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Suspenso latinoamericano en el Consejo de Seguridad

Enrique López Magallón17 de octubre de 2006

Luego de diez rondas de votaciones, resultó imposible que Guatemala o Venezuela consiguieran la mayoría absoluta para ingresar al Consejo de Seguridad de la ONU. Este martes continúa el drama.

Los 192 miembros no lograron consenso sobre el candidato latinoamericano.Imagen: AP

Casi nada cambió en la forma, pero sí en el fondo. Guatemala logró derrotar a Venezuela en nueve de las diez votaciones para definir quién sería el nuevo miembro latinoamericano en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El resultado más favorable para Venezuela, en esta larga jornada, consistió en un efímero empate que fue festejado como si se tratara de una victoria por el embajador de la República Bolivariana en la ONU.

En el fondo, sin embargo, hubo un cambio sustancial. Al principio de la votación se discutía sobre la conveniencia de que el presidente venezolano, Hugo Chávez Frías, obtuviera para su país el asiento en el Consejo de Seguridad y, con ello, una esfera de influencia en el panorama político internacional. Al final, lo que quedó de manifiesto fue la falta de unidad en una región dividida y, peor aún, incapaz de encontrar puentes que comuniquen a sus antípodas.

El apoyo a Chávez puso en aprietos a la presidenta de Chile.Imagen: AP

El hecho de que fueran necesarias tantas rondas, a diferencia de lo que sucedió con la elección de los otros nuevos miembros --Italia, Bélgica, Sudáfrica e Indonesia-- habla por sí mismo tanto de esta división en las posturas latinoamericanas, que llegaron sin una propuesta sólida y producto de acuerdos.

El dilema de Bachelet

En los días previos llamó poderosamente la atención el caso de Chile, que sufrió como ningún otro país la disyuntiva de esta votación. Primero, la presidenta Michele Bachelet había sugerido la posibilidad de votar a favor del ingreso de Venezuela al Consejo de Seguridad, en abierto apoyo a Chávez.

Pero esto le provocó problemas internos lo suficientemente graves como para que su gobierno decidiera cambiar de rumbo. La división interna fue, quizá, un presagio de lo que sucedería en la votación de Nueva York.

Pretende "refundar" el Consejo de Seguridad.Imagen: AP

Chávez, el equilibrista

En todo caso, la posible incorporación de Venezuela al Consejo de Seguridad se basaba en la promesa de darle un mayor equilibrio al organismo; es decir, neutralizar la influencia de Estados Unidos. El objetivo, en palabras de Chávez, consistía en "refundar" no sólo al Consejo sino a la misma ONU, a fin de liberarla de la "dictadura mundial de Washington".

En los hechos, este "equilibrio" pondría al Consejo de Seguridad en una situación delicada. El gobierno de Venezuela no sólo ataca abiertamente a la hegemonía estadounidense; también apoya a regímenes como los de Irán, Libia y Cuba. Además, es partícipe de una acelerada carrera armamentista con compras millonarias de pertrechos militares a Rusia, y posiblemente a China.

Latinoamérica en su laberinto

Desde una perspectiva más amplia, algunos círculos de la diplomacia se alejaron de Chávez luego de que éste usara la tribuna de la ONU para caricaturizar a George W. Bush. La intervención del presidente venezolano causó carcajadas y aplausos, pero también le cerró algunas puertas, según se vio en las sucesivas votaciones.

El embajador de Estados Unidos en la ONU, John Bolton, apoya la candidatura de Guatemala.Imagen: AP

Así, la principal noticia de la frustrada votación es, en primera instancia, el reiterado fracaso de Venezuela para llegar por quinta ocasión al Consejo de Seguridad. Luego de declarado un receso, países como Chile reiteraron su posición en cuanto a que "preferirían un candidato de unidad o de consenso"

Otros embajadores en la ONU, como el de México, se expresaron en términos puramente diplomáticos. Dijeron que esperarían "a que los dos países candidatos reflexionen, y decidan el rumbo que consideren correcto".

Sudáfrica festeja su ingreso al Consejo de Seguridad.Imagen: AP

Pero sobre todo, la jornada interminable en la ONU reitera la fragmentación que se da en muchos ámbitos de la vida latinoamericana. Ni Guatemala ni Venezuela tuvieron el respaldo unitario de la región para obtener un asiento en el Consejo de Seguridad.

Guatemala, pese a tener la mayoría, resultó afectada por la abierta preferencia estadounidense. En cuanto a la República Bolivariana, presentó a través de su presidente una postura demasiado radical para algunos países. Si prosigue la división, el más afectado será el propio bloque latinoamericano, cuya posible influencia en el Consejo de Seguridad se verá mermada.

Aunque la votación se reanudará este martes, es posible que no veamos pronto la respuesta al suspenso diplomático. El record de votaciones para elegir un miembro del Consejo de seguridad rebasa con mucho a las de ayer. Se produjo en 1979, cuando tuvieron que pasar 115 rondas, y varias semanas, para que hubiera una decisión sobre si Cuba o Colombia ocupaban un asiento en el organismo internacional. Al final no fue ninguno de los dos, sino México, el que logró ingresar al Consejo.

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