“Los acuerdos son muy puntuales y no reflejan una nueva orientación del TLCAN, que permita desarrollar al bloque hacia un mayor nivel de comunidad entre los tres países”, destaca Günther Maihold, vicepresidente de la Fundación Ciencia y Política. Interrogado sobre los resultados de la cumbre de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), que finalizó el lunes en la ciudad mexicana de Guadalajara, Maihold, profundo conocedor de la región, advierte que el futuro del bloque se define en una disyuntiva: impulsar un mayor nivel de integración, de lo contrario acabará disolviéndose en acuerdos parciales entre los miembros.

La cumbre de dos días de los líderes de América del Norte se celebró por quinta ocasión desde 2005, cuando el entonces presidente George W. Bush fue anfitrión del primer encuentro trilateral en Texas.

Reforma migratoria

El presidente estadounidense Barack Obama anunció tras el encuentro que su administración buscará una amplia reforma del sistema migratorio estadounidense, pero advirtió que no habrá una nueva legislación o medida antes de 2010. Obama destacó que es necesario un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes ilegales de origen mexicano en Estados Unidos. “Sin una nueva legislación los mexicanos seguirán cruzando la frontera peligrosamente y los empleadores seguirán explotando a los trabajadores ilegales”, señaló Obama.

La inmigración es el punto más controvertido de la agenda legislativa del presidente estadounidense. Críticos en el Congreso se oponen a la llamada "amnistía" para trabajadores ilegales y empresas preocupadas por falta de mano de obra. El presidente George W. Bush intentó en vano reformar las leyes de inmigración en dos ocasiones durante su segundo mandato.

“Es muy difícil llevar adelante el tema migratorio debido al sistema político estadounidense, ya que son los mismos Estados los que tienen competencias en el asunto”, destaca Maihold. El experto añade que no sólo el Congreso puede ser una traba, sino también los Estados. “El acuerdo tendrá que ser pactado entre el gobierno central y los Estados para implementar y hacer efectiva una posición común en el sistema migratorio, por lo tanto esto va a tomar tiempo y exigirá al presidente Obama una gran habilidad para forjar un consenso”, advierte el experto.

El primer ministro canadiense Stephen Harper no se comprometió a retirar la obligatoriedad del visado para los mexicanos que visitan Canadá, un medida adoptada hace tan sólo un mes que ha provocado malestar en México. “La libre movilidad de las personas no está integrado en el TLCAN, pero refleja la cantidad de problemas sin respuesta, como el trato a los camioneros mexicanos, el tema de las visas en el caso de Canadá, que pueden ampliarse y complicar la relación hacia dentro del TLCAN porque no se tiene una visión común sobre hacia donde se quiere llegar con este acuerdo”, subraya Maihold.

Lucha contra el narcotráfico

El encuentro estuvo marcado por el problema de seguridad en las fronteras comunes. La espiral de violencia provocada por la lucha de los cárteles tiene su punto álgido en la frontera entre México y Estados Unidos, lo que preocupa al vecino del norte. Obama reiteró su compromiso con la lucha contra el narcotráfico, pese a que el Congreso estadounidense bloqueara la llamada iniciativa Mérida -un plan que comprende 1,400 millones de dólares- por las violaciones a los Derechos Humanos por parte del ejército mexicano.

En la ofensiva contra el narcotráfico el gobierno mexicano ha desplegado a unos 45.000 soldados. Organizaciones pro Derechos Humanos han denunciado numerosos casos de asesinatos, tortura, violaciones y detenciones ilegales por parte de las fuerzas armadas. Según el Centro de Derechos Humanos, Miguel Agustín Pro Juárez, ninguna de las denuncias de violación a los Derechos Humanos, que son juzgadas en tribunales militares, han tenido como resultado una sentencia para los acusados. La ONG pide por ello que las violaciones a civiles no sean juzgadas en tribunales militares.

Desde que Calderón asumió la presidencia, en diciembre de 2006, las denuncias contra militares han aumentado en 600 por ciento, según estadísticas oficiales.

Calderón mismo destacó que su gobierno está abocado a la defensa de los derechos humanos y Obama dio un espaldarazo de apoyo a su homólogo sureño. "Hemos apoyado mucho la Iniciativa Mérida, y seguiremos apoyándola", afirmó Obama. El presidente estadounidense reiteró que su administración trabajará para reducir la demanda de drogas en Estados Unidos, así como para frenar el tráfico ilegal de armas hacia México.

Influenza humana

De todas las amenazas que afectan a la región, la griipe provocada por el virus H1N1 parece ser el enemigo común que los mandatarios pueden enfrentar de manera conjunta. La Gripe A ha cobrado la vida, tan sólo en Estados Unidos de más de 300 personas.

La decisión de dicho país de mantener abiertas sus fronteras al comercio bilateral y al transporte terrestre, así como continuar los vuelos hacia México y provenientes de éste país, ha sido recibido positivamente por la población en México. “Especialmente en Estados Unidos hay una preocupación considerable por controlar los posibles efectos que podría tener la expansión de esa gripe en Norteamerica durante el invierno”, señala Maihold.

Inconsistencia de Unasur

La crisis hondureña también ocupó atención en el encuentro. Flanqueado por el presidente de México, Felipe Calderón, y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, Obama exhortó a restaurar el orden constitucional en Honduras y expresó su apoyo al depuesto Manuel Zelaya, declaraciones que Maihold califica como un mensaje a la Cumbre de Unasur que se celebró al mismo tiempo en Quito, Ecuador.

“En la Cumbre de Unasur se levantó un gran rechazo a la presencia de Estados Unidos en Colombia, después de que Estados Unidos cerrara su base en Manta, Ecuador", dice Maihold. "La intervención del presidente Obama dejó en claro que no se puede pedir a Estados Unidos una intervención más contundente en el caso de Honduras, -lo que sería también una intervención en los asuntos internos de un país- y al mismo tiempo decirle a Colombia que la cooperación con EEUU no se acepta", señala Maihold. El experto destaca que el presidente Obama puso en relieve la inconsistencia de las decisiones de UNASUR y al mismo tiempo resaltó su compromiso con la democracia en el caso de Honduras.

Autora: Eva Usi

Editor: José Ospina Valencia