Todavía no es tiempo de que los hinchas vuelvan al estadio
Tobias Oelmaier
16 de septiembre de 2020
Los estados federados alemanes decidieron volver a permitir el ingreso de hinchas en los partidos de la Bundesliga. Una decisión fatal, comenta Tobias Oelmaier, ya que trae consigo graves consecuencias.
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El programa deportivo "Sportschau” de los domingos, el favorito de los hinchas de fútbol en Alemania, transmitió el 13.09.2020 la final de la primera ronda de la Copa de Alemania, en la que el Hansa Rostock, de tercera división, se enfrentó al VfB Stuttgart, en ascenso. El juego era emocionante, y no se notaba una gran diferencia en el rendimiento de ambos equipos. Tal vez eso fue mérito de los hinchas del Rostock, presentes allí. Unos 7.500 espectadores en el estadio alentaban, como siempre, a su equipo. Su presencia allí fue posible porque el estado de Mecklenburgo-Pomerania Occidental redujo sus medidas restrictivas por el coronavirus debido a la baja cantidad de contagios.
El lunes por la noche, en Dresde, el Dynamo expulsó del campeonato al Hamburgo S.V., un favorito de segunda división, con un 4-1. Al final del juego, el defensa del HSV Toni Leistner respondió a las preguntas de la prensa, y alguien de las filas del Dresde lo insultó. Leistner perdió el control, se subió a la tribuna y tiró a un hincha al suelo. Agentes de seguridad lograron sacarlo del lugar. Fue seguramente una actitud irreflexiva de Leistner que, de todos modos, muestra a las claras que en las tribunas del Dresde la gente estaba sentada demasiado cerca.
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Pérdida de control en el frenesí de la victoria
Con cuánto fervor pidieron los fans en los últimos meses que se les tuviera confianza. Por ejemplo, cuando la Liga Alemana de Fútbol (DLF) presentó su concepto para la vuelta de los espectadores a los estadios. Prohibición del consumo de alcohol y de la entrada de hinchas externos, estadios poco ocupados, nada de localidades de pie. Para los representantes de los fans, todo eso era una forma de tutelaje llena de prejuicios contra la hinchada.
Pero las imágenes de Rostock y Dresde evidenciaron que, incluso siendo conscientes de estar bajo una observación especial, no respetan las reglas más básicas. Muchos de los hinchas no llevaban mascarilla; otros las usaban de manera incorrecta y casi nadie tuvo en cuenta el distanciamiento. Gritaban, cantaban y se abrazaban.
Todo eso es normal, porque el fútbol está lleno de emociones. El motivo para ir a un estadio es justamente ese: la posibilidad de contacto social estrecho y el intercambio con aquellos que piensan y sienten igual que uno, cantar, alentar al equipo, celebrar, y para muchos, también beber alcohol. ¿Quién puede reprimir sus sentimientos cuando un equipo de segunda vence al gran favorito?
Si en el fútbol se puede, todos pueden
Es por eso que la decisión de los gobiernos regionales de permitir espectadores, al menos parcialmente, en los partidos de la nueva temporada de la Bundesliga es fatal. No se trata de no desearles a los aficionados que esto vuelva a ser posible. Todo aquel que se interesa por el fútbol extraña la escenografía acostumbrada de los estadios. Pero, en vista de que han vuelto a aumentar los contagios, todavía es simplemente demasiado pronto para hacerlo.
Lo más importante es que, si ahora los hinchas pueden regresar a los estadios, la clase política se coloca a sí misma en posición de tener que dar explicaciones. Si está permitido celebrar y cantar en los estadios, entonces también se deberá aprobar que la gente se vuelva a balancear al son de la música tomada del brazo en las fiestas populares, que vuelva a asistir a conciertos y festivales, y que otra vez festeje en una discoteca, cante en un coro y participe de una sesión de carnaval.
Pero ya el caso reciente de la "supercontagiadora” de Garmisch-Partenkirchen volvió a demostrar que todo eso no es posible por ahora. Una empleada de hotel estadounidense de 26 años no mantuvo cuarentena al regresar de sus vacaciones, y se paseó por los bares a pesar de presentar síntomas de COVID-19, provocando un brote local de coronavirus. Una oveja negra es suficiente para arruinar todo lo conseguido hasta ahora.
(cp/ers)
El FC Bayern vuelve a ganar la corona del fútbol europeo
Con su victoria contra el FC Paris St. Germain, el Bayern Múnich se coronó como el mejor equipo de Europa por sexta vez. Las diez finales para la corona europea fueron, hasta ahora, mitad y mitad para el Bayern.
Imagen: Imago Images/SvenSimon
1974: victoria contra el Atlético de Madrid
Sepp Maier levanta la copa hacia el cielo sobre Bruselas, Franz Roth da un salto de alegría. El FC Bayern gana la Copa de Europa de los campeones nacionales por primera vez. Pero con retraso: el primer partido final contra el Atlético termina con un 1:1 después de la prórroga, lo que es una suerte para el Bayern. Dos días después, en la repetición, el equipo de Múnich ganará 4:0.
Imagen: picture-alliance/dpa
1975: victoria sobre el Leeds United
Hubo muchas emociones en el Parque de los Principes de París. El árbitro primero niega al Leeds un claro tiro penal por culpa de Franz Beckenbauer y luego un gol regular de los ingleses. El Bayern gana 2-0 con goles de Franz Roth y Gerd Müller (derecha).
Imagen: picture-alliance/empics
1976: victoria contra el AS St. Etienne
La tercera victoria consecutiva de Baviera tampoco es gloriosa. El oponente St. Etienne no tiene suerte y falla dos veces ante la portería de los alemanes en el estadio de Glasgow. Franz Roth marca el gol decisivo para el Bayern Múnich con un tiro libre (foto) para terminar en 1-0.
Imagen: picture-alliance/S. Simon
1982: derrota contra el Aston Villa
Decepción en las caras de Karl-Heinz Rummenige, Dieter Hoeneß y Paul Breitner (de izquierda a derecha) después de la final en Rotterdam. Los bávaros pierden 1-0 ante el campeón inglés Aston Villa. Esta vez, el equipo de Múnich tiene mala suerte: dominan el partido, pero se anula un gol regular de Hoeneß. Peter Withe marca el gol de la victoria para los ingleses.
Imagen: picture-alliance/S. Simon
1987: derrota contra el FC Porto
Otra amarga noche de la Copa de Europa para el Bayern: en Viena, el equipo de Múnich pierde por 1-2 ante el FC Porto. a pesar de la ventaja de 1-0, y con un doble golpe en el último cuarto, los portugueses dan la vuelta al partido en cuatro minutos. El gol marcado por el argelino Rabah Madjer (2º desde la izquierda) con su talón para lograr el 1-1 es sensacional.
Imagen: picture-alliance/empics
1999: derrota contra el Manchester United
Las cosas serán aún peores para los bávaros en su primera final, después de que la Liga de Campeones haya sustituido a la Copa de Europa. Hasta el minuto 90, el Bayern lidera 1-0 en Barcelona contra el United, pero aún así pierde 2-0 por dos goles de los ingleses. El capitán Stefan Effenberg (derecha) no puede creer que no se le permita llevar el trofeo.
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2001: victoria contra el FC Valencia
Al trauma de Barcelona le sigue, dos años después, el triunfo en Milán. Después de 90 y también 120 minutos, el marcador es 1-1 contra el FC Valencia, y el partido pasa a los penaltis. El portero Oliver Kahn (en la foto con el trofeo) se lució atajando dos veces la pelota.
Imagen: picture-alliance/ULMER
2010: derrota contra el Inter de Milán
Diego Milito (derecha) termina con todas las esperanzas del Bayern en Madrid. Contra el vivaz argentino, la defensa del campeón alemán no encuentra remedio. Milito marcó los dos goles de una merecida victoria por 2-0 para el Inter, que a continuación es entrenado por el portugués José Mourinho.
Imagen: Imago
2012: derrota contra el FC Chelsea
No podía ser más amargo: los bávaros pierden contra el Chelsea FC en su propia casa, el estadio Múnich Arena. El resultado es 1:1 después de 90 y 120 minutos. En los penales Manuel Neuer se defiende bien. Pero entonces Ivica Olic es el primero en fallar contra el arquero inglés Petr Cech. Y Bastian Schweinsteiger (foto) solo golpea el poste.
Imagen: picture alliance/dpa/sampics/S. Matzke
2013: victoria contra el Borussia Dortmund
Arjen Robben es nombrado "mejor jugador del partido" después de la final "alemana" en el Estadio de Wembley, en Londres. En el penúltimo minuto, el delantero de los Países Bajos marcó el gol de la victoria para dar a los bávaros una victoria por 2-1 sobre el equipo de Jürgen Klopp. El Bayern triunfa en ese año en la Bundesliga, la Liga de Campeones y en la Copa de Alemania.