Ricarda Funk apenas había cumplido su sueño de la infancia, al ganar la primera medalla de oro para Alemania en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuando sus pensamientos se dirigieron a las víctimas de las inundaciones en su ciudad natal, que había sido gravemente afectada por la inundación.

"Fue terrible ver las imágenes que me llegaban a cada momento. Lloré varias veces porque fue increíble lo que sucedió. Todo lo que puedo decir es: el distrito de Ahrweiler es fuerte y juntos podemos hacerlo ”, dijo Funk, piragüista de slalom originaria de Bad-Neuenahr. La deportista de 29 años celebró este martes el mayor éxito de su carrera en el slalom olímpico en canoa, después de superar muchos contratiempos.

"Siempre había soñado con ganar la medalla de oro, ahora el sueño se ha hecho realidad. Es simplemente increíble ”, dijo Funk con lágrimas de alegría en los ojos. Funk se impuso en el Kasai Canoe Slalom Center a la española Maiale Chourraut y a la máxima favorita de Australia, Jessica Fox.

Superando la adversidad

En la hora de su mayor éxito, también dedicó un recuerdo a su entrenador Steffen Henze, que murió en un fatal accidente en Río de Janeiro: "Está muy en lo profundo de su corazón y me guió en cada competencia y cada entrenamiento ", dijo Funk la voz entrecortada.

Después de severos reveses emocionales y deportivos, Funk finalmente estaba en la cima del podio. En 2016 se perdió los Juegos Olímpicos. En los campeonatos del mundo terminó segunda y tercera en la categoría individual, pero hasta ahora nunca había sido suficiente para la victoria olímpica.

No fue hasta los 14 años cuando Ricarda Funk decidió dedicarse por completo al canotaje y dejó de bailar en un grupo de carnaval. Al principio fue su padre quien entrenó con ella en la pista de Sinzig, ciudad que también resultó muy dañada por las inundaciones. "Ahí es donde crecí, ahí es donde empezó todo. Fue entonces cuando hice mis primeros golpes de remo. Me duele ver a mi ciudad así ".

EL(dpa)