Juicio en Suecia contra exfuncionario iraní por ejecuciones
10 de agosto de 2021
Un exfuncionario iraní, acusado de ejecuciones en masa de opositores, ordenadas por el ayatolá Ruhollah Jomeiní en 1988, tendrá que responder ante la Justicia sueca, en un caso que sentará un precedente.
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Hamid Noury, de 60 años, fue detenido en noviembre de 2019 en el aeropuerto internacional de Estocolmo-Arlanda cuando entraba en Suecia. Desde entonces se encuentra en detención preventiva.
Según la fiscalía sueca, entre el 30 de julio y el 16 de agosto de 1988, Noury "arrebató intencionalmente la vida a un gran número de presos simpatizantes o pertenecientes a los muyahidines del pueblo" que eran objeto de una orden de ejecución del ayatolá Jomeiní, fundador de la República Islámica de Irán, después de los ataques perpetrados por el movimiento contra el régimen al término de la guerra entre Irán e Irak (1980-88).
Esta semana habrá tres audiencias en el tribunal de Estocolmo en este juicio excepcional que durará hasta abril de 2022 y en el que se citarán a decenas de testigos. El acusado, que en la época era asistente del adjunto del procurador en la prisión iraní de Gohardasht, en Karaj, está acusado de "crímenes de guerra" y "muertes" en virtud de la competencia universal de la justicia sueca para estos casos.
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Proceso por crímenes de guerra sin precedentes
Según Anna Wester, del tribunal de Estocolmo, este proceso de carácter internacional no tiene precedentes en la historia de los dos países. El caso es muy sensible en Irán, donde defensores de derechos humanos acusan a funcionarios que actualmente ocupan altos cargos en el gobierno de haber participado en dichas ejecuciones.
Uno de ellos es Ebrahim Raisi, nuevo presidente de la República Islámica, acusado por Amnistía Internacional de haber sido miembro de una "Comisión de la muerte", que se encargó de las ejecuciones.
Interrogado en 2018 y en 2020 sobre estas ejecuciones, Raisi negó haber estado implicado, pero "rindió homenaje” a la "orden" dada, según él, por el ayatolá Jomeiní de proceder a la depuración.
Miles de jóvenes civiles de todo el país asesinados
ONGs de defensa de los derechos humanos piden que se haga justicia por la ejecución extrajudicial de miles de iraníes, en su mayoría jóvenes, en todo Irán, cuando se acababa la guerra irano-iraquí. En ese periodo, se sospecha que Hamid Noury participó en la ejecución de otros presos en base a su ideología o creencias, consideradas opuestas al "Estado teocrático iraní", según la fiscalía.
Objeto de una treintena de demandas de partes civiles -de víctimas, testigos o allegados a las víctimas- el acusado "niega toda acusación de implicación en las presuntas ejecuciones de 1988", según su abogado Thomas Söderqvist. Iraj Mesdaghi, antiguo preso de Gohardasht, tendió una trampa a Hamid Noury para que visitara Suecia. Según explicó a la AFP, le prometió un viaje en "crucero de lujo" por el norte de Europa.
"Recibí una carta del exmarido de su hija. Me decía que me podía ayudar a detenerlo, ganándome su confianza", explica a la AFP este testigo clave en este caso muy sensible, tras haber elaborado un dosier de "varios miles de páginas" en Londres y en Estocolmo.
"Un verdugo debe responder de sus actos ante la Justicia de otro Estado"
Hamid Noury creyó que iba a encontrarse con su nieta, que se encontraba en Suecia, y embarcarse en el viaje de lujo por varios países de Europa, pero a su llegada a suelo sueco fue detenido. "Es la primera vez que un verdugo debe responder de sus actos ante la justicia de otro Estado", se felicita Iraj Mesdaghi.
A principios de mayo, más de 150 personalidades, entre ellas, premios Nobel, jefes de Estado o de gobierno y antiguos responsables de Naciones Unidas, reclamaron una investigación internacional sobre estas ejecuciones de 1988.
jov (efe, rsf)
Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
Imagen: fanous.com
El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
Imagen: akairan.com
Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
Imagen: atraknews.com
Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
Imagen: akairan.com
Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
Imagen: akairan.com
El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
Imagen: akairan.com
Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
Imagen: Mehr
Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.