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Cine

"Tesoros", causa furor en la Berlinale

Eva Usi
14 de febrero de 2017

La cineasta mexicana María Novaro estrenó en Berlín su primera película dirigida a un público infantil. Filmada en la costa grande de Guerrero, muestra un paraíso lejos de la violencia que asola la región.

Lucero Sánchez Novaro, hija de la cineasta y asistente de dirección, la cineasta María Novaro y la coproductora, Pamela Guinea, tras el estreno de "Tesoros".
Lucero Sánchez Novaro, hija de la cineasta y asistente de dirección, la cineasta y productora María Novaro y la productora, Pamela Guinea, tras el estreno de "Tesoros".Imagen: DW/E. Usi

A través de los protagonistas, tres niños de ciudad que llegan con sus papás a vivir a Barra de Potosí, en la costa grande de Guerrero, la directora de "Lola" y "Danzón", dos películas que dejaron huella en la cinematografía en México, se sumerge en la visión del mundo desde la perspectiva infantil.

El espectador es transportado a playas que se extienden hasta donde la vista alcanza. Se entera que en la escuela rural se enseña a los niños a proteger las tortugas y aprenden a distinguir las distintas variedades de ballenas que recorren sus costas. Ese paraíso ya cautivó hace cuatro siglos al pirata británico Francis Drake y uno de los niños afirma haberlo visto.  Jacinta Chávez (Jacinta), Dylan Sutton Chávez (Dylan) y Andrea Sutton Chávez (Andrea), son los nietos de María Novaro que son protagonistas en la cinta.  Junto con otros niños de la comunidad se lanzan en busca del tesoro que dejó escondido el pirata británico, cuya clave es una X.

Deutsche Welle: Los niños gritaban y bailaban al compás de la música con la que termina la cinta. ¿Cree que su película despierte interés por visitar el lugar?

María Novaro: Muchos niños me preguntaron cómo se llega a Barra de Potosí y cuál es la mejor época del año para ir. Creo que despertó mucha alegría, mucha efusividad, los niños creo que realmente la gozaron.  A lo largo de la película hubo gritos de gozo, de felicidad y aplausos. Me gustó mucho cómo aplaudieron en la parte de los créditos, con la música rítmica,  como si estuvieran todos en la fiesta, bailando.

La cineasta mexicana firmando autógrafos de los ninos berlineses. Imagen: DW/E. Usi

Los niños reaccionaron con mucho interés, como se vio por la gran cantidad de preguntas que le hicieron al terminar la película.

Las preguntas que nos hicieron eran muy hermosas. El único reclamo fue porqué hice la película en español. Un niño hubiera querido que la hiciera en alemán. Me sentí muy conectada y sentí que les funcionaba a los niños acá, y espero que les siga funcionando a los niños en todas partes.  Ya están pidiendo la película en Polonia, en Israel y en una gran cantidad de lugares, lo que me da mucha alegría. Ojalá la vean muchos niños en todo el mundo.

¿Cómo llegó a la idea de hacer una película para niños?

La motivación fueron mis propios nietos y a través de ellos pensar en los niños de mi país. México la está pasando muy mal. Estamos en un momento muy difícil. Los niños no están aislados de las noticias de violencia y de dolor que se viven permanentemente en el país. Por la relación con mis nietos, quería decirles a ellos y decirles a todos los niños que otro México es posible, que otro mundo es posible. En esta película hablo de una forma de vivir que es real, es absolutamente sincera.

Tiene algo de documental por la manera cómo retrata el lugar y a su comunidad.

En muchos aspectos es un documental, yo no inventé nada, no hay nada exagerado. Es la otra verdad de México. Pero claro, con el objetivo de fortalecer a los niños, de decirles que ahí está el futuro, de que hay que vernos a nosotros mismos y a nuestra población como una gran riqueza. El objetivo era ése. Me sorprende que a niños en otros contextos también les transmita felicidad. Ese empoderamiento, el mensaje de que es fantástico ser niño y de que el vivir la niñez está sensacional, que el planeta es hermoso, también les funciona a otros niños, no sólo a los de mi realidad mexicana.

Los protagonistas de la cinta, Imagen: Cine Ermitaño/Gerardo Barroso/Lisa Tillinger

Dedicó la película a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. ¿Es un mensaje social?

Elegí filmar en Barra de Potosí, en la costa grande de Guerrero, una región con muchísimos problemas. Es un lugar idílico, es tan precioso como se ve en la película, pero está en uno de los estados con más violencia en México. Un escenario importante de la película es la escuela rural, en donde todos los niños se conocen y empiezan a armar su grupo. Los maestros  de Guerrero son todos egresados de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Cuando yo filmé la desaparición de los 43 estudiantes tenía pocos meses de haber sucedido. Por eso dedicamos la película a los maestros de México, particularmente a los maestros rurales y muy especialmente a los 43 muchachos que estaban estudiando para ser maestros, que desaparecieron y a los que nunca vamos a olvidar.  Me parecía indispensable que esta película tan positiva, tan alegre, tan llena de felicidad no dejara de lado nuestro dolor e indignación.

La película aborda la protección del Medio Ambiente y las especies. ¿Esa zona es protegida?

No lo es. Es una zona muy amenazada por el gran turismo. El turismo masivo ha llegado a muchas regiones en México y por un lado está bien porque genera ingresos. Pero debemos preservar ciertos lugares para otro tipo de turismo. El lugar en el que filmé es perfecto para hacer ecoturismo, de lo contrario se van a ir las ballenas,  y vamos a acabar con las especies de aves. Es un lugar de una riqueza impresionante. Por eso se asentó ahí una investigadora de ballenas, también se ha creado un refugio para animales, y constantemente llegan científicos porque la biodiversidad de aves es impresionante.

Los niños buscan un tesoro escondido por un pirata. En la imagen, JacintaChávez y Andrea Sutton. Imagen: Cine Ermitaño/Gerardo Barroso/Lisa Tillinger

¿Qué papel juega la población local?

Es una comunidad de pescadores que está bastante consciente. Sabe, por ejemplo, que hay que proteger a los manglares porque si no, los arrasa la tormenta. Ahí nadie se muere de hambre porque cualquiera tira la red y saca jaiba, y peces. Barra de Potosí es un ejemplo de cómo si protegemos la ecología, protegemos la economía local y el futuro del país. Los desarrollos de turismo masivo destruyen todo y excluyen a la gente local. Ése un lugar perfecto, como muchos otros en México, para otro tipo de desarrollo turístico, con protección ambiental que preserve a ese paraíso. 

Llama la atención la música con piezas muy melódicas, algunas de letra muy triste, como Pajarito Jilguero, que habla de niñas que mueren.

Los mexicanos sabemos ser felices contra viento y marea, eso hay que conservarlo, porque eso nos hace fuertes, esa voluntad de ser felices, de gozar la vida. Al final yo quería decir que toda esa felicidad es posible, pero el país está mal. Pajarito Jilguero es un son guerrerense, como toda la música que se escucha. Es hermosísimo, pero muy triste porque habla de la violencia que se vive en México.

Después de toda esta serie de películas que han tenido tanto éxito, ¿tiene usted algún proyecto en puerta?

Estoy escribiendo un proyecto que no pude realizar en su momento que tenía por ahí guardado y que quiero retomar. Se llama "La lista" y lo quiero retomar. Habla del México de los 70's y del México de la militancia de izquierda. Pero también tengo muchas ganas de hacer otra película para niños. Y en esta etapa de mi vida me digo, María, a ver que te da tiempo de hacer. Sin duda quiero hacer más películas para niños.