Cuando el gerente de la planta de Tesla, Andre Thierig, subió al podio hacia el final de una ruidosa reunión de personal, según informó el periódico alemán Handelsblatt, lo primero que mencionó no fue el amargo conflicto entre el consejo de personal y el sindicato, debate  que había dominado la discusión hasta entonces.

"Les voy a dar una cifra", dijo Thierig en la fábrica de Tesla, que emplea a unas 12.000 personas en un complejo en expansión al sureste de Berlín. "Hemos comprado 65.000 tazas de café desde que empezamos la producción aquí. Estadísticamente hablando, cada uno de ustedes ya tiene cinco tazas de café en casa", reclamó.

"Estoy realmente cansado de aprobar órdenes para comprar más tazas de café", prosiguió entre risas y aplausos, advirtiendo que no habría cubiertos en las salas de descanso si los robos no cesaban.

Preocupaciones ambientales y de seguridad

Incluso antes de las decenas de miles de tazas robadas y de las últimas elecciones del consejo de trabajadores, la Gigafábrica de Tesla en Grünheide, en el estado de Brandeburgo, ha sido un centro de controversia.

Casi inmediatamente después de que Alemania se impusiera a al menos otros ocho países de la UE para albergar la primera fábrica europea de Tesla en 2019, comenzaron a acumularse críticas sobre el costo ambiental de la construcción de la fábrica. Esto incluyó la tala de cientos de hectáreas de bosque y la preocupación por la contaminación de las aguas subterráneas.

Poco después del inicio de la producción en 2022, la revista alemana Stern publicó un artículo en el que alegaba graves violaciones de las normas de seguridad y salud de los trabajadores, así como de las leyes medioambientales. El informe encontró que la planta de Tesla había registrado tres veces más emergencias que una planta similar de Audi en la ciudad de Ingolstadt.

En 2024, la fábrica fue escenario de protestas medioambientales contra una ampliación prevista de la planta, que finalmente recibió luz verde después de una prolongada batalla política sobre los planes.

Los despidos provocan luchas internas en las fábricas

Más recientemente, una presión del CEO de Tesla, Elon Musk, para que las fábricas de todo el mundo reduzcan su fuerza laboral en un 10% ha resultado en despidos de muchos empleados temporales y a tiempo parcial, y ha puesto en duda hasta qué punto la fábrica va a impulsar la economía de Alemania a largo plazo. ejecutar como se prometió.

Aunque la planta de Grünheide sólo redujo el personal en aproximadamente un 2%, Uwe Fischer, miembro del comité de empresa, dijo a Handelsblatt que existía una "presión evidente" sobre los empleados para que aceptaran lo que se consideraba una oferta de despido voluntario "atractiva".

Según el secretario del sindicato IG Metall, Jannes Bojert, los trabajadores de Tesla se enfrentan a una presión extrema, acoso y frustración por la cantidad de accidentes de seguridad en la planta.

Esto fue respondido en la reunión de personal por Michaela Schmitz, la líder recientemente reelegida del Consejo de Trabajadores, quien cree que el sindicato está ejerciendo una influencia indebida sobre sus miembros para agitar dentro de la fuerza laboral.

"Nadie controla a nadie", respondió el sindicato. Bojert, a su vez, acusó a Musk, a la dirección y a otros empleados de provocar un sentimiento antisindical que describió como "inconstitucional". Describió la huelga como un "último recurso", pero no la descartó dado el clima actual en la fábrica.