Miles de personas protestan contra las políticas de segregación de Donald Trump durante la campaña pre electoral, un amplio movimiento todavía incipiente.
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“Lárgate. Aquí no hay sitio para ti”. Esta es una de las consignas que conoce Natalia Aristizabal, una colombiana que huyó de su país hace 13 años y que desde entonces lucha por el reconocimiento legal de los Sin Papeles en Estados Unidos. “Siempre hubo racismo”, dice la neoyorkina, “pero Donald Trump está dando voz a esa gente y les permite decir lo que siempre pensaron”. Un hecho que a ella y a miles de estadounidenses les provoca terror y rabia, una rabia que avanza lentamente en esta campaña pre electoral interminable.
Protesta multicolor
Los grupos directa o indirectamente amenazados por Donald Trump comienzan a asociarse contra él. Entre ellos hay musulmanes a los que Trump no quiere dejar entrar en el país, Sin Papeles a los que quiere expulsar, y judíos o negros que sufren la discriminación desde hace siglos. Todos salen a la calle. Mientras los republicanos celebraban una cena de captación de fondos este jueves en el Grand Hyatt de Nueva York, miles de personas se manifestaban en la calle 42. Y queda claro que no les callarán fácilmente.
Entre los participantes, mujeres con el pelo teñido de llamativos colores o cubiertas por velos y hombres con rastas, calvos o con la kipa judía. Todos han declarado la guerra a Trump y sus partidarios. “Ya no aguanto esa retórica del odio”, explicaba Michael Pereira, joven que porta un cartel contra el racismo. Aunque la protesta transcurrió con calma, Michael cree que la cosa puede ir a más si Trump resulta elegido candidato. “Esa persona es el odio y el odio se contagia”, dice el vecino del barrio de Queens. Para Michael, el rechazo es enorme y así muestra la amplia variedad de activistas convocados: “Antes no nos conocíamos y hemos venido a protestar desde procedencias de lo más variadas. Nos organizamos a través de redes sociales y no nos podrán parar”.
Ataviados con máscaras de Anonymus o como activistas del movimiento Occupy Wall Street, algunos parecen estar en contra de todo lo relacionado con el Estado. Pero también hay veteranos de guerra que no quieren a los republicanos al mando del país. “No tememos a los musulmanes, sino a una nueva guerra”, declara Chris Hagen, veterano que luchó diez años en Irak y Afganistán. Por último, también hay otros que no solo protestan contra Trump, sino también contra Hillary. “Siempre voté por los demócratas y ahora ni siquiera lo haré. Estoy harto de mentiras”, sentencia Joe Biggs. También esa actitud está bastante extendida en el país.
Trump para los negocios
Estados Unidos no sería el país de las oportunidades si con cada movimiento no surgiese un negocio. Y frente a accesorios anti Trump pagados con donaciones, los partidarios del candidato tienen que rascarse el bolsillo para conseguir souvenirs del candidato. Algo que beneficia a Jeremy Ryan, joven procedente de Michigan que aprovecha económicamente las protestas y espera que haya más. Si Trump no resulta elegido, se dedicará a vender la efigie de otro republicano. Por ejemplo, Ted Cruz. Sin embargo, reconoce que Trump es mejor para el negocio. “La gente se altera con lo que dice. Y, entonces, los que lo apoyan compran más camisetas”, aclara. Un negocio que, el próximo martes, podría resultar lucrativo, puesto que los neoyorkinos elegirán a sus candidatos, con Donald Trump como uno de los claros favoritos.
Políticos en la mira de la sátira
Trátese de Merkel, Putin, Trump o Bush: cada quien tiene su propio estilo de hacer política y también reacciona de forma diferente a la sátira.
Imagen: ZDF Neo Magazin Royale
Angela Merkel
Durante el apogeo de la crisis del euro, muchas revistas y periódicos griegos retrataron a la canciller alemana, Angela Merkel, con símbolos nazis. En la portada que se puede ver en la imagen, la revista satírica "Mystiki Ellada" mostró en 2012 a Merkel vestida con el uniforme de soldado del Ejército de la Alemania nazi. En ningún momento la canciller sopesó proceder legalmente contra el medio.
Imagen: picture-alliance/Rolf Haid
Vladímir Putin
Las fotos vacacionales del presidente ruso, Vladímir Putin, sirven de inspiración a humoristas satíricos de todo el mundo. Desde que el hombre fuerte del Kremlin se dejó fotografiar montando a caballo a pecho descubierto, el torso desnudo del presidente es un motivo muy popular, por ejemplo en el Carnaval de Colonia de 2015.
Imagen: picture-alliance/dpa/R. Weihrauch
Donald Trump
El precandidato presidencial republicano Donald Trump es el blanco predilecto de muchos caricaturistas y humoristas. No obstante, el magnate es muy sensible a las críticas. El periódico Boston Globe publicó un encabezado ficticio, en el que hace parodia de las propuestas del precandidato en torno a la política de inmigración. Trump calificó al diario de “estúpido” y “despreciable”.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/The Boston Globe
Kim Jong-Un
El dirigente comunista de Corea del Norte no tiene mucho sentido del humor. Para impedir que la película satírica “La entrevista” se estrenara en 2012 en los cines estadounidenses, el régimen norcoreano lanzó una serie de ataques cibernéticos. Los estudios cinematográficos Sony fueron hackeados, y también se registraron muchas amenazas de atentados contra cines estadounidenses.
El expresidente estadounidense George W. Bush es uno de los políticos que más ha inspirado a los cómicos en Estados Unidos. La supuesta falta de intelecto del exmandatario de origen tejano ha sido motivo de burla por parte de los humoristas.
Imagen: Getty Images/M. Tama
Jaroslaw Kaczynski
A principios de año, un carro alegórico del desfile del Carnaval de Dusseldorf provocó tensiones diplomáticas entre Alemania y Polonia. Esta es representada como una mujer maltratada y pisoteada por el líder del partido de los nacionalconservadores, Jaroslaw Kaczynski. El ministro de Relaciones Exteriores polaco dijo que el carro mostraba el “desprecio hacia Polonia y los políticos polacos”.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Gambarini
Benjamín Netanjahu
El primer ministro israelí suele ser objeto de burla del programa de televisión “Eretz Nehederet” (Un país hermoso). En esta escena, los cómicos hacen una parodia de las negociaciones entre el jefe de Estado de Israel y la organización palestina Hamás. No obstante, Netanyahu nunca se ha indignado. Al contrario, en 2013 visitó el programa como invitado estelar.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Guez
Winston Churchill
La sátira política tiene una larga tradición: esta caricatura británica de 1915 muestra a Winston Churchill, que en aquel entonces era ministro de Marina, como un Aquiles desaliñado en la guerra de Troya. El dibujo que lleva el título “La lucha de los barcos” hace alusión a la guerra marítima por los Dardanelos, que perdió Churchill.
Imagen: picture-alliance/akg-images
Hugo Chávez
El difunto expresidente venezolano Hugo Chávez tampoco se salvó de la sátira, como se puede apreciar en esta caricatura de 2012. Muchas personas cercanas al exmandatario aseguran que tenía un excelente sentido del humor y que sus bromas estaban cargadas de metáforas. Por ejemplo, se hizo famosa su frase “huele a azufre” con la que se refirió a George W. Bush.
Imagen: Roberto Weil
Jamenei y Carrell
En 1987 una sátira del líder de la revolución iraní, el ayatolá Jamenei, provocó un escándalo en la televisión alemana. El moderador Rudi Carrel había mostrado un montaje fotográfico de Jamenei: durante una visita de Estado a Alemania manifestantes supuestamente lanzan ropa interior contra el ayatolá. Como consecuencia, dos diplomáticos alemanes fueron expulsados de Teherán.
Imagen: picture-alliance/dpa/I. Wagner
Erdogan y Böhmermann
Aún está por verse si el poema del cómico alemán Böhmermann sobre el presidente turco llevará a una crisis diplomática parecida a la de 1987. Está claro que no es la primera ni la última vez que la sátira política provoca tensiones diplomáticas a nivel internacional.