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Testigos del horror (1)

19 de octubre de 2012

Dos compositores de éxito durante el nacionalsocialismo: Strauss y Korngold. El primero realizó una brillante carrera en Alemania; el segundo triunfó en Hollywood, la meca del cine, como compositor de bandas sonoras.

Richard Strauss, 70 years old, the famous German composer and conductor at his piano in Munich on June 12, 1934. (ddp images/AP Photo).
Richard StraussImagen: AP

Música Maestro: Testigos del horror (1) - MP3-Mono

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“Testigos del horror”, primera parte. Así hemos titulado este capítulo de la serie “Músicas de guerra y paz”: grandes obras de la música clásica que DW les ofrece en versiones excepcionales. El título de esta nueva entrega alude a dos compositores que vivieron intensamente la primera mitad del siglo XX desde situaciones muy distintas: Strauss y Korngold.

Strauss, compositor de éxito en época convulsa

Richard Strauss fue probablemente el más grande operista que diera el siglo XX. Pero su obra fue mucho más allá. Con sus poemas sinfónicos y su dedicación a la dirección de orquesta, desarrolló una carrera brillante. Aunque se confesó apolítico, ocupó un puesto de relevancia en el ámbito musical durante el Tercer Reich. Más adelante, horrorizado por las atrocidades nazis, trató de ejercer su influencia para librar a su nuera del campo de concentración de Theresienstadt.

Al principio sus esfuerzos fueron en vano, pero finalmente consiguió librar a sus familiares gracias a su influyente nombre. Es precisamente en la década de los 40 cuando Richard Strauss escribe sus obras más hondas y emotivas, como las Metamorfosis, su Concierto para oboe y las Cuatro últimas canciones. Su ópera Intermezzo se corresponde con tiempos más felices. Fue estrenada en 1924 y se basa en un conflicto que el propio Strauss tuvo con su esposa, con la que se permaneció casado hasta que la muerte los separó.

Un malentendido desató los celos de la mujer y a Strauss le pareció el argumento perfecto para una ópera ligera, Intermezzo, comparable a los intermedios que se intercalaban en el teatro y la ópera seria en el siglo XVIII. En las salas de concierto suelen tocarse cuatro interludios instrumentales de esta ópera. Así lo explica el director de orquesta Krjstian Järvi:Estos cuatro interludios son casi como una sinfonía. En realidad, una “minisinfonía”. En la primera parte hay una tormentosa introducción seguida de un vals, que termina con suavidad. Después hay una hermosa escena llena de sentimientos íntimos. Luego viene una música que suena de fondo. Y finalmente llega un final alegre, como si el autor dijera: 'marchémonos con una explosión'. Me parece increíble que no se toque más esta música.”

Korngold, carrera en Hollywood

Erich Korngold también fue testigo del horror. Niño prodigio en los primeros años del siglo XX, asombró con su talento a propios y extraños. Su ópera “La ciudad muerta” fue un gran éxito. Después, con el advenimiento al poder de los nazis, acabó emigrando a Hollywood, donde hizo una gran carrera como compositor de bandas sonoras, poniendo música a películas como “Halcones de mar”, “Las verdes praderas” y “El sueño de una noche de verano”. Su música marcó la de otro grande de la gran pantalla: John Williams.

El Concierto para violín de Korngold es una obra plena de exuberancia y energía románticaImagen: Vico/Fotolia

Su Concierto para violín, pleno de exuberancia y energía romántica, fue compuesto en 1945. Korngold había prometido componer solo música de cine hasta que Hitler muriera. Cuando ello ocurrió, volvió a dedicarse a la música pura, de concierto, y el Concierto para violín fue el primer fruto de aquel regreso. Concebido en tres movimientos y dedicado a Alma Mahler, es una gran obra que muchos de sus colegas jóvenes europeos encontraron “trasnochada”, perteneciente a otra época. Ciertamente, la estética del concierto se corresponde con los años dorados de la Viena que Korngold conoció de joven y que nunca más volvieron a él. Sin embargo, es un prodigio de escritura solista y orquestal.

Autora: María Santacecilia
Editora: Emilia Rojas

Richard Strauss (1864-1949)
"Cuatro interludios sinfónicos" de la ópera
Intermezzo
Orquesta del Festival de Gstaad
Kristjan Järvi, director
Interpretado en la Sala de espejos del palacio real de Herrenchiemsee el 10 de julio de 2011
Grabado por DW

Erich Wolfgang Korngold (1897-1957)
Concierto para violín en Re Mayor
Vadim Gluzman, violín
Orquesta del Festival de Gstaad
Kristjan Järvi, director
Interpretado en la Sala de espejos del palacio real de Herrenchiemsee el 10 de julio de 2011
Grabado por DW

Derechos de emisión: una emisión hasta el 29 de enero de 2013

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