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¡Tenemos que hablar sobre la lucha por el clima!

Henrik Böhme
30 de diciembre de 2019

Nunca antes se había hablado tanto sobre el cambio climático. Ahora tenemos que escucharnos mutua y urgentemente, y no solo hablar el uno del otro, propone Henrik Böhme.

Imagen: picture alliance/dpa/APA/H. Punz

Un debate tranquilo ya parece imposible. Solo hay a favor o en contra. Justo o injusto. Bueno o malo. Nada en el medio. El fin del mundo está cerca, claro, simplemente no hay tiempo para hablar. Tienes que actuar. Se declara una emergencia en todas partes.

No hay duda, el clima es importante: los glaciares se derriten, regiones completas se desertifican, el nivel del mar sube, los osos polares mueren de hambre. Lo que nunca se menciona es que muchas cosas se han estado haciendo para que se expulse menos CO2 al aire. Para que las plantas industriales contaminen menos, los automóviles emitan menos gases tóxicos o incluso utilicen electricidad. En el mejor de los casos, esto se descarta como "disculpa verde”.

Lo que se está haciendo en bien del clima

Solo algunos ejemplos, elegidos al azar: hace unos diez años, el fabricante de acero plano Salzgitter tenía un proyecto llamado Eficiencia Energética. Desde entonces, se han ahorrado un millón de toneladas de CO2 y se queman 3.300 terajulios menos de energía por año, una cantidad que podría utilizarse para abastecer a 55.000 hogares.

Washington State Ferries, por ejemplo, el segundo operador de transbordadores más grande del mundo está convirtiendo su flota, que hasta ahora ha utilizado 75 millones de litros de diésel cada año, en barcos movidos con baterías. ¿Por qué? Porque el gobernador de Washington aprobó una ley. Pero el jefe del operador del ferry también dice: no lo hago solo porque el gobernador lo ordenó. Es una buena idea, incluso si no eres ecologista. Menos ruido, menos contaminación, y en algún momento ahorra dinero.

Cada vez más empresas se vuelven ecológicas

Durante la reciente conferencia climática en Madrid, otras 180 empresas se han comprometido a alcanzar objetivos ambiciosos para reducir sus emisiones y volverse neutrales para 2050, a más tardar. No son pequeñas empresas, son grupos conocidos como el fabricante de bienes de consumo Beiersdorf, la cervecera más grande del mundo Ambev y la fusión de las aerolíneas British Airways e Iberia, el tercer grupo europeo de aviación. Desde septiembre, cundo se fundó la "Alianza Business Ambition por 1.5˚C - Nuestro Único Futuro” el número de empresas que han adherido se ha duplicado.

Por supuesto, también suceden cosas que no solo desesperan a los activistas sino también a los realistas, como el desastre de la transición energética alemana. Aunque la participación de la nueva energía en la generación de energía ha aumentado significativamente, esto también (según cifras de la Oficina Federal de Auditoría) el cambio se ha tragado hasta la fecha 160 mil millones de euros. Sin embargo, en Alemania no hay prácticamente una industria solar y la situación en la industria de la energía eólica es igualmente sombría. Alemania prefiere discutir sobre la distancia mínima de las turbinas eólicas, mientras Francia considera construir seis nuevas centrales nucleares.

Henrik Böhme, de DW.

¿Qué quieren realmente los activistas climáticos”

De cualquier manera: ¿Realmente no pasa nada, como los activistas climáticos no se cansan de decir? ¿O no es el caso de que temas como la sostenibilidad y la compatibilidad ambiental han sido aceptados desde hace mucho tiempo en muchas empresas? Porque lo es, ¡verdad! - ¿son argumentos de venta? ¿No tienes que mirar más de cerca lo que realmente quieren los jefes del movimiento climático?

Luisa Neubauer, una especie de Greta Thunberg alemana, solo que mayor, y Carola Rackete, capitana del barco de rescate de náufragos Sea Watch 3, que prefiere realmente a los activistas climáticos del movimiento Rebelión de la Extinción hacen un "Llamado a la última generación”.

Sus llamados se centran en prohibiciones y castigos.  Hablan de que la destrucción de la naturaleza es un crimen contra la humanidad. Pero no mencionan la libertad individual. Y Carola Rackete responde en una entrevista: con todo "lo que hacemos y omitimos, apoyamos el sistema actual". Por lo tanto, la desobediencia civil es "muy necesaria". Aquí se trata de algo mucho más grande: la lucha contra el sistema económico existente, es la lucha contra los mercados libres, contra el capitalismo. Quien se oponga a esto, o no esté de acuerdo, no puede tener razón en absoluto.

Solo aquellos que abogan por la protección radical del clima parecen haber alquilado la verdad, y por lo tanto, hacen parte de los buenos. Cualquiera que defienda con tanta vehemencia una eco-economía planificada debe echar un vistazo a la historia reciente. El desastroso estado en que la antigua RDA dejó el medio ambiente puede ser suficiente ejemplo para demostrar la incapacidad de los sistemas económicos planificados para ser sostenibles y proteger la naturaleza.

¿Y ahora que?

En este acalorado ambiente no es posible un debate basado en hechos. Pero tenemos que hablar sobre cómo podemos resolver este conflicto, especialmente entre las generaciones. Algunos con su experiencia de vida, otros con su impaciencia.

Esto no tendrá éxito amenazando con escenarios de cataclismo, con sermones sobre el fin del mundo. Eso solo intensificará el rechazo.Necesitamos las ideas de las generaciones jóvenes, su alegría, su apertura, su curiosidad. Demuestren que pueden hacerlo mejor que nosotros. Pero, por favor, ¡emprendamos juntos el viaje!

(jov/ju)

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