Todo comenzó cuando Werner von Siemens construyó el primer telégrafo de aguja entre 1846 y 1847. Para poder fabricarlo en serie, Siemens fundó junto a su mecánico, Johann Georg Halske, una empresa. En el patio interior de un edificio berlinés construyeron sus diez primeros telégrafos de aguja.

En las siguientes décadas, fabricaron telégrafos en serie. Siemens & Haslke idearon máquinas de vapor y desarrollaron el primer generador de electricidad. El descubrimiento del principio electrodinámico está considerado como uno de los logros más relevantes de Siemens.

En 1864 fracasó el tendido de cables submarinos en el Mar Mediterráneo, lo que supuso un fracaso económico para la empresa. Entre 1874 y 1875, los hermanos Siemens lograron hacerlo entre Europa y Estados Unidos con la ayuda de un barco a vapor.

En una exposición en Berlín del año 1879, la empresa Siemens & Halske presentó la primera locomotora eléctrica del mundo que se alimentaba de electricidad externa. Luego, el tranvía (en la imagen), que empezó a funcionar en Lichterfelde, cerca de Berlín, en 1881.

Además de las innovaciones técnicas y su espíritu empresarial, Siemens fue popular por sus iniciativas sociales y políticas. En 1872 introdujo un plan de jubilación para trabajadores, viudas y huérfanos. En 1890 se retiró. Dos años más tarde murió, a los 75 años de edad, de una neumonía.

Con la idea de expandirse, Siemens & Halske adquirieron un terreno al noroeste de Berlín en 1892. Poco a poco se concentraron aquí todas las actividades empresariales. Hasta 1914 creció un nuevo barrio, la ciudad Siemens.

Durante la Segunda Guerra Mundial, para Siemens trabajaron personas obligadamente y prisioneros de campos de concentración. Miles de mujeres prisioneras se dedicaron al enrollado de las bobinas y a la construcción de teléfonos en Ravensbrueck. Tras la guerra, la mayoría de los edificios y recintos de la empresa fueron destruidos. Las propiedades fueron confiscadas.

Parte de la dirección de la empresa se mudó en febrero de 1945 a Múnich, Muelheim an der Ruhr y Hof. La central se ubicó en Múnich y Berlín se convirtió en la segunda sede de la empresa.

No hay casi nada que Siemens no pueda construir. A principio de los 80, la empresa ya fabricaba en 37 países.

En 2006 salió a la luz pública un grave caso de corrupción, donde Siemens se vio involucrado: 1,3 mil millones de euros invertidos de forma ilegal para hacerse con contratos en el extranjero. Hubo un cambio de dirección y miles de millones para resarcir los daños.

En mayo de 2014, se llevó a cabo una reestructuración empresarial. Siemens apostó por la electrificación, automatización y digitalización. Miles de trabajadores perdieron su puesto de trabajo debido a dichos cambios.

La digitalización y conexión cambia la cadena de producción industrial completamente. Siemens se enfrenta en el futuro a un nuevo reto: la industria 4.0.