Franceses se alistan como reservistas por temor a una guerra
20 de agosto de 2025
Durante las vacaciones de verano, Constance, una estudiante francesa de Derecho, aprendió a marchar al compás, identificar señales de radio y tumbarse boca abajo sobre el cemento caliente apuntando con su rifle a un enemigo imaginario. Recibió su formación militar básica en un regimiento de la zona de París.
"Es muy importante proteger a nuestro país, especialmente en el contexto tan complicado que estamos viviendo", dice la estudiante de la Universidad de la Sorbona. A petición del Ejército francés, no publicamos los apellidos de las personas que se mencionan en el artículo.
Más de dos décadas después de que Francia pusiera fin al servicio militar obligatorio, decenas de miles de franceses solicitan ingresar en la reserva.
El número de reservistas operativos se ha disparado en la última década, pasando de solo 28.000, en 2014, a más de 46.000, en la actualidad. El Ejército ha absorbido a más de la mitad de ellos, y el resto se divide aproximadamente entre la Marina y la Fuerza Aérea.
Macron impulsa inversión militar
Para 2035, el Gobierno quiere duplicar con creces esas cifras -hasta alcanzar los 105.000 reservistas, es decir, aproximadamente uno por cada dos militares en activo.
Ese objetivo está en consonancia con los planes del presidente francés, Emmanuel Macron, de aumentar considerablemente la inversión en el Ejército, hasta alcanzar los 64.000 millones de euros en 2027, el doble que en 2017, cuando asumió el cargo.
También en otras partes de Europa se observan esfuerzos similares ante la creciente alarma por una Rusia cada vez más agresiva y las dudas sobre si Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, acudirá en defensa de Europa.
Para el vicealmirante retirado Patrick Chevallereau, la iniciativa de Macron es "una buena medida", aunque advierte que el presupuesto general del Gobierno aún debe ser aprobado por el Parlamento francés.
"No solo necesitamos más gente", apunta Chevallereau, analista del Royal United Services Institute, "sino que necesitamos más gente especializada en determinados ámbitos clave", como los drones y las tecnologías de la información, detalló.
Entrenamiento riguroso en Versalles
Los nuevos reservistas son entrenados en lugares como el 24.º Regimiento de Infantería de Versalles, a unos cuatro kilómetros del famoso castillo.
La teniente Amelie es reservista. En su vida civil trabaja como agente de aduanas. Este verano, supervisa un intenso curso introductorio de dos semanas sobre la vida en el Ejército.
Con edades comprendidas entre los 17 y los 57 años, sus 51 reclutas pasan jornadas maratonianas de entrenamiento, levantándose a las seis de la mañana y acostándose a menudo a medianoche.
"Están aprendiendo a usar y llevar sus armas de forma segura, a marchar juntos, a utilizar una brújula y equipos de comunicación", cuenta Amelie. "Trabajamos todas las técnicas de combate que utiliza el regimiento", agrega.
"El entrenamiento es muy riguroso", dice Constance, la estudiante de Derecho.
También Gabriel, un ingeniero de 23 años, se alistó en la reserva porque le preocupa el futuro de su país: "La guerra está en la frontera de Europa, y es una señal para que demos un paso al frente".
Asimismo, el atentado terrorista de 2015, en el Bataclan de París, lo motivó a tomar esa decisión: "Me di cuenta de que la época de paz, que había conocido y en la que había crecido, había desaparecido".
Europa se apresura a responder a las crecientes preocupaciones en materia de seguridad. Un informe publicado a principios de este año por el centro de análisis Bruegel y el Instituto Kiel de Alemania estima que Europa podría necesitar 300.000 soldados más a corto plazo para disuadir la agresión rusa sin el apoyo de Estados Unidos.
Más países europeos dan un paso adelante
Durante la última década, Lituania, Suecia y Letonia han reintroducido el servicio militar obligatorio. Polonia ha anunciado planes para ofrecer formación militar a 100.000 civiles al año.
También Alemania está llevando a cabo una campaña de reclutamiento y, dada la decepcionante respuesta inicial, el ministro de Defensa, Boris Pistorius, advierte de que se podría restablecer el servicio militar obligatorio si no se presentase un número suficiente de voluntarios.
En Francia, por el contrario, las encuestas sugieren un fuerte apoyo al aumento de las Fuerzas Armadas.
Fundado en el siglo XVII, el 24.º Regimiento de Versalles afirma que está recibiendo una avalancha de solicitudes para sus cursos de formación. De cada 100 candidatos, solo se seleccionan 40. La paga de un reservista es modesta: oscila entre 40 y 200 euros netos diarios, dependiendo del grado. Y no todos superan el entrenamiento básico.
Cuando los graduados se consideren suficientemente preparados, es probable que muchos se unan a las patrullas nacionales de la Operación Sentinelle, una operación de seguridad puesta en marcha tras los atentados terroristas de 2015 en Francia, y que se encargó de la seguridad de los Juegos Olímpicos del año pasado. Aquellos con cualificaciones especiales también podrían ser desplegados en el extranjero.
(vt/cp)