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SociedadAlemania

Tango y terapia: un argentino encuentra su ritmo en Berlín

Tanja Blut
26 de agosto de 2024

Esta vez en nuestra serie sobre latinoamericanos en Berlín: Santiago Hernández, argentino de 43 años, trabaja como psicoterapeuta y bailarín de tango en la capital alemana.

Santiago Hernández bailando tango con su pareja.
Santiago Hernández bailando tango con su pareja.Imagen: Santiago Hernández

"En realidad vine a Berlín desde Buenos Aires por la danza. Soy bailarín de ballet y tango", cuenta Santiago Hernández. Quería trabajar en Europa e hice audiciones y luego conseguí un contrato aquí en Alemania y estuve en Görlitz, una pequeña ciudad cerca de Dresde, durante una temporada. "Aquello no era para mí en absoluto, y entonces vine a Berlín".

Sin embargo, como la vida como bailarín es limitada, se forjó a tiempo un segundo pilar. Estudió psicología en la universidad pública de Buenos Aires, después se formó como psicoterapeuta especializado en psicoanálisis en Berlín y trabaja en el famoso barrio nocturno berlinés de Prenzlauer Berg. Pero no ha dejado de bailar por completo:

"Tengo dos vidas -un poco como Batman-, soy psicoterapeuta y trabajo con pacientes aquí en la consulta y también trabajo como profesor de danza y bailarín. No ballet, porque ya soy demasiado viejo para eso, sino tangoargentino".

Santiago Hernández delante de su consulta de psicoterapia en Berlín.Imagen: Tanja Blut/DW

Pacientes de habla alemana e hispana y sus necesidades

Como terapeuta, trabaja en inglés, alemán y español. Trata sobre todo a pacientes de habla alemana e hispana procedentes de España o Latinoamérica: "La demanda es muy alta. Desde mi punto de vista, es importante que el paciente pueda expresarse en su lengua materna o, si no es posible, que sea al menos una lengua con la que se sienta cómodo."

Muchas personas acuden a sus sesiones de terapia por problemas de pareja, tanto alemanes como latinoamericanos, porque la gente es muy parecida, dice Santiago Hernández. Trata temas de relaciones depareja, pero también problemas en el trabajo o, en el caso de los más jóvenes, problemas con sus padres.

Buenos Aires tiene la mayor densidad de psicólogos del mundo. Según  una encuesta de la Organización Mundial de la Salud, hay 106 psicólogos por cada 100.000 habitantes; en otros estudios, la cifra llega a 200. En Argentina, un número especialmente elevado de personas tiene cierta afición al psicoanálisis. Por eso es normal que las clases media y alta acudan a un terapeuta. "Es un poco como la cultura, la calidad de vida. Igual que vas al gimnasio si quieres adelgazar, si quieres sentirte mejor, vas a un psicoterapeuta, a un psicoanalista, ahí somos como la gente de Nueva York."

Bailar tango contra la melancolía

Los argentinos recurren a la psicoterapia no sólo cuando tienen dificultades psicológicas, sino también para superar problemas cotidianos, desarrollar su personalidad y mejorar su calidad de vida.

Bailar el tango es la mejor manera de combatir la melancolía, dice Santiago Hernández.Imagen: Santiago Hernández

Excepto para la melancolía, donde Santiago Hernández recomienda bailar tango: "El tango y el baile son una buena forma de procesar la tristeza, de sublimarla, y de desempeñar un papel activo y no sufrir pasivamente. El arte y el tango son un recurso muy bueno para tratar la melancolía. El tango es una solución maravillosa que la cultura ofrece a las personas para afrontar estas situaciones. Con el abrazo y el contacto físico. El tango tiene un elemento social y eso es algo de lo que a veces carece mucha gente en Europa, al menos en Alemania. El tango es maravilloso para socializar con otras personas."

¿Cuáles son las mayores diferencias entre alemanes y latinoamericanos? "Que los alemanes a veces pueden ser muy tímidos", dice Santiago, "que necesitan mucho tiempo para la confianza y las relaciones. Cuando se trata del contacto físico, por ejemplo. Para los alemanes no es tan fácil abrirse en las relaciones como para los argentinos. La amistad es diferente, tiene un ritmo diferente. Y luego está la cosa de tener que citarse un mes antes para tomar un café. Todo es mucho más espontáneo en Argentina."

¿Cómo se siente Santiago como argentino en Berlín? "Hay grandes diferencias culturales. La formación aquí fue una pesadilla para mí. Cinco años de tortura. Sobre todo porque no fui criado, educado y socializado aquí, y eso me llevó a muchos malentendidos y a veces incluso hostilidad", relata. "Pero también he tenido muchas experiencias positivas. Hay muchos alemanes que me apoyan mucho. Aunque sean discretos en su amistad. No expresan su amor como lo hacemos en Latinoamérica, pero si aprendes admitir esa onda, siempre son muy comprensivos y, en muchos sentidos, también buenos amigos."

Cuando le preguntamos cuáles son sus planes de futuro, sonríe de oreja a oreja: él y su mujer, también argentina y bailarina de tango, esperan un bebé para enero. ¡Enhorabuena!

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