Timochenko: las FARC ahora lucharán desde la política
17 de septiembre de 2016
El líder de la mayor guerrilla colombiana inauguró la X Conferencia del grupo armado, donde se espera que los comandantes aprueben el acuerdo de paz con el Gobierno.
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La Décima Conferencia Nacional Guerrillera de las FARC tiene un sabor distinto a todas las otras, porque es la última que este grupo armado realiza como guerrilla antes de sumergirse en las procelosas aguas de la política partidista. Este sábado (17.09.2016) el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, dio inicio a una cita que calificó de “histórica” y en la que los comandantes seguramente aprobarán el acuerdo de paz alcanzado con el Gobierno.
Timochenko hizo hincapié en que el pacto no dejó “vencedores ni vencidos” y que a partir de ahora las FARC seguirán luchando por la justicia social y los más pobres, pero como un partido político. El encuentro cuenta con la presencia de unos 200 delegados y otros cientos de combatientes, quienes se han desplazado hasta la remota región de El Diamante, en los Llanos del Yarí, un corredor natural de sabanas que abarca parte de los departamentos del Caquetá y Meta, uno de los bastiones de los rebeldes.
“Hay que conseguir que la paz se convierta en una realidad en nuestro país sobre la base de la justicia social y la democracia”, dijo Londoño en la ceremonia de apertura del primer encuentro guerrillero abierto a la prensa, y que durará una semana, hasta el 23 de septiembre. “Eso implica la vinculación de las grandes mayorías inconformes a la vida política activa de nuestra nación”, agregó desde una tarima.
Vital mantener la unidad
Los líderes acudieron a la cita con camisetas que portaban el eslogan “Reconciliación nacional, paz con justicia social y democracia avanzada”, ideas sobre las que giró buena parte del discurso de Timochenko, que también apeló al ideario histórico de las FARC, de corte marxista-leninista. Asimismo, recordó que la decisión que salga de la Conferencia acerca del acuerdo tendrá “carácter vinculante” para todos los miembros del grupo.
De este modo quienes se declaren reacios a continuar los pasos, bien por radicalismo ideológico o por el fuerte influjo del narcotráfico, quedarán al margen de la organización. Por lo mismo, Londoño exhortó a los miembros del grupo a entregarse a la “imprescindible tarea de la unidad sin la cual todo esfuerzo se desperdiga y pierde”. Ese es precisamente uno de los principales desafíos de los rebeldes en su camino a la política, para evitar que sus integrantes se sumen al Ejército de Liberación Nacional (ELN) o a bandas criminales.
DZC (Reuters, dpa, EFE)
Los peores atentados de las FARC
Tras una historia de medio siglo marcada por la guerra, el conflicto entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) deja tras de sí miles de víctimas, entre asesinatos secuestros y atentados.
Imagen: picture-alliance/dpa/EFE/C. Escobar Mora
Atentados en masa
A lo largo de los 90 las FARC intensifican su actividad con un historial especialmente sangriento. Por ejemplo, con los ataques a la base de Las Delicias, con 27 militares muertos, 20 heridos y sesenta secuestrados. O la emboscada en El Billar, donde fallecieron 60 militares, hubo 47 heridos y 43 más secuestrados. En la foto, uno de los ataques a la etnia atwá en Nariño.
Imagen: picture-alliance/dpa/El Colombiano
El origen de las FARC
El 27 de mayo de 1964 fue el primer combate con el Ejército colombiano, en Marquetalia. Según las FARC, este combate fue el que marcó la fecha de su fundación. Al frente de la milicia estaba ya su histórico dirigente Pedro Antonio Marín, alias "Tirofijo".
Imagen: picture-alliance/dpa
La política en el punto de mira
A principios de los 2000, la actividad de las FARC destacó por una intensa actividad asesinando y secuestrando a personajes públicos. Entre ellos, varios atentados contra el presidente Álvaro Uribe, ex ministros, diputados y senadores. En 2002, la candidata presidencial Ingrid Betancourt y la aspirante a la vicepresidencia, Clara Rojas, fueron secuestradas.
Imagen: AP
La cara más dura de la violencia
Las imágenes de la violencia de las FARC hablan por sí solas. En la foto, los habitantes inspeccionan los efectos de una bomba en la ciudad de Granada en diciembre de 2000. La onda expansiva destruyó parte de la comisaría de policía, un hospital local y muchas casas, además de 11 muertos y 14 heridos.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Munoz
Masacre en el Club Nogal
El 7 de febrero de 2003, las FARC cometieron uno de sus atentados más brutales y recordados, atacando el Club El Nogal de Bogotá y dejando 36 muertos y más de 170 heridos.
Imagen: Getty Images/C. Villalon
Secuestros eternos
Entre los secuestros a políticos, destacan el del exministro Fernando Aráujo, que consiguió huir de sus captores tras seis años des secuestro. También el de Ingrid Betancourt, que hasta 2008 no fue rescatada de su cautiverio. Otros de los diputados fueron asesinados durante sus secuestros.
Imagen: AP
Ataques a la iglesia
Como víctimas de las FARC, también hay decenas de sacerdotes, religiosas y algunos obispos. Uno de los casos más conocidos fue el secuestro en 2002 del presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y arzobispo de Zipaquirá, monseñor Jorge Jiménez Carvajal. Después de que el Papa lanzara un vigoroso llamamiento, el prelado fue liberado en una operación militar del Ejército colombiano.
Imagen: picture-alliance/dpa/AFP
Masacre de Bojayá
Uno de los atentados más sangrientos fue la Masacre de Bojayá, en el departamento del Chocó, una explosión en el interior de una iglesia que se cobró la vida de más de 100 civiles por la explosión de un “cilindro bomba”. El ataque se perpetró contra la población civil que tuvo que escapar guiada por los sacerdotes.
Imagen: Getty Images/L. Acosta
Fuego cruzado para los pueblos índigenas
Otro de los grupos en conflicto con las FARC son los pueblos indígenas, muchos de ellos víctimas de atentados y desplazamientos, y aún a la espera de cómo influirán los acuerdos de las negociaciones en sus comunidades. En la foto, manifestación en Bogotá en recuerdo del asesinato en 2009 de 17 personas de la etnia awá.
Imagen: Getty Images/AFP
Sin identificar
Durante más de cincuenta años de historia, el conflicto con las FARC arrastra millones de víctimas entre desplazados, asesinados, secuestrados…. Muchas de ellas no identificadas, como estos 464 cuerpos enterrados en fosas comunes sin nombre en el cementerio de La Macarena, en el departamento de El Meta.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Vergara
Minas antipersonas
Entre las consecuencias de un conflicto tan largo, la población civil colombiana sufre por el gran número de minas antipersonales colocadas por ambos bandos. El ejército dejó de hacerlo hace tiempo de acuerdo con la Conferencia de Otawa, pero las FARC seguían defendiendo su uso hasta hace poco. Entre las víctimas hay muchos civiles y niños.
Imagen: Fuerzas Militares de de Colombia
Atentados contra infraestructuras
Otra de las estrategias de las FARC son los ataques a infraestructuras. En especial, recientemente, a muchas que tienen que ver con la extracción y transporte de petróleo. Una estrategia de gran visibilidad a bajo costo que provoca grandes daños colaterales. Además de provocar cortes en los suministros a la población civil, también suponen grandes desastres ecológicos.