Subastan el oro de las FARC por 11,9 millones de dólares
15 de diciembre de 2020
El dinero recaudado en la subasta será destinado para la reparación del daño a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia. Una firma extranjera se quedó finalmente con el oro de la antigua guerrilla.
Publicidad
Más de 200.000 gramos de oro fino de la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron subastados este martes (15.12.2020) por más de 40.000 millones de pesos colombianos -11,9 millones de dólares-, dinero que será destinado a la reparación de las víctimas del conflicto colombiano y a programas contra el crimen organizado, informó la Sociedad de Activos Especiales (SAE).
En la subasta fueron vendidos por 11,28 millones de dólares 197.286 gramos de oro entregados por las FARC, mientras que otros 10.904 gramos pertenecientes a procesos de extinción de dominio fueron comerciados por un valor de 623.769 dólares.
"Superamos las expectativas en 10.000 millones de pesos cumpliéndole a los acuerdos (de paz) de La Habana y para la reparación de víctimas", aseguró el presidente de la SAE, Andrés Ávila.
El oro vendido en una subasta pública hace parte de los compromisos para reparar a las víctimas del conflicto armado pactados por las FARC en el acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016 con el Gobierno colombiano.
"Estamos cumpliendo el acuerdo y a las víctimas, a pesar del arbitrario ultimátum gubernamental del 31 de diciembre. Hoy el gobierno subasta 200.000 gramos de oro de los 255.040 entregados para reparación a víctimas desde el 2018 por los firmantes de paz de las extintas FARC-EP", dijo por su parte Pastor Alape, uno de los representantes del hoy partido político.
Una ayuda para las víctimas de conflicto armado
La puja por el metal fue ganada finalmente por la compañía inglesa Condor Partners Limited después del proceso de subasta virtual que se realizó a partir de un software especializado. Según explicó la SAE, en la subasta hubo seis lances de empresas internacionales y una vez sea consignado el valor del oro este será enviado a Londres para su entrega.
Publicidad
El dinero será transferido al Patrimonio Autónomo y de allí a la Unidad de Víctimas, institución encargada de entregar los recursos a las víctimas de las FARC, y al Fondo para la Rehabilitación, Inversión Social y Lucha contra el Crimen Organizado (Frisco). De acuerdo con lo dispuesto por la ley, el dinero que llega al Frisco es invertido en programas de lucha contra el crimen organizado, fortalecimiento a la justicia e inversión social en Colombia.
El listado de bienes que entregó las FARC a la Misión de la ONU en Colombia en 2017 levantó una fuerte polvareda luego de que la Fiscalía exigiera identificar "cabalmente los activos" de ese grupo y advirtiera que relacionaron en la lista escobas, tazas, botas e incluso tratamientos médicos como posesiones.
A principios de 2020 el partido FARC explicó que hasta el 10 de noviembre de 2019, respecto a lo que tiene que ver con metales se había entregado el 63 % de la cantidad de oro.
JU (efe, bluradio.com, eltiempo.com)
Guerrilleras de las FARC: del combate a la paz
Jóvenes mujeres que forman parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fueron inmortalizadas vestidas con uniforme militar y con ropa de calle. Un antes-después que pronto podría ser realidad.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Yeimi, Frente 48 de las FARC. 23 años
Cuando el próximo 26 de septiembre se firme la paz, no solo se habrá puesto término a más de medio siglo de conflagración en Colombia, sino que también cambiarán las vidas de miles de combatientes. En la imagen se ve a Yeimi, de 23 años y con 10 como miembro de las fuerzas rebeldes. Su sueño es estudiar computación una vez que se desmovilice.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Yuri, Frente 32. 18 años.
Tras esa sonrisa infantil se encuentra Yuri Rentería, combatiente del Frente 32 de las FARC. Para ella, que lleva cuatro años combatiendo en la selva, el futuro se pinta de estudios de ingeniería. La imagen forma parte de una serie obtenida por la agencia AP, que fotografió a varias guerrilleras con uniforme y como civiles, como antesala del nuevo mañana.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Mayerti, Frente 32. 18 años
Justo cuando empezaron los diálogos de paz en La Habana entre la guerrilla y el Gobierno de Colombia, hace cuatro años, Mayerli se sumó a las unidades del Frente 32 de las FARC. Entonces tenía 14 años. Hoy, con 18 y toda la vida por delante, espera estudiar enfermería tras la desmovilización.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Derly. Frente 49. 24 años
Nueve años de su vida Derly los pasó combatiendo en la selva como miembro del Frente 49 de las FARC, que opera(ba) en el departamento de Caquetá. Si el 2 de octubre los colombianos votan por el sí al acuerdo de paz, Derly tendrá una oportunidad de probarse a sí misma y empezar a prepararse para estudiar medicina, que es la profesión que aspira tener una vez que las armas hayan sido calladas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Sofía, Frente 49. 19 años
Seguramente fue involuntario, pero Sofía posa con cara de tristeza en uniforme y con una amplia sonrisa como civil. Esta joven de 19 años, seis de ellos en la zona de Caquetá combatiendo como parte del Frente 49 de la guerrilla, quiere estudiar leyes. Desde que comenzó la guerra en Colombia, más de 250 mil personas han perdido la vida y millones han sido desplazadas.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Johana, Frente 32. 19 años
Como muchas de sus compañeras, y quizás por lo que vio en los combates, Johana quiere ser enfermera. Ingresó con 13 años a la guerrilla, donde pasó seis años de su vida. Es miembro del Frente 32 asentado en Putumayo y que forma parte del Bloque Sur de las FARC. Toma el fusil con seguridad y prestancia, pero más segura y presta se ve de civil.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Yiceth, 18 años
Yiceth pasó a engrosar las filas de las FARC cuando tenía 14 años, hace cuatro. Ella, como todas las otras jóvenes de esta galería, forma parte de los numerosos adolescentes que combatieron, contraviniendo acuerdos internacionales. Ahora desea cumplir dos anhelos: terminar la secundaria y estudiar enfermería. Si la guerra continuara, sus sueños y los de cientos de combatientes se verían truncados.