Terroristas suicidas matan a más de 50 personas en Nigeria
10 de febrero de 2016
Dos mujeres se infiltraron en un campo de desplazados en el Estado de Borno, donde se hicieron estallar. Hay al menos 78 heridos.
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Dos terroristas suicidas se hicieron estallar en un campo de desplazados en la ciudad de Dikwa, en el Estado de Borno (Nigeria), causando la muerte de al menos 51 personas y dejando heridas a otras 78, según los primeros reportes. El ataque, conocido este miércoles (10.02.2016), ocurrió la mañana del martes, pero las malas comunicaciones con la zona impidieron que se difundiera la noticia más rápidamente.
Las mujeres se infiltraron en el campo mientras se distribuía el desayuno. La Agencia de Control de Emergencias de Borno informó que una tercera suicida fue detenida poco antes de que cometiera otro atentado, y ha colaborado con las fuerzas de seguridad, entregando datos de próximos ataques, lo que ha permitido incrementar las medidas de resguardo y evitar eventuales nuevas masacres.
Los heridos están siendo tratados en distintos centros asistenciales ubicados dentro del campo, donde unas 50.000 personas viven tras ser desplazadas de sus hogares por la violencia del grupo radical Boko Haram. Si bien estos insurgentes no han reivindicado los ataques del martes, las autoridades nigerianas dan por sentado que es obra de ellos. Borno es uno de los epicentros de las acciones armadas de los radicales islamistas.
Zona de guerra
Aunque no se han entregado cifras oficiales de víctimas, una fuente de salud citada por la agencia AP aseguró que 51 cuerpos fueron enterrados el miércoles en Dikwa en un sepelio masivo de personas fallecidas en el ataque, la mayor parte de ellas menores de edad y mujeres. “La gente estaba haciendo cola para el desayuno, y una de las bombas explotó. En el caos que siguió a la explosión, otra bomba fue detonada”, explicó a Channels Televisión Mustapha Ali, un testigo del atentado.
“No tenemos control sobre nuestros movimientos. El Gobierno decide dónde nos quedamos, pero nos gustaría que nos realojaran en Maiduguri, porque ahora estamos en una zona de guerra”, añadió Ali. Solo en 2015, el grupo islamista radical fue responsable de más de 4.000 muertes a pesar de la creciente presión del Ejército nigeriano y de sus aliados regionales.
DZC (EFE, Reuters, AP)
Exrehenes de Boko Haram: "Todavía duele"
Casi 300 mujeres que fueron liberadas de las garras de Boko Haram viven por ahora en campamentos para refugiados, pero su sufrimiento aún no terminó. Desde Nigeria, Jan-Philipp Scholz nos ofrece estas imágenes.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Sonrisas ausentes
“Aquí uno enseguida se da cuenta de una cosa: los niños no sonríen”, cuenta un ayudante en el campamento de refugiados de Malkohi, cerca de la ciudad nigeriana de Yola. Allí viven cerca de 300 personas que fueron liberadas la semana pasada de las garras de la organización terrorista Boko Haram. Casi la mitad de ellas es menor de 18 años. Uno de cada tres niños está subalimentado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Solo pude abrazar a mi hija"
Lami Musa es la madre de la habitante más joven del campamento. La semana pasada dio a luz a una niña, y unos días más tarde fue rescatada por soldados. Durante la liberación, los terroristas mataron a varias mujeres. “Solo pude abrazar a mi hija contra mi pecho y cubrirla para protegerla”, recuerda Lami Musa.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Halima perdió un hijo
Halima Hawu tuvo menos suerte: uno de sus tres hijos fue atropellado y murió mientras los terroristas la secuestraban. Durante la liberación de los rehenes, un soldado le disparó en la pierna mientras un miembro de Boko Haram la usaba –como a tantas otras mujeres- como escudo humano. “Todavía duele, pero tal vez ya pasó lo peor”, espera Halima.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Casi no hay alimentos para los niños
Durante seis meses, Babakaka, de tres años, tuvo que vivir con los miembros de Boko Haram. Solo algunas veces había suficiente comida para los niños, cuentan las madres. Cuando lo liberaron, el niño estaba por morir de inanición, y ahora sigue estando muy débil. En el campamento no se le pudo dar el tratamiento médico adecuado.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Escapar a pesar de todo
La madre de Babakaka fue transportada con cerca de otros 20 heridos graves al hospital cercano, en Yola. Uno de los rehenes que caminaba delante de ella pisó una mina terrestre. La explosión fue tan fuerte que la mujer perdió al bebé que traía amarrado a su cuerpo y sufrió heridas de gravedad
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Falta personal médico
A excepción de algunas donaciones de ropa usada, aún no ha llegado demasiada ayuda internacional para las mujeres y niños en el campamento de Malkohi. Les falta de todo, especialmente personal médico. No hay ningún médico, sino solo dos enfermeras y una partera que tratan de ayudarlos en lo que pueden.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
Importante ayuda de voluntarios
“No entiendo por qué nuestras autoridades responsables de casos de emergencia no hacen nada”, se queja la trabajadora social Turai Kadir, que logró que una especialista en niños subalimentados se hiciera cargo de ellos en el campamento. “En realidad, es tarea de NEMA, la oficina nigeriana para ayuda en casos de catástrofe, pero sus capacidades han sido superadas”, explica.
Imagen: DW/Jan-Philipp Scholz
"Resistencia increíble"
Regina Musa volvió hace poco de EE: UU. para enseñar Psicología en la Universidad de Yola. Ahora ayuda a asesorar a mujeres y niños. “Las mujeres han demostrado una resistencia increíble a la adversidad”, dice Musa, y cuenta que muchas incluso se ocuparon de niños de otras mujeres durante su cautiverio. “Tenemos que lograr que entiendan lo que fueron capaces de hacer”.