también cientos de objetos, como joyas, vestidos, rebozos, muebles, trastes y fotografías. Estos nos hablan de la vida de la artista y muestran el contexto de creación de sus pinturas.
Frida también impresionó a sus contemporáneos con su singular sentido de la moda, luciendo hermosos trajes coloridos, típicos del Estado de Oaxaca, tierra natal de su madre. En el Museo de Arte Gehrke-Remund se pueden apreciar vestidos, rebozos y joyas como las que usaba la artista.
En la “Casa Azul”, en Coyoacán, Frida recibió a artistas e intelectuales mexicanos e internacionales. Uno de sus huéspedes más famosos fue, sin duda, el político revolucionario León Trotski. En su cocina, la anfitriona preparó deliciosos platos mexicanos para agasajar a sus huéspedes. En la imagen se puede ver una réplica de la mesa de cocina.
Imagen: Kunstmuseum Gehrke-Remund
El lado alemán de Frida
Wilhelm Kahlo, el padre de Frida, es originario de la ciudad alemana de Pforzheim, en el sudoeste del país. El apasionado fotógrafo heredó su vena artística a la pintora e influyó mucho en su trabajo. En la imagen se puede apreciar el estudio de Wilhelm Kahlo.
“Diego en mi mente”, se llama este cuadro. Frida Kahlo y el pintor mexicano Diego Rivera estuvieron casados dos veces, de 1929 a 1939 y de 1940 hasta la muerte de Frida, en 1954. Sus matrimonios estuvieron marcados por el amor y el dolor. En su diario, Frida escribió: “Diego es el nombre del amor”.
Frida pasó mucho tiempo acostada en su cama con dosel, recuperándose de aquel accidente de autobús que casi la dejó paralítica. En ella pintó su primer autorretrato. La famosa cama, en la que murió la pintora, también aparece en varios de sus cuadros. En la imagen se puede ver una réplica detallada del mueble.
Rojo, azul, verde, amarrillo: la pintora creó su propio mundo lleno de colores fuertes, brillantes y alegres. Pese a los serios reveses que sufrió, tanto los colores de sus cuadros como de su moda y su casa siempre reflejaron vida y esperanza.
En esta fotografía, que se exhibe en el museo, se puede ver a Diego Rivera cargando el féretro de Frida Kahlo. Después de su muerte, Rivera escribió: “... desmasiado tarde me di cuenta que mi amor por ella fue la parte más hermosa de mi vida”.