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¿Tierra por paz en Ucrania? Así responden en Donbás

Hanna Sokolova-Stekh
1 de septiembre de 2025

¿Cesión de territorios a cambio de un alto el fuego? Una reportera de DW estuvo en el este de Ucrania y habló con civiles y militares.

Un ciclista pasa junto a una casa dañada por los bombardeos en Kramatorsk.
Un ciclista pasa junto a una casa dañada por los bombardeos en Kramatorsk.Imagen: Hanna Sokolova-Stekh/DW

Una motocicleta pasa junto a girasoles y se adentra en un campo, levantando una nube de polvo. Sobre ella va Oleksiy, oficial de un batallón de la 14 Brigada de la Guardia Nacional de Ucrania. Su unidad combate cerca de Pokrovsk.

El ejército ruso intenta cercar la ciudad, donde hay decenas de ataques diarios. La moto proviene del frente: los rusos la han usado para acercarse a posiciones ucranianas, pero Oleksiy y tres de sus camaradas repelieron el ataque y lograron capturarla.

Oleksiy descansa tras 27 días de operaciones. Para poder salir de sus posiciones, su grupo tuvo que esperar condiciones meteorológicas favorables. Durante el camino, los hombres tuvieron que huir de un dron ruso.

"He perdido la esperanza"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intenta lograr la paz entre Ucrania y Rusia. En ese contexto se debate el futuro del Donbás y posibles cesiones territoriales a cambio de un alto el fuego.

Hace algunas semanas, el ejército ruso avanzó hacia el noreste de Pokrovsk, en la región de Donetsk. Con ello, el frente se acercó a la ciudad de Dobropillia y a los pueblos cercanos. Aunque las fuerzas ucranianas lograron liberar algunas localidades, la zona sigue bajo fuego constante. Cada vez más personas huyen de las bombas y drones rusos.

"Realmente creí en las negociaciones y esperaba con ansia cada cita. Ahora sé que es inútil. He perdido la esperanza", dice Natalia, de Dobropillia, a quien encontramos en una localidad de la región de Donetsk donde se concentran evacuados. "No es correcto detener la guerra y quitarnos territorios. Todo quedará arruinado. No hay ninguna certeza de que se vuelvan a recuperar", añade la mujer, cuyo hijo fue dado de baja del ejército tras resultar herido.

Oleksiy con su "trofeo", una motocicleta rusa que ha logrado capturar.Imagen: Hanna Sokolova-Stekh/DW

"Asumir responsabilidad"

En el punto de estabilización médica del frente de Kramatorsk, reina la calma. Estos puestos sirven para tratar a soldados heridos antes de trasladarlos a hospitales. La tranquilidad no significa que la línea del frente esté en calma, sino que los ataques con drones rusos dificultan en ese momento las evacuaciones, explican los sanitarios. A veces, reciben soldados que han estado uno o dos meses en posiciones. "La mayoría, simplemente, están exhaustos", dice la anestesista Tetiana.

En plena noche, llega un herido que perdió un pie. Los médicos lo atienden en la mesa de operaciones. "Pisó una mina", explica el médico asistente Dmytro, y subraya: "Se ve que ambos pies ya habían sido operados. Eso significa que no es su primera herida."

Dmytro afirma que en el puesto de estabilización no se perciben los esfuerzos de paz de Trump. El frente de Kramatorsk, donde sirve, está a menos de 20 kilómetros de su ciudad natal, Sloviansk. Antes de la guerra en 2014, trabajaba en Donetsk. Ante la pregunta de qué significa para él luchar por su tierra, responde: "Asumir responsabilidad."

Los médicos militares observan las iniciativas de negociación, pero tratan de "no distraerse con acontecimientos sobre los que no pueden influir". "Espero lo mejor", dice Tetiana, y enfatiza: "Me concentro en prestar ayuda."

La anestesista Tetiana está destinada en un punto de estabilización médica de una brigada ucraniana en el este del país.Imagen: Hanna Sokolova-Stekh/DW

"Tratamos de salvar a nuestros soldados"

"Cómo se desarrollan las negociaciones es asunto de la cúpula del Estado. Nuestra tarea es detener al enemigo y la cumplimos", dice un soldado con el nombre de guerra "Stinger", operador de radio en la defensa de Chasiv Yar. Según el Estado Mayor ucraniano, en el frente de Kramatorsk, que incluye la zona de Chasiv Yar, hay una docena de ataques diarios.

Hace una semana, "Stinger" salió de las posiciones donde estuvo 15 días. En ese tiempo, los rusos las asaltaron varias veces. "Hasta ahora, no realizamos ofensivas ni operaciones de liberación. Solo nos defendemos y contenemos al enemigo. Ya sea en una autopista, en una ciudad o en un campo, nuestra tarea es impedirle avanzar siquiera 100 metros", explica el soldado.

A veces, sin embargo, el ejército ruso logra acercarse a las posiciones de la compañía de "Stinger". Según él, esto se debe al gran número de tropas y armas que despliega Rusia. "Cuando surge una situación crítica, tratamos de salvar a nuestros soldados y retirarlos a posiciones más traseras para ocupar una posición más ventajosa", señala.

"No se puede hablar de negociaciones de paz"

Al igual que en el frente, el ejército ruso intensifica el bombardeo sobre la retaguardia ucraniana. El 22 de agosto lanzó más de 40 bombas guiadas hacia Kramatorsk, la mayor ciudad de la zona de Donetsk bajo control ucraniano. Tres personas resultaron heridas. A finales de julio, un bombardeo destruyó la mitad de un edificio de cinco plantas en el centro de la ciudad: murieron seis personas y once resultaron heridas.

"Eran las dos y media, acababa de llegar a casa. Todas las ventanas volaron. Mi hija resultó herida, las esquirlas alcanzaron su pierna", recuerda la pensionista Valentyna, vecina del edificio. Ella no cree que el conflicto vaya a terminar en la mesa de negociaciones. Justo cuando comenzaron las conversaciones entre Vladímir Putin y Donald Trump en Alaska, el 15 de agosto, el Kremlin bombardeó Sloviansk. "Allí vive mi otra hija. No se puede hablar de negociaciones de paz", dice indignada.

Los habitantes de Kramatorsk con los que habló DW rechazan en su mayoría concesiones territoriales a cambio de un alto el fuego. "Hoy dirá: 'Denme la región de Donetsk'. Mañana dirá: 'Denme la región de Leópolis'. Y en una semana dirá: 'Denme Kiev", afirma el pensionista Oleh sobre Putin.

"Ni pensarlo, soy ucraniana y amo el Donbás. Ya se ha derramado mucha sangre y han muerto tantas personas. Mi hijo también está en combate", dice la pensionista Zoja cuando le preguntamos por las cesiones territoriales.

"Es una decisión muy seria"

"¿Qué es más importante para Ucrania, la región o la gente?", pregunta Vasyl, un hombre de mediana edad, y añade: "¿Para qué necesitamos esa región si ya han muerto tantas personas? ¿Ha estado en la línea de contacto? Yo soy de allí y lo he perdido todo. En otra región reconstruiremos nuestra vida."

Junto con su esposa, abandonó su pueblo en el distrito de Kostiantynivka, donde avanza el ejército ruso. "No se puede confiar en Putin. No sé qué debe hacer el mundo para detenerlo. Volodimir Zelenski lo tiene muy difícil, es una decisión muy seria", asegura.

Los habitantes dudan cuando se les pregunta qué garantías pueden proteger a Ucrania de una nueva agresión rusa. "Nuestra garantía de seguridad es nuestra presencia militar en todo el país", afirma el pensionista Mykola. Y Svitlana, una mujer de mediana edad, no cree en ninguna garantía. "Porque a lo largo de la guerra no he visto un verdadero apoyo", dice decepcionada.

También el joven soldado Yaroslav, que lucha por liberar su región natal, sigue los intentos de paz y rechaza concesiones territoriales: "He pensado mucho en ello. Pero no estoy dispuesto a entregar Kramatorsk y la región de Donetsk. ¿Por qué tantos hombres habrían dado su vida en el Donbás?" Al mismo tiempo, Yaroslav reconoce que las negociaciones de paz son inevitables. Dice: "Toda guerra termina con negociaciones. Quien no conoce su historia está condenado a repetirla."

(gg/ms)

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