“Tenemos la capacidad de averiguar quién nos ha disparado y no dudaremos en defender nuestro territorio”, dijo la ministra de Exteriores de Ruanda, Louise Mishikiwabo, luego de que proyectiles lanzados desde la República Democrática del Congo impactaran en un poblado ruandés y causaran la muerte de una mujer y dejaran herido a su hijo de dos meses.

Mushikiwabo, quien este jueves (29.08.2013) calificó el hecho como una “provocación” ante la cual su país no dudará en “responder”, añadió que su gobierno tiene “la responsabilidad de proteger a la población”, aunque no aclaró qué medidas planea tomar el Ejecutivo ruandés ante el ataque.

El Ejército de República Democrática del Congo combate en el este del país desde hace una semana contra los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo. En la ofensiva cuenta con el apoyo de una brigada de la ONU compuesta por unos 3.000 efectivos. Tanto Naciones Unidas como el gobierno de la RDC han acusado a sus vecinos ruandeses y al régimen de Uganda de colaborar con la insurgencia.

Decenas de muertos

El ataque denunciado por Ruanda ocurrió en la mañana del jueves y constó de diez proyectiles lanzados desde la RDC, que impactaron en un mercado del distrito de Rubavu, cerca de la región congoleña de Kivu. El miércoles 28 de agosto ya habían caído trece bombas en el mismo distrito, mientras que el sábado 24 de agosto otras cinco granadas impactaron en varios poblados del oeste del país.

“Nos contuvimos mientras pudimos, pero esta provocación ya no puede ser tolerada”, dijo la ministra Mishikiwabo, al tiempo que el portavoz del Ejército ruandés, Joseph Nzabamwita, aseguró que los explosivos fueron lanzados por las fuerzas de seguridad de la República Democrática del Congo.

La milicia 23 de Marzo está compuesta por exrebeldes, que en 2009 se integraron al Ejército de ruanda. Luego se alejaron porque el gobierno en Kinshasa no cumplió con sus promesas. Los enfrentamientos entre las fuerzas congoleñas y los milicianos se han incrementado y solamente la semana pasada hubo decenas de muertos cerca de la ciudad de Goma, en la RDC.

DZC (Europa Press, dpa)