La película mexicana "Tótem”, de Lila Avilés, conmueve al público de la Berlinale con su drama familiar, que mezcla ternura y pérdida. La historia gira en torno a Tona, un joven pintor que agoniza de un cáncer terminal, y al que su familia le prepara una fiesta de cumpleaños con sus seres queridos, amigos y colegas. Esta es la única cinta latinoamericana, entre las 19 en competencia, que aspira al Oso de Oro que repartirá el jurado, presidido por la actriz estadounidense Kristen Stewart.

"Esta película ha sido un hermoso viaje. Es una película sobre los animales que somos los seres humanos. Animales sociales, pero animales", declaró Avilés ante la prensa en la capital alemana. La directora resaltó, además, el trabajo de la protagonista, Sol, la niña de siete años, hija de Tona, interpretada por Naíma Sentíes, cuyo papel es el hilo conductor de la historia.

"Creo que soy muy afortunada. Me identifico mucho con el papel de Sol”, contó Sentíes, quien también se encuentra en la capital alemana y quien, por su elocuencia, se ganó la atención de la prensa. "Busqué una niña que tuviera esa madurez, con esa capacidad de discernir, incluso de tener un mundo propio, con siete años de edad”, añadió la directora mexicana Avilés.

Celebración como doble ritual

Su filme se desarrolla a lo largo de un día en una gran casa, que pertenece al padre de Tona. Desde su aparente sencillez, "Tótem" sumerge al espectador en las distintas complejidades de ese núcleo familiar, al que se suman amigos y colegas por la celebración. Es, al parecer, el último cumpleaños de Tona, que está postrado en una cama. Esto hace que la fiesta se convierta en un doble ritual de cumpleaños y despedida, recordando momentos compartidos con el homenajeado.

En ese trajín, en el que se ve a hermanas, tías, primos y amigos caóticamente organizar el cumpleaños de Tona, se trata de lidiar entre ilusiones y nerviosismo frente al hecho trágico que los rodea. Por su parte, el padre del pintor enfermo, más bien desaprueba la celebración que, a su entender, el homenajeado no ha pedido. Así salen a relucir antiguos problemas familiares, pero también el amor que los hace mantenerse juntos a pesar de las dificultades. Sin embargo, la niña Sol no parece estar para celebraciones y observa todo con cierta incomprensión.

"A veces pensamos que somos iguales, en esencia, de gustos, pero obviamente cada persona tiene sus reglas y, a veces, simplemente, no quieres celebrar. A veces, la vida te coloca en un camino donde el cuerpo mismo dice ‘ahora no quiero celebrar'", explica la realizadora mexicana.

Retrato latinoamericano

El objetivo, según Avilés, era mostrar la fuerza de los vínculos de una familia mexicana y el carrusel de emociones que significa una pérdida cercana. Al final, "Tótem”, con su caos familiar, pareciera el retrato sutil de cómo una familia típica latinoamericana lidia con una inminente tragedia. Todo ello, así como los recursos de fortaleza de la pequeña Sol ante la inminente pérdida del padre, ha logrado conmover hasta las lágrimas al público de la Berlinale.

En ese sentido, recalcó Avilés, es igual de importante la interpretación de los que participaron en el largometraje: "Era vital encontrar esta colmena, ese cosmos de actores y actrices extraordinarios”. Además de Sentíes, las actrices del reparto que están acompañando a Avilés en la edición 73 de la Berlinale son Teresa Sánchez y Montserrat Marañón.

La jóven directora mexicana ha llegado a Berlín avalada por la película "La camarista”, que fue estrenada en 2018 y que la llevó por distintos festivales internacionales. El sábado (25.02.2023) se conocerán a los ganadores del Oso de Oro, el máximo galardón que otorga la Berlinale, y "Tótem” se encuentra entre las favoritas. Algo que traería el premio de regreso a Latinoamérica, región a la que se le ha escapado de las manos desde que, en 2009, fue premiada a la cinta peruana "La teta asustada”.

(ms)