Los futbolistas profesionales que viven su homosexualidad de forma abierta son una rareza. El último jugador famoso que salió del armario durante su carrera fue Justin Fashanu, en 1990. Desde entonces sólo un puñado de futbolistas han admitido que son gay mientras siguen en activo. ¿Por qué?
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Según el francés Olivier Giroud, ganador de la Copa del Mundo, "hay demasiada testosterona en el vestuario, es complicado.” Sebastian Saam, reportero de Todo Deporte, busca respuestas.