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Tiras cómicas ayudan a entender mejor

José Ospina Valencia21 de agosto de 2006

No es un secreto que las largas “epístolas” escritas por muchos científicos se quedan sin ser entendidas por el público de a pie. Por eso un profesor alemán prefiere explicar lo difícil con la ayuda de cómics.

Asterix y los Vikingos, de Stefan Fjeldmark y Jesper Moller. Con monitos se comprenden las cosas más fácil.Imagen: picture-alliance/dpa


¿Qué buscan las tiras cómicas en la ciencia? Se pregunta la revista alemana Der Spiegel. “Mucho”, responde Rainer Spanagel, un psicofarmacólogo alemán. Según Spanagel, las historietas le ayudan a cualquiera a comprender temas complicados. Incluso los científicos pueden con ellas entender mejor sobre lo que investigan sus colegas.

Hace ya tiempo que el profesor Spanagel dejó de “devorarse” las historias de la dispareja pareja de los galos Asterix y Obelix o las aventuras del imperturbable vaquero Lucky Lucke, solo, en su cuarto de jovencito. Textos simples, coloridos monitos y bonitas historias.

Spanagel es hoy un científico serio que dirige el Departamento de Psico-farmacología del Instituto Central de Salud Mental de Mannheim, en el sur de Francfort. Ahora “publica largos artículos sin monitos”.

Un buen día, trabajando con un colega español con ratones de laboratorio sobre diferentes métodos de la investigación sobre narcodependencia, Spanagel se dio cuenta que los temas más complejos podían ser comprendidos mucho más fácil con la ayuda de historietas.

¿Con monitos se entiende el alcoholismo?

Hay varias formas de acercarse al tópico, depende del aspecto de la dependencia que se quiera analizar: fenómenos de tolerancia, síntomas de desintoxicación, ansiedad o reincidencia. Los ratones alcohólicos o cocainómanos se portan prácticamente lo mismo que una persona enferma en las mismas condiciones.

Con Mafalda el mundo se entiende. Figura del caricaturista argentino Quino.Imagen: Quino

Describir un experimento de estos en palabras toma mucho tiempo. Con monitos es más rápido. De ahí viene la idea de Spanagel. Desde entonces, el científico ha utilizado los servicios del caricaturista Walter Hollstein que dibuja ratoncitos para explicar los efectos secundarios de los tratamientos de desintoxicación en el caso de alcohólicos o drogadictos.

Una imagen vale más que mil palabras

El éxito del método no se ha dejado esperar. La resonancia a las “historietas” con fondo científico tanto a nivel nacional como internacional ha sido inmensa. “Es que los cómics no son sólo precisos sino emocionales”, es la explicación de Spanagel. Y, como queda demostrado, los contenidos se pueden entender y recordar mejor en un contexto emocional.

Pero no sólo sus colegas podrán aprovechar sus historietas. Se trata también del entendimiento entre las más diversas disciplinas, pues “el lenguaje especializado aleja cada vez las ciencias tanto de los científicos como del público en general”.

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