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Terapia familiar para salvar medianas empresas

Mirra Banchón29 de agosto de 2006

Lo que confiere fuerza a una empresa familiar es precisamente lo que puede causar su muerte: la familia. DW-WORLD conversó con un experto que investiga los factores que suelen llevar a este tipo de compañías al fracaso.

Hay crisis empresariales en las que el couch es más importante que el banco.Imagen: AP

Con el término empresa familiar se asocia generalmente estabilidad, tradición e incluso un éxito que se extiende a varias generaciones. No son pocos los estudios que prueban que su factor de éxito es la fuerte identificación que existe entre los miembros de su personal. Sin embargo, es precisamente ése el factor que lleva a hasta un 20% de empresas familiares, con problemas básicamente solucionables, al fracaso. A pesar de no estar desahuciadas, hay ciertos aspectos que las llevan a firmar su acta de defunción.

De detectarlos se encarga un proyecto de la Universidad alemana Witten/Herdecke: La investigación está a cargo de Tom Rüsen, experto en ciencias de la administración, con quien conversó DW-WORLD. Se trata de un estudio de casos que se realiza en el contexto de una disertación, y que está enfocado a la práctica. Se basa en las experiencias de medianos empresarios y asesores de empresas familiares que han sobrevivido una crisis de management. O sucumbido a ella.

De la experiencia crear un método

"Pretendemos desarrollar un método de gerenciar crisis, el cual aparte de los contenidos clásicos como seguridad de la liquidez, reducción de costos o aumento de ventas, esté enfocado a una dinámica que incluya los factores sicológicos familiares", explica Rüsen. Los enfoques actuales para solucionar crisis y prevenir crisis son insuficientes, definitivamente, insuficientes.

El origen de los males

En una clásica empresa familiar hay varios miembros, de por lo menos dos generaciones, que son socios y/o asumen funciones directivas. "Cuando no hay un buen sistema de información y no se ha desarrollado un estatuto de cómo comportarse en caso de conflicto -algo a lo que no están obligadas por ley este tipo de empresas- o en su defecto no se tiene un regulador, una autoridad que dirima los conflictos, la empresa peligra", dice Rüsen. Es más, una de las debilidades más clásicas de la empresa familiar es una sucesión mal regulada o no regulada en absoluto y la falta de gremios de control.

Salvar "mi" empresa

Aunque parezca increíble, el factor psicológico tan decisivo en las relaciones familiares se acentúa cuando se tiene un proyecto empresarial común. Por un lado, en este tipo de empresa el personal directivo está más y más rápidamente dispuesto a invertir, por ejemplo, su fortuna personal para salvar la empresa. Por otro, en caso de que el componente cancerígeno sea, por decir, un miembro de la familia, su requerida separación del proyecto conllevaría un "perder el rostro" un problema familiar que no se afrontará y ante el cual, el mejor trabajo de un asesor no bastaría para salvar la empresa.

"La idea de esta disertación surgió de una experiencia práctica", cuenta Rüsen, "en la cual una empresa familiar, que estaba en el mejor camino a sanar y a superar la crisis, se fue a pique por motivos puramente de historia familiar". Los métodos a emplearse en esos casos poco tienen que ver con la liquidez o las ventas; terapias familiares y talleres de mediación se ponen en la agenda. El psicólogo es, entonces, más importante que el banco.

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