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Tierra incógnita

mb15 de octubre de 2003

Un juicio por daños y perjuicios personales durante un ataque aéreo en la guerra de Kosovo, lleva al banquillo de los acusados a Alemania representando a la OTAN. Tierra incógnita en el derecho internacional.

Los restos del puente en Varvarin, después del bombardeo de los aviones de la OTAN.Imagen: AP

Por primera vez en la historia, la República Federal de Alemania, en representación de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), tiene que comparecer a juicio por una acción bélica. 35 ciudadanos yugoslavos exigen pagos por daños y perjuicios por 3,5 millones de euros. Se trata en este caso de un procedimiento modelo, pues el derecho internacional no prescribe si el ciudadano común puede exigir ser resarcido por daños sufridos durante una guerra.

La masacre del puente

El 30 de mayo de 1999, los habitantes de Varvarin se hallaban en camino a una festividad religiosa y al mercado, cuando el puente de la pequeña ciudad de 4000 habitantes fue bombardeado. La acusación detalla la crueldad del ataque, en el que murieron 3 personas -entre ellas una muchacha de 15 años- y más de 5 fueron heridas. Algunos minutos más tarde, se sucedió un segundo ataque del que resultaron 7 víctimas más. Un reportero alemán del prestigioso diario "Die Zeit" calificó, ya en aquel entonces, el ataque aéreo de "masacre" y de "crimen de guerra".

Cuestión de derecho internacional

Los demandantes acusan al gobierno federal alemán de no haber acatado la Convención de Ginebra y la Carta de las Naciones Unidas en cuanto a la protección de civiles en caso de guerrra. El acusado niega toda culpabilidad aduciendo que el puente sí era un objetivo bélico, pues era una importante vía de acceso del ejército serbio. Además, en el ataque aéreo no hubo ni soldados ni aviones alemanes.

Debido a que Alemania había planificado los ataques aéreos y que pudo haber ejercido su derecho a veto, en la opinión de la abogada acusadora, Gül Pinar, es irrelevante de qué nacionalidad hayan sido los pilotos que ejecutaron la orden. Y a pesar de que los demandantes están conscientes de que la mayor parte de la responsabilidad recae en Estados Unidos, declaró Zoran Milenkovic, alcalde de Varvarin, los lugareños carecen de los medios para presentar querella en otro continente; así que a Alemania le toca bailar con la más fea.

Era de esperarse el fracaso de todo intento de conciliación de las partes beligerantes, apuntó el juez de la Primera Cámara de lo Civil, Heinz Sonnenberger, pues se trata de un proceso modelo, una tierra incógnita en derecho internacional, que hasta el momento sólo dictaminaba pagos de reparación generales, y no de daños y perjuicios personales. "Nuestros padres tampoco enjuiciaron a Rusia y a los otros", dijo Sonnenberger, añadiendo que el caso llegará, probablemente, a instancias mayores. Aunque la OTAN expresó su condolencia a los demandantes, calificó el ataque de insoslayable.

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