No importa lo protegido que esté un dispositivo. Muchos datos se graban en la red, en las llamadas nubes, cuyos servidores suelen estar en el extranjero, fuera del alcance de las leyes europeas. Por eso, los expertos instan a las grandes empresas y los políticos que inviertan en tecnologías de seguridad en el territorio europeo. Pero las más importantes están afincadas fuera de Europa.