Christoph Hasselbach (JAG/DZC)27 de febrero de 2016
Los suizos votan el domingo una iniciativa del Partido Popular que facilitaría claramente la expulsión de delincuentes extranjeros.
Imagen: picture-alliance/dpa/T. Burmeister
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"Sí a la deportación de criminales extranjeros", reza el cartel. Esto promueve el Partido Popular Suizo, SVP, para la adopción de la llamada Iniciativa de la implementación. En realidad, una iniciativa de ese tipo no sería necesaria, pues en 2010 el partido ya había impuesto una "Iniciativa sobre la Expulsión". Entonces, la mayoría de los suizos se pronunció por normas más duras y facilitar la expulsión de los delincuentes extranjeros. Sin embargo, el poder judicial frustró la propuesta, escribe el SVP. Ahora se espera que los ciudadanos impongan la "voluntad popular".
¿Por qué las medidas severas contra los delincuentes extranjeros deben ser endurecidas? Lo explica el presidente del SVP, Toni Brunner. "Teniendo en cuenta los grandes flujos de migración y los problemas asociados, muchas personas apenas se atreven a salir fuera de la casa por miedo a los delincuentes. El hecho es que la mayoría de los crímenes violentos, como las violaciones, son cometidas por extranjeros", dice Brunner.
Toni Brunner, presidente de SVP.Imagen: picture-alliance/dpa/A. Della Valle
Perjudicial para la economía
A diferencia de la anterior "Iniciativa sobre la Expulsión", esta vez se extiende un mecanismo detallado sobre las condiciones bajo las cuales las personas podrían perder su derecho de residencia, sin apelación. Habría dos categorías de delitos. Cualquiera que cometa un asesinato, lleve a cabo un asalto agravado, participe en tráfico humano o use de forma indebida las prestaciones sociales, podrá ser expulsado inmediatamente.
Heinz Karrer, presidente de la organización coordinadora de empresas suizas, declaró que "esta iniciativa perjudica a la economía suiza". Los críticos dicen que la propuesta no es más que una solución aparente. Las bandas de ladrones no se sentirán disuadidas, cree Stefan Egli, del "Comité contra la implementación de la Iniciativa”.
¿Amenaza para la democracia?
Muchos suizos hacen un llamamiento a analizar las principales razones para oponerse a la iniciativa, casi todas las cuales tienen que ver con que es prácticamente imposible que un tribunal considere la expulsión para los delitos considerados en la propuesta. El "Comité contra la iniciativa" sostiene que "la iniciativa va contra los valores básicos de nuestra democracia, en contra de los pilares de nuestro Estado de derecho".
No menos agudo es el llamamiento de 120 profesores de derecho suizo, que sostienen que "el objetivo de la iniciativa es impedir el trabajo del juez a la hora de evaluar las consecuencias jurídicas de los delitos de los extranjeros", y llama la atención sobre una serie de violaciones a aspectos legales esenciales, como el principio de proporcionalidad.
Incluso un juez federal, Thomas Stadelmann, manifestó su reticencia en el diario Schweiz am Sonntag, donde escribió que "una decisión mayoritaria que no toma en cuenta los derechos de las minorias o derechamente los elimina, es ilegal e incompatible con el concepto de la democracia". En alusión a las acciones perpetradas por los nazis contra los judíos, Stadelmann no descarta que "en algún momento tengamos que votar, como se hizo en los años 30 en Alemania, para revocar los derechos de los grupos religiosos".
Aunque se ha formado una amplia resistencia a la iniciativa, especialmente por parte del Gobierno, el Parlamento, la mayoría de los partidos políticos y las iglesias, las encuestas muestran que la batalla será cerrada y reñida en las urnas. Si llegara a ser aprobada la iniciativa, Suiza tendrá las normas más estrictas en materia de expulsión de extranjeros que hayan cometido delitos.
Alemania, país de inmigración
Alemania es, después de EE. UU., el segundo país con mayor afluencia de inmigrantes. Una muestra en la Casa de la Historia de Bonn ofrece una sinopsis de las corrientes inmigratorias de los últimos 60 años.
Imagen: DW/J. Hennig
Segundo mayor país de inmigrantes
Solo en 2013, la inmigración neta a Alemania fue de 437.000 personas. A partir de los años 50, La RFA y la RDA atrajeron a trabajadores extranjeros. Hoy los inmigrantes provienen principalmente de los nuevos países miembros de la Unión Europea, quienes enriquecen la cultura y las tradiciones alemanas. En el museo Casa de la Historia, en Bonn, se puede ver una retrospectiva de los últimos 60 años.
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Los "trabajadores del extranjero"
En los años 50, la República Federal de Alemania vive un boom económico, y para abastecer el mercado laboral, el gobierno se esfuerza en atraer trabajadores extranjeros. La mayoría de ellos llegan con muy poco, dejando atrás una vida en su país de origen.
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Búsqueda de empleo
Entre 1955 y 1968, Alemania firma nueve acuerdos de inmigración con otros países: España, Grecia, Turquía, Marruecos, Corea del Sur, Portugal, Túnez y Yugoslavia. Quienes buscaban empleo podían postularse desde su país de origen en las “Oficinas de enlace”.
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Controles de salud
Antes de que un inmigrante pudiera trabajar en Alemania se le realizaban estudios médicos. Los análisis se llevaban a cabo en el país de origen. Solo quien estaba sano y era capaz de desempeñarse en sus tareas obtenía un puesto en Alemania Occidental.
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El inmigrante número 1 millón
En 1974 llegó a Alemania el inmigrante 1.000.000. era Armando Rodrigues de Sá, de Portugal, un carpintero de 38 años, quien recibió como premio un ciclomotor. Cuando fue nombrado por altoparlante en una estación de tranvía de Colonia con motivo de su llegada, creyó que querían deportarlo.
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Recorriendo Europa con un Ford Transit
El turco Sabri Güler recorrió Europa con este Ford Transit. El comerciante compró ese automóvil para viajar de Alemania a Turquía. Era un modelo muy cómodo y popular entre los trabajadores provenientes de Turquía.
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Trabajadores para Alemania Oriental
También en la RDA se atrajo a inmigrantes a mitades de los años 60. Se los llamó “contratados” y trabajaban, sobre todo, en la industria textil. Llegaban de países comunistas como Vietnam, Cuba y Argelia. En la RDA había, sin embargo, menos inmigrantes que en la RFA. En 1989 sólo eran 190.000, mientras en el oeste alcanzaban los cinco millones.
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Comida multicultural
Muchos inmigrantes trabajaban para luego recoger a sus familias y llevar una vida juntos en Alemania. Trajeron con ellos gran número de tradiciones, entre ellas, sus hábitos culinarios, que hoy forman parte de la cocina alemana, como, por ejemplo, el Döner, hecho de láminas de carne de cordero o pollo.
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Aumento de delitos xenófobos
Durante los años 80 y 90, se comenzó a generar una atmósfera de crítica a la inmigración en la opinión pública alemana, y en los medios se debatía el temor a la criminalidad de jóvenes, hijos de extranjeros. El resultado fue una ola de actos violentos xenófobos y racistas contra inmigrantes.
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Tradición vs. multiculturalidad
También dentro de muchas familias de inmigrantes se produjeron conflictos culturales. En su film “Contra la pared”, el cineasta alemán Fatih Akin, de origen turco, trata el choque de la educación tradicional musulmana con la vida occidental. En la Berlinale de 2004, la película fue la primera cinta alemana en recibir un Oso de Oro después de 17 años.
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Príncipe Balam I.
La asociación de carnaval “Koe Jonge e.V.” nombró príncipe de su desfile a Balam Byarubanga en 2011. Balam I es el primer príncipe afroalemán de carnaval. Los responsables de la asociación enviaron una clara señal contra el racismo y a favor de la integración. Su traje puede verse en la exposición en la Casa de la Historia, en Bonn.