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MúsicaColombia

"No veo por qué los negros no pueden tocar Bach"

27 de marzo de 2025

El 29 de marzo es el Día Mundial del Piano. Con este motivo, DW repasa la carrera de la pianista más emblemática de Colombia, Teresita Gómez.

Teresita Gómez tocando el piano.
La pianista colombiana Teresita Gómez. (2011).Imagen: Carlos Mario Lema/GDA/El Tiempo/IMAGO

Negro y blanco son los colores sobre los que gira la vida de Teresita Gómez. Negro es el color de su piel, blanco el de una estructura social que la obligó a llevar en secreto su pasión por la música cuando era niña. Un sistema que le negó la posibilidad de aprender a nadar, tener una beca para formarse en el exterior, presentarse a un concurso internacional de piano cuando era joven e incluso tocar piezas de Mozart.

Y que llevó a su mamá adoptiva a embadurnarle la cara con crema blanqueadora para zapatos: "Ella sabía que los negros no eran bienvenidos. Lo hacía para que yo me sintiera bien, pero a mí no me importaba el color de mi piel, a mí lo que me gustaba era tocar", dice Teresita Gómez a DW.

"¡La negra toca el piano!"

La gran dama del piano de Colombia es hija biológica de un director de orquesta y su criada. Con poco tiempo de vida, fue dada en adopción a los porteros del Palacio de Bellas Artes de Medellín, una de las ciudades más blancas de Colombia.

"Mi padre biológico me dejó la música y mi madre biológica la dignidad para seguir adelante sin esperar nada. Esas dos cosas me dieron mucha fuerza", destaca Gómez. El amoroso entorno proporcionado por sus papás adoptivos en el ambiente cultural del Bellas Artes hizo que floreciera un talento musical que tuvo que esconder siendo niña. 

El talento de Teresita Gómez floreció entre las paredes del Palacio de Bellas Artes de Medellín.Imagen: DW

"¡La negra toca el piano!", fueron las palabras que transformaron esa pasión secreta, en el inicio de una carrera como virtuosa. Las pronunció la primera maestra de Teresita cuando descubrió accidentalmente a la niña interpretando dos breves piezas que había aprendido ella sola de oído. Gracias a ese encuentro, empezó a recibir clases de piano y a ser tolerada, aunque siempre fuera señalada como distinta, entre las niñas ricas de la ciudad que aprendían música. 

Negros en la música clásica

Décadas después, Colombia está rendida ante Teresita Gómez. Una sala de conciertos de la Universidad de Antioquia lleva su nombre y acaba de ver la luz el documental sobre su figura "Canción para mi Tere". 

Un sala de conciertos llamada "Teresita Gómez" anima la vida musical de Medellín. Imagen: Alejandra Uribe F./Dirección de Comunicaciones UdeA

"Es un reconocimiento que me apabulla a veces. Yo antes decía que tocaba el piano para que la gente me quisiera, pero ahora digo que toco porque quiero a la gente. Cuando estoy en un concierto, se produce una intimidad entre la música, el público y yo", explica la artista. En el Día Mundial del Piano, Teresita Gómez dice que el instrumento es como un ser vivo, porque está hecho a partir de un árbol. "Para mí es un instrumento sagrado". 

Pero hay una cosa que no ha cambiado, ni en Colombia ni en muchas otras partes del mundo: en el ámbito de la música clásica, los negros siguen siendo la excepción. "El racismo existe. No veo por qué los negros no pueden tocar Bach. Tal vez porque no han tenido el ambiente musical, porque es una música que requiere que se cultive, no es espontánea", comenta.

Vida en Berlín

Hoy, Teresita Gómez es maestra de piano. "Uno aprende enseñando, se reafirma", dice sobre esta labor. Además, continúa dando a conocer obras de compositores colombianos que antes no se programaban en su propio país: "Ahora hay una apertura hacia la música colombiana. Yo fui la que rompí el tabú y la llevé a los escenarios".

Ese fue precisamente el propósito que la condujo en la década de los 80 a Berlín Este, donde fue enviada por el presidente Belisario Betancur como agregada cultural. "Algunas cosas me parecían maravillosas", recuerda Teresita Gómez sobre su período en Alemania. "Pero sufría con las prohibiciones. Uno no podía leer lo que quisiera", dice. Guarda un gran recuerdo de los alemanes de relaciones exteriores: "Me trataron como un ser humano, no como un color".

La humanidad de Petro

Ella misma asegura olvidar a ratos que es negra. "Pero lo soy, se me nota a leguas". Y tuvo que aprender a vivir con el color de su piel como un obstáculo. "Yo creo que eso no se supera, eso se acepta".

Hoy, el racismo perdura en una Colombia que tiene a Gustavo Petro como primer mandatario de izquierdas. Teresita Gómez alaba la figura del presidente: "Es progresista, es un humanista. Mis padres fueron porteros, me gusta que mi gente pueda salir adelante, que los afros y los indígenas tengan una forma de vivir dignamente. Con Petro, se han logrado algunas cosas, aunque no todas", dice.

(cp) 

 

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