Es la primera vez desde su investidura como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica que Benedicto XVI habla en forma tan clara y extensa sobre el tema del terrorismo. Lo hizo en un encuentro con los máximos representantes de organizaciones musulmanas de Alemania, a quienes exhortó a combatir unidos ese fenómeno "perverso y cruel, que pisotea el derecho inviolable a la vida".

Misión posible

"Si conseguimos mancomunadamente extirpar el odio de nuestros corazones, liberarnos de toda forma de intolerancia y oponernos a toda manifestación de violencia, detendremos la ola de fanatismo que pone en juego la vida de tanta gente e impide el avance de la paz en el mundo", subrayó el Papa ante sus huéspedes musulmanes. La tarea es difícil, según él mismo reconoció, pero no imposible.

En eso coincidieron sus interlocutores islámicos. "En lo tocante al diálogo entre las religiones y a las actividades contra el terrorismo, tenemos las misma opinión", puntualizó el presidente de la organización islámica turca DITIP, Ridvan Cakir, mientras el presidente del Consejo Central de los Musulmanes de Alemania, Nadeem Elyas, no dejó lugar a dudas en cuanto a que el terrorismo es "nuestro enemigo común".

Punto de partida

La voluntad de diálogo quedó ampliamente de manifiesto en este encuentro de Colonia. Se trata de mirar hacia adelante y poner punto final a los "capítulos negros" del enfrentamiento entre cristianos y musulmanes a lo largo de la historia. Los representantes del Islam probablemente hubieran querido que el Pontífice pidiera perdón abiertamente por la sangre derramada. De hecho Nadeem Elyas desearía un mea culpa como el que pronunció Juan Pablo II en el año 2000 con respecto a la persecución de los judíos. A su juicio, "también el mundo islámico debería reconocer sus culpas históricas y estar dispuesto a un nuevo comienzo constructivo", que podría canalizarse en un foro permanente de diálogo.

A tanto no se llegó esta vez, aunque el Papa recordó con pesar "las batallas y guerras que uno y otro bando iniciaron invocando el nombre de Dios". Destacó que "el recuerdo de esos tristes acontecimientos deben llenarnos de vergüenza, porque sabemos qué atrocidades se han cometido en nombre de la religión", subrayando que "las lecciones del pasado deben impedir que repitamos los mismos errores". En suma, en Colonia quedó en evidencia que ambas partes desean el acercamiento. Y eso va aún más allá del imperativo actual de unir fuerzas contra la violencia terrorista. Los musulmanes de Alemania, desde ya, recibieron, según Elyas, "con alegría y orgullo" la invitación al encuentro con el Papa, que a todas luces podría marcar un buen punto de partida.