Taiwán: campaña electoral, con los ojos puestos en Hong Kong
Klaus Bardenhagen
8 de enero de 2020
¿Marcar distancia o buscar la cooperación? Las relaciones con Pekín son un tema clave en las elecciones presidenciales y parlamentarias que tendrán lugar el 11 de enero en Taiwán.
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Los colores de la bandera nacional de Taiwán, rojo y azul, predominan en la sede de la campaña electoral de Han Kou-yu. Hasta 2018, este hombre de 62 años de edad era prácticamente un desconocido. Pero ahora, las esperanzas del Koumintang (KMT) de recuperar la presidencia en Taipei se cifran en este candidato, que promete una bonanza económica como la de los años 70 y 80, cuando ese partido detentaba el poder sin compartirlo.
En la central de la actual presidenta, Tsai Ing-wen, en cambio, el emblema nacional brilla por su ausencia. La gobernante y su Partido Demócrata Progresista (PDP) intentan proyectar una imagen moderna e independiente. "Necesitamos una presidenta fuerte, que tenga el valor de hacer frente a China, para que Taiwán siga teniendo democracia y libertad de expresión”, afirma la portavoz de su campaña electoral, Lien Yi-ting.
Hace un año, las aspiraciones de Tsai a la reelección parecían vanas. Pero eso cambió cuando el jefe de Estado chino, Xi Jinping, se resistió a descartar la violencia para controlar Taiwán. Además, los acontecimientos de Hong Kong han puesto en evidencia qué cabe esperar de las promesas de autonomía bajo el alero de la República Popular China.
"Hong Kong simboliza el fracaso total del modelo de ‘un país, dos sistemas' para Taiwán”, afirma Lien.
Más flexibilidad
"Taiwán no es Hong Kong. Pero el gobierno de Tsai intenta aprovecharse del ánimo imperante”, sostiene en cambio Charles Chen, quien fuera portavoz del último presidente del Kuomintag y actualmente aspira a un escaño en el Parlamento. A su juicio, independientemente del partido por el que se inclinen, la mayoría de los taiwaneses desea mejores relaciones con China.
Tras la llegada al gobierno de Tsai, Pekín cortó en 2016 todos los contactos oficiales, debido a que, a diferencia del KMT, la presidenta no define a Taiwán y la República Popular como dos partes de una nación.
"Cuando surge una gran potencia, hay que saber tratarla y no se puede mantener únicamente una actitud de confrontación”, argumenta Ho Szu-Yin, asesor de política exterior de Han Kuo-yu. "Hay que ser flexible”, opina.
"Taiwán es desde hace tiempo una democracia”, señala Ho, subrayando que "nuestro estilo de vida difiere por completo del de un régimen autoritario”. Con ello alude a la República Popular China. Aplacarla y a la vez mantenerla a buena distancia, es decir, propiciar el acercamiento económico sin hacer concesiones políticas: ese es el malabarismo que promete el KMT al electorado.
Redes sociales
¿Está Taiwán inexorablemente ligado a la República Popular China? Los taiwaneses más jóvenes tienden ver a China como un vecino con el que quisieran llevarse bien, pero que actúa de manera amenazante. Más de un millón de personas podrán votar por primera vez en estas elecciones. Una cifra importante, teniendo en cuenta que la población total se eleva a unos 23 millones de habitantes. Pero, ¿ejercerán su derecho a voto? Movilizar a la juventud para que acuda a las urnas es uno de los grandes desafíos, y en eso las redes sociales tienen un papel central.
Pero allí donde las redes sociales se topan con la política, suele haber terreno fértil para las noticias falsas. Según el PDP, sobre todo desde China se hace circular información falsa, para manipular las elecciones taiwanesas. Hay numerosos indicios de ello, pero hasta ahora no se cuenta con pruebas claras de manipulación por encargo del gobierno de Pekín.
Solo cuando las elecciones regionales de fines de 2018 depararon una derrota sorpresivamente contundente al PDP y convirtieron a Han Kou-yu en una estrella política, el Gobierno comenzó a cerrar resquicios legales y a dotar a la democracia taiwanesa de mejores herramientas para defenderse de sus enemigos externos. Pero las medidas también han sido controvertidas. La oposición ha criticado sobre todo la "ley anti-infiltración” que apunta a sancionar con más fuerza el financiamiento político y otras ayudas electorales de China.
(cp/er)
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China y Taiwán: ¿Los mejores enemigos?
El presidente de China Xi Jingping llamó a una "reunificación pacífica" con Taiwán, lo que desató toda clase de críticas desde Taipéi. ¿Qué es todo este embrollo con Taiwán? Repasemos la historia con estas imágenes.
Imagen: AFP/AFP/Getty Images
Recaptura vs. liberación
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista liderado por Mao Zedong emprendió una dura guerra contra su archirrival Chiang Kai-shek, jefe del Kuomintang (KMT). Chiang se refugió con sus fuerzas en la isla de Taiwán. Por algún tiempo, Taiwán fue el centro de la propaganda. El Partido Comunista quería "liberar" la isla, mientras el Kuomintang buscaba "recapturar el continente".
Imagen: AFP/Getty Images
Cartas a los "compatriotas"
En los años 50, el Partido Comunista publicó cuatro "Mensajes a los compatriotas chinos" en Taiwán, que son considerados la base de la política de Pekín hacia Taiwán. En esos textos, China advierte a Taiwán de la inconveniencia de colaborar con los "imperialistas" de EE.UU. Choques militares, básicamente ataques de artillería, todavía se registraban en estos años.
Imagen: Imago/Zuma/Keystone
Pekín reemplaza a Taiwán en la ONU
En 1971, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró que la República Popular China era la única representante legal de China. Con esta decisión, la República de China (Taiwán) fue removida de todas las instancias de la ONU. La frustración del ministro de Exteriores taiwanés, Chow Shu-kai (derecha) y su embajador, Liu Chieh, es fácil de distinguir en esta imagen.
Imagen: Imago/ZUMA/Keystone
Nueva política taiwanesa
El quinto y último "mensaje" de Pekín a Taiwán fue publicado el 1 de enero de 1979. El continente, bajo el liderazgo del reformista Deng Xiaoping, puso fin a las operaciones miliatares, anunció el desarrollo de relaciones bilaterales y prometió una reunificación pacífica. Sin embargo, el derecho de Pekín de representar a China internacionalmente no fue puesto en duda.
Imagen: picture-alliance/dpa/UPI
La política de "una sola China"
La nueva orientación de la política china hacia Taiwán tuvo lugar mientras Washington y Pekín acercaban posiciones. El 1 de enero de 1979, Estados Unidos y China retomaron sus relaciones diplomáticas, con Washington -bajo la presidencia de Jimmy Carter- reconociendo a Pekín como el único Gobierno legítimo de toda China. La embajada de Estados Unidos en Taiwán se convirtió en un instituto cultural.
Imagen: AFP/AFP/Getty Images
"Una China, dos sistemas"
Incluso antes de reunirse con Carter, Deng Xiaoping ya había introducido el principio de "un país, dos sistemas", lo que permitiría a Taiwán mantener su sistema social incluso después de una eventual reunificación. Sin embargo, el presidente taiwanés Chiang Ching-Kuo no acusó recibo. Al contrario, el 1987 formuló el principio de "el mejor sistema para una China".
Imagen: picture-alliance/Everett Collection
Movimiento independentista
En 1986 fue fundado el Partido Demócrata Progresista (DPP), el principal movimiento opositor taiwanés. En un cónclave en 1991, el DPP aprobó una cláusula para la independencia, que estipulaba que Taiwán era un país soberano y no parte de China.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Yeh
"Consenso de 1992"
En unas conversaciones no oficiales llevadas a cabo en 1992 en Hong Kong, representantes de Taipéi y Pekín alcanzaron un acuerdo político sobre la naturaleza de sus relaciones. Ambas partes acordaron que había solo una China. Sin embargo, tenían visiones distintas de lo que significa "una China". Un año después, los jefes negociadores Wang (izquierda) y Koo se reunieron en Singapur.
Imagen: Imago/Xinhua
Relaciones bilaterales
En una entrevista con DW en 1995, el primer presidente electo democráticamente en Taiwán, el líder del KMT Lee Teng-hui, dijo que todas las relaciones más allá del Estrecho de Taiwán debían ser "definidas como relaciones entre estados; cuando mucho, como una relación especial entre estados". Esta formulación estuvo muy cerca de ser una declaración de independencia.
Imagen: Academia Historica Taiwan
"Un estado a cada lado"
El DPP ganó las elecciones presidenciales por primera vez en el año 2000, con Chen Shui-bian, un taiwanés sin conexiones con China, llamando a entender que había "un estado en cada lado". Esto significaba que Taiwán no tenía nada más que ver con China. En 2005, Pekín reaccionó con la Ley Contra la Secesión, que permite el uso de la fuerza militar en el caso de que Taiwán declare la independencia.
Imagen: picture alliance/AP Photo/Jerome Favre
"Una China, distintas interpretaciones"
Tras perder las elecciones en 2000, el KMT adoptó un cambio en la formulación del "Consenso de 1992" en los estatutos del partido, en donde se llamaba a entender que hay "una China, diferentes interpretaciones". El Consenso de 1992 sigue siendo objeto de debate en Taiwán. La razón: los negociadores de 1992 no tenían una posición oficial.
Imagen: Imago/ZumaPress
El Partido Comunista se reúne con el KMT
China adoptó el "Consenso de 1992" como la base política para su relación con Taiwán. En la primera cumbre entre ambas partes desde que los comunistas asumieron el poder en China, Hu Jintao (derecha) y Lian Zhan respaldaron el "Consenso de 1992" y el principio de "una China".
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Reynolds
"La dirección es la correcta"
Después de que Ma Ying-Jeou, del KMT, ganara las presidenciales de 2008, ambas partes siguieron acercándose. En una entrevista con DW en 2009, Ma dijo que "el Estrecho de Taiwán debería ser un lugar de paz y seguridad. Estamos acercándonos mucho a ese objetivo. Básicamente nuestra dirección es la correcta".
Imagen: GIO
Quo vadis?
Desde las elecciones de 2016, cuando la presidenta Tsai Ing-wen llegó al mando, el movimiento independentista ha ido ganando fuerza. Tsai cuestionó la existencia del Consenso de 1992 y describió que el mayor desafío para su país era "el intento de China de interferir en el desarrollo político y social de Taiwán". (dzc/few)